FLASHBACK (HADLEY)
-Pensé que no vendrías –susurra en mi oído enviando corrientes eléctricas por toda yo
-¿Por qué? –Pregunto enredando mis dedos en su rubia cabellera. Es suave y sedosa
-Según muchas, no inspiro confianza –dice con algo de desilusión en su voz
-Nunca juzgo un libro por su portada –confieso besando su mejilla y él se sonroja.
El asombro me describe. Jamás imaginé que pudiera causarle esto.
-¿Sabes? –Pregunta viéndome fijamente
-¿Qué? –Le pregunto en respuesta
-Hace rato mi mejor amigo me mostró las fotos –dice como recordando
-¿Y? –Pregunto curiosa
-En una de ellas parecías estar viendo mi trasero –contesta pícaro riendo- ¿Estabas viéndome la retaguardia, Hadley Danvers?
Diablos.
Mi nombre en su voz es algo supremo.
*FIN DEL FLASHBACK*
HADLEY
-No. –Respondo rápido, desviando la mirada
-¡Claro que sí! ¡No mientas! ¡Muérgana! –Grita riendo fuertemente y haciéndome cosquillas
-¡Estás loco o ciego! ¡Claro que no! –Grito riendo también
-¿Lo niegas? ¿¡Cómo te atreves!? –Pregunta alzando la voz
-¡Ya! ¡Es más que suficiente! –Grito. El estomago me duele de tanto reír
-¡No pienso parar hasta que confieses! –Ríe ante mis quejas.
Los minutos pasan y aumenta la tortura. Aún no lo admito.
-¡Admítelo! ¡No me moveré hasta que lo escuche de tu boca! –Dice apachurrándome
-No… respiro –digo botando la mitad del aire que tengo- Está bien ¡Me rindo! ¡M-miraba tu retaguardia! ¿Y qué? –Suelto y él deja de aplastarme
-No esperaba eso pero, no me quejo –dice con su sonrisa tumba bragas
-Condenado ese. Debió guardarse esa foto –digo rodando los ojos- ¿Cómo es que se apellida? ¿Dead…wyler? Me suena demasiado ese apellido.
-No. Él es Duff. Deadwyler es mi apellido y el tuyo próximamente –dice mostrando sus dientes blancos y admirables en una sonrisa ladeada
-Sí, cómo no –digo riendo y el rubio hace un puchero. El corazón se me encoge al verlo. Jamás imaginé que un hombre tan sexy y rudo hiciera cosas como un puchero o un berrinche. Deseo recordar esto por la eternidad
-¡Di que sí! –Grita haciendo otro puchero- ¡Dilo!
-Aish, sí. Seré “Hadley Danvers de Deadwyler” –digo rodando los ojos
-¡Siiiiii! –Chilla enérgicamente aplaudiendo, sentado encima de mí.
Río ante su reacción, queriendo guardar esta sensación placentera de su cuerpo aplastando el mío mientras está sentado en mí y sus piernas abrazan mis costados. Quiero atesorar todo esto por siempre y para siempre.
Deadwyler, mi futuro esposo, acuna mi rostro en sus manotas.
Detallo sus brazos. Gracias a su arremangada chaqueta del equipo, también unos tatuajes en sus brazos y sus remarcadas venas.
Dioss.
Amooo.
Entre mis tatuajes favoritos están una nubecita, una serpiente enrollada, y un águila que lleva una serpiente cascabel entre las garras, ubicada en su mano. El ala izquierda del ave, termina en su pulgar y la culebra desciende hasta su dedo índice. Dichos dibujos en tinta, están en su brazo y mano derecha.
-Quiero llevarte a uno de mis lugares favoritos. ¿Nos vamos juntos y… me acompañas? –Pregunta suplicante
-Claro que te acompaño –respondo sonriente.
Se acerca lentamente, acostándose sobre mí de nuevo.
Arrima su cara a la mía. Nuestras narices se rosan. Su aliento a menta acaricia mis labios.
Estando a menos de tres milímetros de distancia una risotada nos interrumpe.
-¿En el césped? Qué salvaje, Ryan –Dice el pelinegro alto y fornido que vi con Michael ayer en la cafetería- ¿Te hartaste de las sobras de Audrey?
-Me hastiaron desde hace ya tiempo, Wallacito. ¿Sabes qué? Métete en tus asuntos y en las sabanas de Hudson, como siempre –dice cortante y algo burlón despidiéndolo.
Uhhh –dice mi versión diabla mini tapando su boca con una de sus manos y moviendo la otra arriba de su cabeza.
El joven se retira con la mandíbula tensa.
-¿En qué estábamos, mi amor? –Pregunta acercándose nuevamente.
Sonrío ante su “mi amor” y justico cuando iba a besarme, mi celular sonó y vibró como loco desde el bolsillo de mi falda. Ryan hace un mohín y me pide que conteste.
Es un número desconocido que marca la llamada como urgente. Contesto y pongo la llamada en alta voz.
-¿Aló? ¿Qué pasa? –digo al aparato
-¡Hadley! ¡Noah ha matado a Nathan en el baño de hombres! –Grita Hudson desesperado
-¿¡QUÉ!? –Pregunto mientras el corazón me brinca en el pecho
-Noah está al borde de la locura. No para de llamarte. Ven ahora –dice con preocupación.
Cuelgo velozmente y tiro el celular en el pasto. Miro a Ryan y él está igual que yo. Preocupado y sorprendido.
Se levanta, toma mi celular, lo guarda en su bolsillo y me toma de la cintura para levantarme. Lo hace como si hubiera sido una pluma.
Ambos corremos hacia el lugar de los hechos. El rubio va tomado de mi mano.
Llegamos y Nathan está tendido en el suelo. Noah, se arranca los pelos agachado al lado de su mejor amigo.
Entro sin que me importe nada y me lanzo al suelo junto al pelinegro.
-¿¡Qué pasó, Noah!? –Pregunto intentando tomar la calma
-Y-yo lo golpeé, zanahoria. Le dije algo sobre él y Janisse. M-me empujó. Yo se lo de-devolví y cayó al suelo. S-se pegó en la cabeza. Yo-yo lo maté, zanahoria –dice llorando y temblando