Inmarcesible

30. Un poco de felicidad

“Si estás deprimido, estás viviendo en el pasado. Si estás ansioso, estás viviendo en el futuro. Si estás en paz, estás viviendo el presente”.

Una vez leí la cita de Lao Tzu, donde habla sobre la felicidad como obligación. Tzu sostenía que la razón de nuestra felicidad era vivir el presente. Quienes siempre piensan en el mañana o recuerdan con nostalgia el ayer solo generan ansiedad, estrés, y dejan de disfrutar el momento y la verdadera existencia.

Creo que unas de las razones para encontrar mi felicidad y esa paz que tanto deseaba, se encuentra hoy mismo en mis brazos. Sonrió porque estoy feliz, jamás creí volver hacerlo y no sé si buscaba antes cambiar. Creo que unas de las cosas que cambia y preferí fue mi paz mental, hice pases con ellas y con mi pasado y decidí vivir el presente.

Por eso observo como mi hermanita corre de un lado a otro huyendo de Sam, el aire fresco salado me da en la cara y no me molesta. Solo me aferro más a los brazos de mi chico, el cual por el que hace que mantenga los pies en la tierra.

Quizás fue una bobería intentar suicidarme antes, me he perdido de muchas cosas. Que ahora puedo disfrutar, puedo ver a mi hermana corre en la arena de la playa feliz huyendo de Sam mientras que esta y mi madre intenta agarrarla.

Hace una semana que salí del psiquiatra, hace unas semanas que Cameron y yo no nos separamos. Hace una semana donde me propuse hacer las paces con mi familia. Aunque me cuesta mucho dar aun el paso de fe a mi padre, creo que debo ir poco a poco en esa parte.

Daniel me lo recomendó y así lo preferí, así que como hoy hacia demasiada calor se me ocurrió invitar a mi madre y hermana a la playa. Sam solo estaba coleada y quería recuperar el tiempo perdido.

—Falta poco para tu graduación. —le menciono a Cameron cuando este se acomoda y termina colocando su cabeza en mis piernas. Así puedo tener más acceso a su pelo, cara todo.

—Sí, gracia a Dios. Creí que nunca lo iba a terminar. —comenta cerrando los ojos.

Pasos mis dedos por sus cejas pobladas, el protector solar que le he echado aún se mantiene.

—Es lo mejor, yo tengo volver para ponerme al corriente con todo. —dije un poco cansada.

No quería volver de nuevo a mi vida cotidiana, pero creo que era lo mejor. Tenía que volver a mi carrera.

— Cuando termine tu carrera, ¿tienes algo planeado que hacer?—esta vez me miro y yo solo pude mirar al frente aun observando a mi familia divertirse en el mar, esta vez mi mamá y franyelys sostenían a Sam e intentaba lanzarla al mar.

Respire hondo antes de volver a mirarlo, tenía un plan desde que elegir la carrera y ahora no sé qué hacer.

—Tengo pensando, bueno. Tenía de plan que cuando me graduara, viajaría a otro país, me mudaría allá y trataría de buscar empleo. Pensaba y aun pienso que un cambio aire me iría bien.

—¿Algún país en mente?

—Mmm creo que me iría muy bien en Miami, hay demasiadas personas que necesitan ayudan.

—Me gusta Miami.

Ninguno de los dos dijo más nada, sino que disfrutamos el silencio. Es como si quisiéramos tener un momento tranquilo para los dos. Después de un buen rato, nos unimos a las luchitas con mi hermana y Sam, ya que mi madre se había cansado y se fue a recostar un poco en la arena.

Jugamos voleibol, después nadamos un rato y ya para la siete de la noche. Volvíamos cada uno a su casa, en el apartamento Cameron y yo nos encerramos y creo que era algo ya de nosotros. Él no podía dejar sus manos quietas, y yo no podía de dejar de observarlo.

No sé porque cada vez que miraba sus ojos, sentía que él estuviera viendo a los más hermoso del mundo y en su mirada podía observar que él me amaba.

Me dio un pequeño beso en los labios dejándonos caer en la cama como siempre desde que llegue.

— Me encanta todo de ti, tienes ese precioso brillo en tus ojos que sabía que estaba por ahí escondido.—nuestras mirada seguían juntas y lo acerque más a mi pegando nuestra frene respirando el mismo aire.

Le di un corto beso antes de que mis manos se enredaran en su cabellera, profundizando el beso. Porque sentía que en sus labios era como si fuera lo más glorioso del mundo.

—Te amo. —le dije con la respiración entrecortada y volviendo a mirarlo.

—Lo sé, yo también te amo. Y sé que esa palabra es corta para lo que siento por ti.

Y ahí en medio de la oscuridad, con los rayos de la luna entrando por la ventana. Volvimos a unirnos en cuerpo y alma.

***

Otra oleada de vomito hace que me duela la garganta mientras deposito todo el desayuno en el retrete, ya era la quinta vez en el mes y no entiendo el porqué.

—Otra vez vomitando, creo que deberías ir al médico Ina.

— Uff déjalo, debe ser que los medicamentos me están cayendo mal…

—¡O puede ser un virus estomacal!—la voz de Justin se oía desde el pasillo cuando paso directo a su habitación.

Asentí mirando a Cameron que estaba parado en la puerta del baño mientras esperaba que yo terminara de vomitar como todas las mañanas. Me ayudo a levantarme, agarre el cepillo de diente y me cepille.




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