Inmortal: Canción de amor

CAPITULO 7

 Doy vueltas en la cama tratando de conciliar el sueño, no ha sido un fin de semana fácil ni normal, es tan irreal que me cuesta creerlo, la duda sobre qué hacer me invade y por más que lo pienso mis ideas no están claras, sé que mis padres no creerán si les digo y Mary no les dirá, la conozco y sé que encuentra fascinación en todo esto. Supongo que para el cerebro de una adolescente de trece años esto es fantástico, debe pensar que está viviendo en una historia como crepúsculo o algo por estilo, pero, haciendo a un lado todo eso, yo solo puedo pensar en el peligro que hay tras esto. Por otro lado, está Nicolas, tengo tantas preguntas, pero no quiero agobiarlo, antes no creía en los fantasmas, pero lo conocí y no puedo dejar de pensar en lo mal que se ha sentido todo este tiempo, quisiera ayudarlo, pero no sé cómo, el piensa que, si logro averiguar lo que es el frasco con el extraño líquido, quizá pueda ayudarlo a comprender que le ha sucedido.

Antes de acostarme he buscado en Google, pero no hay resultados y no tengo idea de en donde buscar, mañana hablaré con Mary y revisaré algunas de las fuentes de datos de mis padres, quizá ahí encuentre algo. Miro por la ventana, la noche está oscura y amenaza con llover, nunca me ha gustado la lluvia, cierro los ojos, quiero poner en blanco mis pensamientos y poder descansar, pero, el rostro de Nicolas está presente en mis sueños, su canción empieza a sonar suavemente, puedo imaginarlo en algún rincón del ático pasando sus dedos sobre las cuerdas de la guitarra, cuando escucho su canción es como si todos mis miedos se disiparan y quedaran suspendidos en el espacio, desvaneciéndose lentamente y llenándome de una tranquilidad que bien podría hacerse eterna, si tan solo los sueños nunca terminaran.

Alguien toca mi brazo y me despierto sobresaltada, la luz que entra por la ventana me encandila y se me dificulta ver.

—Tranquila, Evy, soy yo— es la voz de mamá —Se te hace tarde para ir a la escuela, tu padre y yo las llevaremos ¡es su primer día! ¿no te emociona? —mamá habla como si nunca hubiese tenido otras primeras veces, creo que nunca se ha detenido a pensar en que no me gusta mudarme, no me gusta tener que pasar cambiándome de escuela, no me gusta tener que pasar por primeros días en la escuela más de tres veces por año.

—No quiero ir—digo volviéndome a arropar, otra de las tantas cosas que no me gustan es despertarme temprano.

—Que perezosa eres— la voz de Nicolas hace que salga rápidamente de entre las sabanas.

—¿Conoces el significado de espacio personal? — pregunto una vez me he asegurado de que mi madre ya no se encuentra en la habitación.

Nicolas sonríe, se asegura de que no olvide el favor que me ha pedido y yo asiento, luego se retira desapareciendo entre las paredes.

Me desperezo y me armo de valor para empezar el día.

—Lo olvidé, tu hermana debe guardar bien la caja que ha encontrado— Nicolas habla tras volver a aparecer.

Yo también lo había olvidado, antes de desayunar me encargo de hablar con Mary, no quiero volver a caer en la conversación sobre lo que pasó anoche, no quiero alentar sus fantasías y sobre todo quiero evitar ponerla en peligro, aún no sabemos quién era el hombre que nos intercepto anoche, no es humano, pero, tampoco era un vampiro, Nicolas sospecha que es alguien en transición, alguien como Isabella, que desea la sangre para poder convertirse en vampiro, solo podemos evitar que la obtenga si hacemos que la caja permanezca en la casa, aquí no podrá entrar, pero, obvio esa parte no se la explico a Mary, no quiero que sepa sobre Nicolas, como puedo la convenzo para que oculte la caja y por ningún motivo la saque de la casa.

—Lo prometo— dice, pero sé que mi hermana no cumple sus promesas, para asegurarme me encargo de ocultar la pequeña caja en un lugar donde mi hermana no puedo hallarla.

Mis padres cumpliendo su papel de adultos responsables nos llevan a nuestra nueva escuela, que no puede ser peor de lo que esperaba, nos toca llevar un horrible uniforme gris, la falda casi llega debajo de mis rodillas, y la camisa blanca hace que siento mucho calor, por si fuera poco, a las mujeres nos toca llevar una gruesa vincha que combina a la perfección con el aburrido color de la falda.

—Gracias, no pudieron escoger una escuela más ridícula, gracias, de verdad— digo tras bajarme del auto, mamá está a punto de decirme algo, pero papá la detiene, <<déjala, ya se le pasará>> esa frase cada día me irrita más.

Inmediatamente se marchan me invade la culpa, no debería ser tan grosera con ellos, pero ¿por qué no se detienen a pensar un solo segundo en mí?

Mary se despide, a ella le causa emoción la nueva escuela, debo reconocer que por muy feo que sea el uniforme a Mary nada nunca le queda mal, su cabello rubio hace ondas mientras corre hacia su salón.

Tomo aire antes de entrar a mi nueva clase, la mayoría de los alumnos ya han llegado, era de esperarse que todos me miraran en cuanto entrara, después de todo no solo soy la chica nueva, sino que también la chica nueva de la casa embrujada y eso en un pueblo tan pequeño como este debe ser una novedad.

—¡Evy! — escucho que alguien grita mi nombre al fondo del salón, observo y noto a una eufórica Valerie levantando la mano para que me acerque — Te he guardado un puesto a mi lado.

—No me dijiste que asistiríamos a la misma clase— de cierta forma me siento aliviada por encontrar a alguien conocido.



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En el texto hay: vampiros, fantasmas, romance

Editado: 08.08.2021

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