Una noche loca. PARTE I
Inanna (6 años después)
Las olas pequeñas chocan con la arena, la brisa fresca y el olor a sal es lo que llena mis fosas nasales cuando respiro un poco y cierro los ojos disfrutando mi pequeño descanso en la tumbona de la playa.
Escucho las risas infantiles y sonrió feliz abriendo los ojos que se posan rápidos en las dos pequeñas niñas que juegan en la arena haciendo castillos, mientras que Samiel y Samuel se lanza algas desde la orilla de la playa.
Cuando veo a mis niños, no puedo creer que ya hayan crecido tan rápido, apenas tienen seis años y no me lo creo. El tiempo pasa más rápido de lo crees, y a veces solo le pido que me regale más momentos hermoso para atesorar. Camila tiene tres años y su prima, la hija de mi hermana Sam. Porque ella fue más que una amiga, tuvo a su princesa que es igualita a ella. Se llama Kaddesh, un bonito nombre para una hermosa niña que apenas tiene dos añitos.
— Sam que la vayas ayudar con la comida.—aparece Tate a un lado y ahora dejo de mirar a los niños colocando la mirada en él.
Sigue siendo musculoso y alto, todavía le sigo echando broma a mi amiga que como puede soportándolo en la cama. Pero solo se ríe y me deja hablando sola.
Recojo mi laptop y mis notas que tenía, a un lado. El motivo del viaje era disfrutar todos en familia, en la casa de la playa de Sam. Nada de trabajo, nada de estrés solo disfrutar. Pero hay veces que necesito repasar mis notas y seguir un poco de mi vida, es que ser psicóloga nunca ha sido fácil. Cada día aprendo algo nuevo.
—Pendiente de ellos.
—Claro, ve tranquila.—me dice caminando para donde están las niñas.
Cuando llego en el porche sacudo los pies para no entrar llenando la casa de arena, cuando escucho la puerta de un vehículo cerrarse llamando mi atención. De este se baja Justin y Annie la vecina insoportable que ayude hace tiempo con sus traumas, y tras de ellos viene mi esposo. Justin y Annie siguen viviendo en el apartamento que compartía con Cameron, estos dos llevan su relación un poco rara. Pero la prueba, porque veo a Justin más feliz de lo que alguna vez lo vi.
—¡Iguanaaaaa!— grita Justin cuando me ve soltando la maleta saliendo corriendo a verme, no me da tiempo de asimilar cuando me alza entre sus brazos y comienza a dar vuelta muerto de risa.
—He, jirafa. Sueltameee. —trato de que me suelte pero lo que hace es reírse más.
Cuando por fin me deja en el suelo, todo me da vuelta y él aun sigue con su risita.
—Está más fea cada día, ve si sonríe un poco a la vida.
—Y tu debería de dejar de ser tan loco a veces, eso afectaría a tu capacidad de pensar. —le digo cruzándome de brazos, él solo se encoje de hombros con su sonrisa.
—¿Dónde están mis sobrinos? Traje muchos juguetes.
—En la playa.
—Dale, yo la ayudo con las maletas. —Cameron le dice cuando voltea a ver a Annie y que le asiente con la cabeza. Este le da un beso en la frente y se va a la playa.
Miro a Annie mientras le regalo una pequeña sonrisa.
—Me imagino que están cansada del viaje, te enseño tú habitación.
—Gracias.—dice ella siguiéndome.
Cuando entro dejo mis cosas en el sofá, mientras le enseño donde se va a quedar esta semana con Justin. Todos merecíamos un descanso de todo, Cameron ha estado muy cargado en el trabajo y no se ha sentido bien, Sam y Tate igual, y yo también. Así que todos propusimos tener una semana de vacaciones en la casa de la playa por eso estamos todos aquí disfrutando.
—Voy a estar abajo en la cocina cualquier cosa, te llegas.—le digo cuando le ya termino de explicarle todo y Cameron no haya dejado solas en la habitación.
—Claro, me cambio un poco y bajo ayudarlas.
***
Después de ayudar a Sam con la comida y arreglar la mesa donde vamos a comer, me vuelvo a dejar caer en el sillón abriendo mi laptop pero esta vez revisando anuncio solo por aburrimiento.
— Tengo ganas de salir esta noche.—me dice Sam dejándose caer a mi lado, aparto la mirada de la pantalla y la coloco en ella cuando se acomoda colocando la cabeza en el respaldo y los pies en mi piernas.
—Pero no puedes beber.
—Lo se.—dice decepcionada pero igual con esa idea en la cabeza.
—Y si solo salimos a divertimos, no hay nada de malo disfrutar una noche de chicas sin bebidas.—Habla Annie dejándose caer en el otro sillón.
—Estoy de acuerdo con Annie, podemos salir y que nuestros esposos se queden cuidando a los niños. Merecemos un pequeño descanso.—dice Sam mirándome.
Asiento estando de acuerdo y sonrió divertida cuando veo el nuevo anuncio que aparece en la pantalla.
—Creo que sé a dónde iremos hoy. —susurro solo para las tres. Después de que le cuento mi plan a donde iremos, las tres decidimos callar lo que vamos hacer.
Por eso cuando nuestros esposos y niños llegan, solo sonreímos y comemos tranquilo en lo que resta de la tarde. Ya en la noche, aun mirando el techo cuando todo está en silencio porque son las 10 pm, miro a mi lado y observo a Cameron rendido.