Anfitriona
El archiduque ingreso rápidamente a la mansión encontrándose con Winston quien justamente salía de la cocina después de dar indicaciones para la cena.
- Excelencia, ¿necesita algo? – Pregunto rápidamente al ver la expresión de Kieran, que, aunque no expresaba demasiado, para el que lo conocía desde que era un niño podía sentir la tensión que emanaba su postura a kilómetros.
- Winston, necesito que prepares el ala este para invitados importantes, recibiremos a un miembro de la realeza de Nefaria. – Anuncio el archiduque con ese tono calmado per certero, no era un asunto cualquiera después de todo, la paz entre ambos reinos era algo que, aunque parecía estable, nunca se podía estar completamente seguro.
- Entiendo excelencia. – Dijo Winston haciendo una reverencia. – Ya mismo enviare para que preparen su baño e iré a arreglar todo. – Dijo para salir con paso apresurado y la gran diligencia que lo caracterizaba a preparar todo, el más que nade entendía la importancia de la situación.
Dicho aquello Kieran se dirigió a su habitación para prepararse, pero antes de entrar recordó que ahora no se trataba solo de él, pues la anfitriona de la mansión y del archiducado era su esposa, por lo que en un movimiento rápido se desvió un momento hacia la habitación que está al lado de la suya, la cual pertenece a la archiduquesa.
- Excelencia. – Saludaron las doncellas que seguían organizando las cosas de Lyra mientras esta se encontraba totalmente absorta en organizar algunos libros sentada en el piso de la habitación, pareciendo una niña pequeña, algo que tenía totalmente atónitas a las doncellas a excepción de Isela y Eira que ya la conocían.
Lyra levanto su cabeza al escuchar el saludo de las doncellas encontrándose efectivamente con la presencia del archiduque que la observaba con una mezcla de curiosidad e intriga, pero como no tenía tiempo para ello en ese momento se dirigió rápidamente a las doncellas.
- Retírense un momento. – Ordeno Kieran quedándose a solas con la archiduquesa.
- Excelencia, ¿sucede algo? – Cuestiono Lyra poniéndose de pie al notar cierta tensión en los hombros de Kieran.
- Tenemos visitas. – Informo rápidamente. – Por lo que te pediré que te prepares para darles la bienvenida. – Indico.
- ¿Visitas? – Cuestiono Lyra levantando una ceja.
- Así es. – Respondió el archiduque. – Se suponía que llegarían hasta dentro de unos meses, pero no sé qué sucedió y se adelantaron. – Explico.
- ¿De quién se trata? – Pregunto intrigada Lyra, si era alguien que el archiduque en persona debida recibir entonces se trataba de alguien muy importante.
- Su alteza el segundo príncipe de Nefaria. – Anuncio con lo que Lyra entendió que efectivamente era una visita muy importante.
Un pequeño silencio se apoderó de la habitación. Aquel nombre no era cualquiera. El Reino de Nefaria había sido años atrás, el más feroz enemigo del reino y por ende del Archiducado. De hecho, era una de las razones de que ahora ellos estuvieran casados, pues fue gracias a la intervención de Mystara sobre todo la ayuda de cierta persona la que logro la muerte del anterior rey de Nefaria y con ella la victoria de Vylonia, después de aquello y con la coronación del nuevo rey. Xaren Nightshade la paz de había logrado y aunque esta había sido firmada y mantenida por años, la desconfianza aún permanecía viva en sus corazones.
- Entiendo. – Dijo la archiduquesa, recomponiendo su postura, mientras mentalmente preparaba todo en su mente, si bien es cierto en su reino no se recibían visitas tan importantes como raleza de otros reinos, tenían reglas muy estrictas de cortesía, además su nana se haba encargado personalmente de explicarle sus funciones como archiduquesa, al ser la esposa de un hombre tan importante e influyente como el archiduque Darkhunter era claro que debía estar preparada pare ese tipo de situación aunque jamás se imaginó que sería tan pronto que debería poner en práctica sus conocimientos al respecto.
Una pequeña transformación que no pasó desapercibida para Kieran que cada vez estaba más interesado en esa pequeña mujer que ahora tenía por esposa, la cual tenía tantas facetas.
Hacia unas horas la había visto saludar con el porte y elegancia dignas de su rango, sin eliminar de toda la dulzura que la caracteriza para luego parecer una niña mientras observaba con detalle la mansión.
Es más, cinco minutos antes cuando entro, la encontró en el piso como cualquier jovencita y ahora le veía caminar hacia sus maletas buscando algo mientras ponía expresión seria en total concentración con su misión.
- Estaré lista en unos minutos excelencia, ¿necesita que envié doncellas a preparar su baño? – Pregunto, poniéndose al frente de su labor como señora de la casa.
- Ya Winston se encargó de ello, así que te vere en unos minutos. – Dijo Kieran un tanto sorprendido por la rapidez con la que Lyra se adaptó a la situación.
Los minutos siguientes estuvieron llenos de movimientos por la mansión, Lyra con ayuda de Isela y Eira se preparó rápidamente vistiendo formalmente para bajar y ayudar a Winston con la preparación de las habitaciones para los invitados, así como la comida que ahora no podría ser tan sencilla como se había planeado inicialmente.
Winston obedecía feliz, se sentía realmente feliz de volver a tener una anfitriona en la mansión, sobre todo ahora que veía que la archiduquesa lo hacía realmente bien.
Kieran después de tomar su baño y vestirse de acuerdo a la situación había salido para preparar a la guardia, debían estar atentos a cualquier movimiento, además para informarse de si el segundo príncipe ya había entrado a la capital.
- Mi señor, todo está listo. – Informo Helio. – Según nuestra guardia, su alteza el segundo príncipe de Nefaria acaba de atravesar las puertas de la capital, donde Eamon lo esperaba. – Anuncio.
- Bien. – Dijo Kieran con calma. – Recuerda que tu prioridad ahora es la seguridad de la señora. – Le recordó a Helio quien por su cargo era el encargado de la seguridad de la archiduquesa, sobre todo en ese momento con visitantes en la mansión. Pues ahora además de la seguridad el territorio y el reino, su prioridad es la seguridad de su esposa.
- Si señor. – Dijo Helio haciendo una reverencia, tenía claro la importancia de su misión.