Inmarcesible

34. Aquí estoy para ti

—Mmm… A los dos los veo muy bien y crecen muy rápido y sano para tener solos siete semanas.—hablo la pediatra Margo mientras que pasaba esa cosa por mi vientre para ver a los bebes en una pantalla negra que yo no veía nada, pero ella sí.

—Doctora disculpe, pero usted conoce el caso de mi novia y ella está tomando medicamento para controlar su TEI ¿eso no afecta a los bebes?—pregunto Cameron mientras también veía en la pantalla igual que la doctora.

Cosa que se me hizo raro porque yo ni pio veía en esa cosa negra. La doctora quito el aparato de mi vientre antes de darme un papel para limpiarme el gel que ella esparció antes y quitarse los guantes para vernos.

—No voy a mentir en esto porque mi especialidad es pediatría y no psicología o terapeuta… pero su doctor ya conoce su condición y si le quito los medicamentos es para no causar un riesgo a ninguno de los tres y así veamos el proceso de todo, por eso tienen cita dos veces por semana con su terapeuta y conmigo.—explico ella presionando unos botones para darme el eco y señalo dos punto blanco que se podía diferencia de lo demás negros.—Y ahí están los gemelos luchadores.

Eso causo que formara una sonrisa muy feliz para contemplar a mis bebes, aunque fueran tan chiquito ya los veía en mis brazos y sacándome una sonrisa cada día como su padre.

—Bueno tienes que seguir con todas las indicaciones al pie de la letras y nos veremos para la próxima cita dentro de dos semanas y espero que nada de estrés o cosas inesperada que puedan causar que tu trauma se desencadene y pueda perjudicarte a ti a los bebes.—hablando de cosas inesperada todavía no le he echado cabeza a los de mis padres y tampoco he querido contestarle el teléfono a ninguno de los tres por esta razones.

—Está bien, no se preocupe aquí tengo al mando de mi novio que es el que se preocupa por todo.—señale con la cabeza a Cameron cosa que lo ofendió porque se cruzó de brazos como un niño pequeño antes esperar a que la doctora le dé la cita acordada.

—Si fuera por ella, ahorita estaría durmiendo como un koala sin despertado.—contraataco Cameron sonriéndome con una sonrisa de complicidad.—Si no le aviso que tenemos hoy cita, se le olvida y pasa de largo.

—Ustedes dos son una pareja muy linda.—dijo la doctora riéndose por las cosa que Cameron dijo.

Yo en cambio solo lo mire feliz antes de seguir con la indicación de mi pediatra y después de ahí salimos a ver a mi terapeuta Daniel como costumbre.

Para cuando llegamos al apartamento ya eran casi las ochos de la noche y me estaba muriendo de hambre, cosa que eso era un peligro. Ya que dicen que mujer con hambre es muy peligrosa y si no comía aunque sea una fruta terminaría matando a alguien.

—¿Debería sentirme cansada y con mucha hambre?—le pregunte a mi novio mientras el buscaba la llave para abrir la puerta del apartamento.

Cameron se encogió de hombros antes de asentir.

—Claro que sí, mamá siempre tenía mucha hambre o antojos de algunas cosas cuando estaba embarazada de Catherine.

<<Ahora que lo pienso yo nunca vi a mi madre tener antojos de algo cuando estaba embarazada de franyelys frente de mis ojos.>>

Me pase las manos por el pelo para sacar esa estupidez de mi cabeza mientras Cameron me dejaba entrar después de abrir la puerta, y antes de que pisara el interior se escuchó una risita un poco escandalosa que conocía muy bien y pensé que no volvería a estar fastidiándonos después de ayudarla.

La vecina del frente estaba sentada a horcajadas encima de Justin, mientras que este le metía mano y ella se moría de risa de cosas que Justin le susurraba en el oído poniéndola colorada.

—Saben que hay habitaciones ¿verdad?—dije con una pequeña sonrisa de complicidad mientras me dirigía a la cocina porque tenía antojos de mucho, pero mucho helado de frambuesa.

<<Aviso de una vez, odiaba la frambuesa pero al parecer los gemelos la adoraban y me torturaban en ese proceso.>>>

Ellos se asustaron al escucharme y de un salto la rubia cayó en el piso provocando que Cameron soltara una risita antes de seguirme también a la cocina y ponerse a sacar cosas para preparar la cena.

—No se preocupen sigan en lo suyo.—contesto mi novio encendiendo la cocina.

Mientras me llevaba una cucharada a la boca de helado pude ver que Justin nos fulminaba con la mirada antes de ayudar a la rubia levantarse del suelo.

—¿Pensé que se quedarían en casa de Sam porque mañana su cita era muy temprano y desde la casa de Sam quedaba más cerca?— dijo Justin mientras también se nos unía en la cocina atrayendo a la rubia con él que estaba un poco con vergüenza por descubrirla así.

Lo apunte con mi cuchara antes de fingir un mueca de no agrado, ya no me molestaba ella u otra persona. Ahora que la veo bien, lo que me molestaba de ella antes. Era que me veía en ella y no sabía cómo podía ayudarla avanzar.

—Pensaste cariño.—dije un poco alegre a la vez.—Pero la adelantaron hoy… y bueno por eso estamos aquí, hoy interrumpiendo su amor clandestino ¿he?

Cameron se rio atrás de mi mientras que él seguía cocinando y yo me burlaba de los tortolos que me miraban con unos ojos abierto de más sorprendido a la vez.




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