Inmarcesible

17. Quédate conmigo esta noche.

Cuando salí de la residencia con Sam pisándome los talones después de aquel suceso sin nombre. Solo me enfrasque en ir a mi turno a trabajar, no quería pensar en la rubia ni en sus amigas Barbie que ya me estaban produciendo dolor de cabeza con cada risita que salía de su boca mientras yo me cambiaba de ropa.

Solo use mis jeans vinotinto con la camiseta del uniforme, no encontraba los otros jeans. Y eso no le molesto a Tate para nada, solo me pregunto cómo seguía por la muerte de mi familiar. Solo respondí con un "Bien" y más nada.

Las tres horas que llevaba repartiendo bebida fueron del asco y no era por los hombres si no porque llegó la rubia con su grupito de amigas que no dejaban de mirarme y turnase cada una a venir por un trago de bebida. Ya me tenía alta sus estúpidas personalidades, eran tres chicas y si incluía a la rubia eran cuatros.

O sea que eran: la fresa, la idiota, la grosera y la que solo pensaba en sexo. Y las cuatros juntas eran las invencibles roba novios y destructora de amistades. Ya no aguantaba más y si otra vez tenía que oír sus estúpidas risa me iba a pegar un tiro.

<<Y ganas no me faltaban.>>

—¿Cómo va esto por aquí?—pregunto Tate asomándose por mi hombro para verificar si en la barra había las suficientes cerezas o necesitábamos más.

—Del asco.—respondí secamente dándole un trago a mi agua.

Él frunce el ceño y se me quedo mirando.

—¿Ahora que paso? A quien tengo que matar.

—A nadie, solo que si sigo escuchando las risitas estúpidas de las de allá.—señale con la cabeza al grupito de la rubia que estaban bailando en medio de la pista.—Me voy a dar tiro.

—Me encanta tu entusiasmo.—se burló él entregándole un trago a un chico que pidió.—Si quieres puedes hacer cambio por unas horas con Raily.

—Me gustaría mucho, pero odio hablar y entregar comida.—me encogí de hombros.

—Bueno es tu calvario.

—Siempre hay que enfrentar a tus enemigos antes que ellos te maten por descuidado.

—¿El dicho no es: Guerra avisada no mata a soldado y si lo hace es por descuidado?

—Pues yo lo veo de otra manera a como lo dicen.—soltó una linda carcajada antes de perderse de nuevo.

Casi estuve a punto de matarlas a las cuatros, pero llego mi salvadora Sam y comenzó a charla hasta que llego Tate y se volvió a perder. Así que mi noche no fue fácil que digamos. Para cuando termino mi turno me coloque mi sudadera y encendí el celular, había unos cuantos mensajes de mi padre. Y otro de Cameron que decía que hoy no podía recogerme porque tenía que reunirse con su compañero de trabajo porque tenían que entregar una maqueta para mañana a primera hora. Así que fui por el más doloroso.

Padre: Inanna ¿Cómo está? Espero que te encuentres bien, sé que te perdiste el cumpleaños de tu hermana y vamos a celebrárselo en mi casa para que tu este presente. No falte por favor, te esperamos. Será el fin de semana.

Borre el mensaje y guarde el celular, lo que necesitaba era pensar si debía invitar a Cameron a la reunión de apoyo. Además me había saltado el fin de semana reportarme y Rafael, solo me había enviado la dirección y la hora de la reunión que ya estaba organizada el fin de semana otras.

<<¿Soy yo, o ellos lo están corriendo cada vez que le confirmo que no podía a poder ir esta semana?>>

No eres tú, ellos te aprecian mucho y quiere que compartas con ellos.

Ya estaba saliendo del local cuando el grupito de víboras aparecieron a la vista solo para amárgame la noche. Si antes no la mates, ahora las voy a cuartiza.

—¡Hola chica muda!—bromeo una de ellas borrachas. Yo pase por su lado ignorándola cuando la rubia me agarro por el brazo muy fuerte.

—¡No me toques!—le espete cansada.

Me zafe de su agarre y ella me miro con los ojos vidrioso por el alcohol en su sistema.

—¡No sé qué mierda te pasa conmigo, si yo solo quería ser tu amiga!—me rugió apretando los puños.

Lo que faltaba, ahora tenía que enfrentarme con esta borracha.

<<Amiga deberías tener un poco de compasión con ella, no vez que tú también pasaste por lo mismo.>>

Entre borrachos y drogadictos nadie es amigo de nadie, y de eso lo comprobamos.

—¿Es que eres retrasada o es que mamá te daño el cerebro de tanto decirte que no vales nada?

Había dado en el clavo.

Alzo la mano para darme una cachetada cuando la empuje al suelo y cayo de culo. Estaba tan borracha y con unos madres de tacones que ni yo usaría.

—¡Tú a mí no me tocas y muchos menos me hables, porque yo no estoy para mierda de fresita y estupideces como tus amiguitas!

—¡¿Pero qué?!—chillo otra.

Que se apresuró ayudar a su amiga con la otra. La grosera intento también golpearme pero le di un derechazo que cayó en el suelo, retorciéndose de dolor mientras se sostenía la nariz que le comenzaba a sangrar.

Los oídos me subían y ya sentía de nuevo esa mierda de adrenalina en mi cuerpo pidiéndome más, mire mi mano donde me temblaba y vi lo rojizo que se estaba formando.

1... 2... 3... vamos respira con calma... 4... 5...

—¡Miren pedazo de falsedad, porque eso son lo que son!—la señale ya furiosa.—¡A mí me vale que tu madre la haya pagado contigo para que ahora solo seas una chica fresa traumatizada en busca de amistades falsas, y a ti.—señale a la primera que se burló de mí, porque las otras dos la conocías desde la cafetería cuando hice el experimento con Sam.— Me vale una mierda que tu amiga se acueste con tu padre y te hagas la loca. Y a ustedes dos.—señale a la que intento golpearme.—¡Me importa una mierda como la trataron o como la siguen tratando, pero a mi déjeme fuera! ¡Porque yo no soy como ustedes, yo soy muy diferente y no saben con quien se están metiendo!

Ya estaba empezando a creer que esto de saber más de una persona con solo verla u observarla era más que una maldición por toda las cosa mala que he hecho.




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