Capítulo 2:
Hambre de libertad
La luna siempre ha sido testigo de cada uno de mis secretos la única que no murmura mi pasado. Mi fiel amiga y confidente. Creí haber acabado con todo lo referente al apellido de mi padre, que equivocada estuve por tantos años.
Un libro. Solo un antiguo libro escrito por un desconocido, relata perfectamente los nombres de los integrantes de mi familia, y lo que ocurrió después. Fue el único que quedo y tuvo que llegar a manos de Henry, fue allí donde se encontró con Sonia Olmos, lo demás solo tuvo que ir atando los cabos. Y por cosas del destino, aunque me gusta pensar más que sombras de mi propio infierno han sido los responsables de que Selt supiera la verdad.
Mi hermano mayor tuyo que haber intervenido en el conocimiento que obtuvo Selt, no encuentro otra explicación. En el momento en que Nariel sintió interés por la sombra… él tuvo más libertades de movilidad.
El libro tiene algunas hojas arrancadas, mi pasado se encuentra en manos de alguien más. ¿Quién podrá ser? Revise toda la mansión De La Rosa en busca de cualquier otra prueba que pudiera haber obtenido Arturo, pero las hojas faltantes siguen desaparecidas. Dudo que estén en manos de Mia, ya me las hubieran hecho llegar. Tiene que ser alguien más, el lobo quizás.
—Mi señora.
—Dime que tenemos a Sergio Arellano —cierro el libro.
Un hombre larguirucho, vestido con pantalones anchos hasta las rodillas y blusa holgada, con plumas negras como cabello, mejor conocido como el cuervo. Una criatura mítica de la oscuridad, con conocimientos sobre las plantas, pero está lejos de ser un sanador, todo lo contrario, él aprovecha la toxicidad para crear una niebla para esparcir potentes venenos, crear alucinaciones y adormecer a un pueblo entero si se lo propone.
—Lamento comunicarle que no ha sido posible. El joven es perspicaz —dice el cuervo con los largos brazos cruzados en la espalda—. Mantiene relaciones con Fabián Santamaría y su esposa Mia de La Rosa, sin embargo, les guarda cierto recelo. A mi parecer ya se ha percatado de la falta de recuerdos de la joven pantera.
Eliminar ese obstáculo llamado Sergio no será posible en la ciudad de los guardianes, no. Habrá que esperar a que regrese, estoy segura de que volverá por mi hija.
—Entonces, ¿a qué has venido? —inquiero.
Es curioso que esté aquí, su viaje a Pétalos de oscuridad se extendería unas semanas más, se encuentra en busca de manzanilla de la muerte, una planta mortal, todas sus partes son venenosas.
—Le traje esto —me hace entrega de un manojo de cartas que tenía ocultos en sus manos—, son solo algunas. Henry estuvo en contacto con un guardián y les pasaba información sobre ti.
Su traición no comenzó con mi hija Selt, ese mal nacido lleva tiempo poniéndome en la liana de los guardianes. Por eso fui una de las principales sospechosas.
—No debería sorprenderme —las incinero en mis manos al igual que el libro. Lo que sea que le estuviera informando el duendecillo se convertirá en cenizas—, pero lo hace. Henry nos estaba traicionando desde mucho antes.
—Los guardianes mantienen sus sospechas sobre nosotros, pero con la muerte de Arturo se perdió mucho del trabajo que estaban realizando —argumenta el cuervo—. Se escuchan buenos rumores sobre Cesar Acosta, al parecer le darán el puesto de canciller de Enmerald.
Una buena noticia para varias.
—Excelente. Una vez que esté en el cargo procederemos.
—Como diga. Me retiro mi señora.
Se aleja por el cavernoso pasillo. Los restos del libro y las cartas siguen en mis manos, me las sacudo contra el vestido.
La hilera de celdas se encuentra vacías, a excepción de la de Henry y en otra estancia mi hija Selt.
Esa niña estuvo tan cerca de cegar mi vida, todavía puedo sentir los trozos de hielo dentro de mi carne, rasgándome por dentro. La subestimé demasiado, un error que no volveré a cometer. No puedo lastimarla, o, mejor dicho, no debo hacerlo porque si ella muere también lo haré yo.
El demonio que la vida me puso de hermano le ha tomado cariño a la niña, y la está cuidando con todo y las cadenas que he puesto en él, la pequeña libertad que le dio Nariel en un corto tiempo le permitió enlazarme con mi hija menor. Ella es su esperanza para salir, pero voy a encontrar la manera de encadenarla a ella también sin que mi vida corra peligro.
Por primera vez después de muchos años siento que me encuentro entre la espada y la pared. Atrapada entre un demonio y una bruja mystic. Depender de Simón me hace débil, él, aunque está encarcelado en la oscuridad si se le muestra un rayo de luz toma fuerzas para luchar contra mí. Ha estado batallando durante estos tres meses, quiere volver, respirar de nuevo, pero su cuerpo ya no existe, él no tiene a donde regresar y dejarlo en libertad como la criatura de inframundo que es no está a discusión
Toda su existencia será una condena en el olvido, de esa manera yo puedo alcanzar la gloria que me he propuesto. Camino en busca de la celda que se convirtió en el hogar del duendecillo. Iluso imbécil que creyó poder ir contra mí. Tengo planes para él.