Inmune a mis encantos.

5 | Hadley Danvers de Deadwyler y mil interrupciones.

FLASHBACK (HADLEY)

 

-Pensé que no vendrías –susurra en mi oído enviando corrientes eléctricas por toda yo

-¿Por qué? –Pregunto enredando mis dedos en su rubia cabellera. Es suave y sedosa

-Según muchas, no inspiro confianza –dice con algo de desilusión en su voz

-Nunca juzgo un libro por su portada –confieso besando su mejilla y él se sonroja.

 

El asombro me describe. Jamás imaginé que pudiera causarle esto.

 

-¿Sabes? –Pregunta viéndome fijamente

-¿Qué? –Le pregunto en respuesta

-Hace rato mi mejor amigo me mostró las fotos –dice como recordando

-¿Y? –Pregunto curiosa

-En una de ellas parecías estar viendo mi trasero –contesta pícaro riendo- ¿Estabas viéndome la retaguardia, Hadley Danvers?

Diablos.

Mi nombre en su voz es algo supremo.

 

*FIN DEL FLASHBACK*

 

 

HADLEY

 

-No. –Respondo rápido, desviando la mirada

-¡Claro que sí! ¡No mientas! ¡Muérgana! –Grita riendo fuertemente y haciéndome cosquillas

-¡Estás loco o ciego! ¡Claro que no! –Grito riendo también

-¿Lo niegas? ¿¡Cómo te atreves!? –Pregunta alzando la voz

-¡Ya! ¡Es más que suficiente! –Grito. El estomago me duele de tanto reír

 -¡No pienso parar hasta que confieses! –Ríe ante mis quejas.

 

Los minutos pasan y aumenta la tortura. Aún no lo admito.

 

-¡Admítelo! ¡No me moveré hasta que lo escuche de tu boca! –Dice apachurrándome

-No… respiro –digo botando la mitad del aire que tengo- Está bien ¡Me rindo! ¡M-miraba tu retaguardia! ¿Y qué? –Suelto y él deja de aplastarme

-No esperaba eso pero, no me quejo –dice con su sonrisa tumba bragas

-Condenado ese. Debió guardarse esa foto –digo rodando los ojos- ¿Cómo es que se apellida? ¿Dead…wyler? Me suena demasiado ese apellido.

-No. Él es Duff. Deadwyler es mi apellido y el tuyo próximamente –dice mostrando sus dientes blancos y admirables en una sonrisa ladeada

-Sí, cómo no –digo riendo y el rubio hace un puchero. El corazón se me encoge al verlo. Jamás imaginé que un hombre tan sexy y rudo hiciera cosas como un puchero o un berrinche. Deseo recordar esto por la eternidad

-¡Di que sí! –Grita haciendo otro puchero- ¡Dilo!

-Aish, sí. Seré “Hadley Danvers de Deadwyler” –digo rodando los ojos

-¡Siiiiii! –Chilla enérgicamente aplaudiendo, sentado encima de mí.

 

Río ante su reacción, queriendo guardar esta sensación placentera de su cuerpo aplastando el mío mientras está sentado en mí y sus piernas abrazan mis costados. Quiero atesorar todo esto por siempre y para siempre.

 

Deadwyler, mi futuro esposo, acuna mi rostro en sus manotas.

Detallo sus brazos. Gracias a su arremangada chaqueta del equipo, también unos tatuajes en sus brazos y sus remarcadas venas.

Dioss.

Amooo.

Entre mis tatuajes favoritos están una nubecita, una serpiente enrollada, y un águila que lleva una serpiente cascabel entre las garras, ubicada en su mano. El ala izquierda del ave, termina en su pulgar y la culebra desciende hasta su dedo índice. Dichos dibujos en tinta, están en su brazo y mano derecha.

 

-Quiero llevarte a uno de mis lugares favoritos. ¿Nos vamos juntos y… me acompañas? –Pregunta suplicante

-Claro que te acompaño –respondo sonriente.

 

Se acerca lentamente, acostándose sobre mí de nuevo.

Arrima su cara a la mía. Nuestras narices se rosan. Su aliento a menta acaricia mis labios.

Estando a menos de tres milímetros de distancia una risotada nos interrumpe.

 

-¿En el césped? Qué salvaje, Ryan –Dice el pelinegro alto y fornido que vi con Michael ayer en la cafetería- ¿Te hartaste de las sobras de Audrey?

-Me hastiaron desde hace ya tiempo, Wallacito. ¿Sabes qué? Métete en tus asuntos y en las sabanas de Hudson, como siempre –dice cortante y algo burlón despidiéndolo.

Uhhh –dice mi versión diabla mini tapando su boca con una de sus manos y moviendo la otra arriba de su cabeza.

El joven se retira con la mandíbula tensa.

 

-¿En qué estábamos, mi amor? –Pregunta acercándose nuevamente.

 

Sonrío ante su “mi amor” y justico cuando iba a besarme, mi celular sonó y vibró como loco desde el bolsillo de mi falda. Ryan hace un mohín y me pide que conteste.

Es un número desconocido que marca la llamada como urgente. Contesto y pongo la llamada en alta voz.

 

-¿Aló? ¿Qué pasa? –digo al aparato     

-¡Hadley! ¡Noah ha matado a Nathan en el baño de hombres! –Grita Hudson desesperado

-¿¡QUÉ!? –Pregunto mientras el corazón me brinca en el pecho

-Noah está al borde de la locura. No para de llamarte. Ven ahora –dice con preocupación.

 

Cuelgo velozmente y tiro el celular en el pasto. Miro a Ryan y él está igual que yo. Preocupado y sorprendido.

Se levanta, toma mi celular, lo guarda en su bolsillo y me toma de la cintura para levantarme. Lo hace como si hubiera sido una pluma.

Ambos corremos hacia el lugar de los hechos. El rubio va tomado de mi mano.

Llegamos y Nathan está tendido en el suelo. Noah, se arranca los pelos agachado al lado de su mejor amigo.

Entro sin que me importe nada y me lanzo al suelo junto al pelinegro.

 

-¿¡Qué pasó, Noah!? –Pregunto intentando tomar la calma

-Y-yo lo golpeé, zanahoria. Le dije algo sobre él y Janisse. M-me empujó. Yo se lo de-devolví y cayó al suelo. S-se pegó en la cabeza. Yo-yo lo maté, zanahoria –dice llorando y temblando




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.