Inmarcesible

20. Eres nueva ¿verdad?

<<¡Qué dolor de cabeza!>>

Era sábado por la noche y la zona del club donde trabajaba la música se oía más fuerte cuando cambia de Dj. No estaba de ánimos para soportar esa máxima potencia de música, y por tanto que le roge a Tate para que la cambiara no ayudaba en nada.

Mis ánimos comenzaron mal desde que me levante, Cameron se había ido a casa de sus padres por una cena importante. Solo sé que me rogo que me fuera con él a pasar unos días y conociera su familia pero negué porque tenía que trabajar y además odiaba a su familia. Sumo puntos cuando Justin se metió sin querer con mi laptop y me borro un trabajo pendiente que lo tenía que entregar hasta las seis de la tarde, volvió a incrementar cuando las amigas de la rubia comenzaron hacer una fiesta tan temprano que no me dejaron terminar el trabajo. Incremento a su máximo nivel cuando Ellie se apareció con Franyelys en el piso antes de yo salir a trabajar para que la cuidara porque ella se iba de gira de pinturas y no se podía quedar con la mocosa.

Cuando se largó no espere ni un segundo para llamar un taxi y darle la dirección de Alex, para que fuera él quien la cuidara. Así de mal estaba, que ya sentía que la cabeza me iba a explotar.

—¡Preciosa me das un coctel!—me grito un rubio de ojos azules. Me enfoque en mi trabajo y se lo tendí en la barra.— ¡Gracias!

Yo sé que la música estaba muy fuerte, pero esto tíos cada vez que venían a pedir un trago terminaban pegando más gritos fuerte que la música. No le respondí y fui hacia el otro extremo para servirle a un grupo de chicas que no paraban de babear por el rubio que ni se había movido del lugar donde estaba mirándome.

—¡Cinco de lo mismo que él!—me dijo una morena señalando a quien ya sabía.

Serví los cinco tragos y se lo di. Al cabo de un minuto me vibro el celular y tuve que soltarme el pelo porque el dolor de cabeza comenzar a cabrearme. Lo saque de mi bolsillo trasero y vi por encima que era de Cameron. Lo abrí por encima cuando vi la foto que termino de dañarme la noche, sus padres estaban en una cena con mi padre, franyelys, sus hijos y Trina.

Cameron: Menos mal que no viniste.

Lo leí por encima y volví apagar mi celular.

—¿Por qué la chica preciosa está molesta esta vez?—me hice de cuenta que no era conmigo mientras que me agachaba bajo la barra para buscar mi botella de agua.—Tu nunca hablas ¿verdad?... Siempre te he visto hablar solo con una morena y el dueño del local, porque con más nadie más te he visto hablar, ni dirigirle la palabra.

Lo que me faltaba un maldito acosador.

<<Relájate amiga, te puede dar un infarto en cualquier momento y nadie se va a dar de cuenta.>>

Oh, mira quién apareció después de todo.

<<Note tu sarcasmo y eso que soy tu conciencia, ¿oíste?>>

Mire al chico llevándome el agua a la boca y darle un buen trago antes de poder hablar.

—Creí que era invisible delante de toda esta gente, pero ya veo que no.—le volví a rellenar el trago cuando volvió hacerme señas.

—Directa y con mal carácter, me gusta.—me sonrió con coquetería. Que no pase por alto ya que su aura no me inspiraba nada bueno.

El aire del ambiente cambio tan de repente que me puse alertar cuando él volvió a dirigirme la palabra.

—Eres nueva ¿verdad?

—No, soy suplente. Solo ayudo a una amiga mientras que vuelve de su viaje prenatal.

—Pero llevo meses viéndote trabajar aquí, dudo que conociera a la otra chica.—inquiere levantando una sonrisa.

Maldito loco.

—No sé si la conoces o no. Pero solo la ayudo hasta que ella vuelva, y no me pagan para relacionarme con cliente, solo para mantener mi boca callada y fingir que no están.

Sin más corte la conversación, distrayéndome con otros clientes. Él siguió insistiendo toda la noche hasta que vio el punto donde yo no le hacía caso que sus amigos volvieron a la barra para buscarlo.

Mi turno ya había terminado y sabía que algo muy malo iba a pasar, así que espere hasta las cuatros de la mañana con Tate en la oficina ayudándole en cualquier cosa mientras me distraía. Él me pregunto si algo me estaba pasando porque yo nunca me quedo con él y solo le conté que un chico hoy en la barra estaba un poco raro, así que no quería corres riesgo. Él solo me comprendió y no siguió preguntando más.

Volví al piso sana y salva con mis dolores de cabeza aumentando. Lo primero que hice cuando toque la cama es cerrar los ojos sin abrirlos hasta que se me pase el cansancio.

***

Un maldito sonido no me dejaba dormir y eso que tuve que poner doble cortina para que la luz no entrara por la ventana. No sabía qué hora era desde que llegue a las cuatro y pico de la madrugada.

El sonido se volvió a repetir y era mi celular, no sabía dónde estaba así que lo busque a ciega por toda la cama. Hasta que lo sentí a punto de caer y lo agarre de golpe.

—No sé quién sea, pero es mejor que tengas una buenas excusa si me estas llamando a estas horas de la madrugada.—conteste irritada porque tenia mucho sueño.




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