Inmune a tus encantos

Capítulo 3: número 172

Clare

Hoy es sábado y el día que no quería que llegara, en la tarde será el dichoso concurso y ahora tengo a mi hermana y a mi mejor amiga invadiendo mi habitación, toda mi ropa esta sobre la cama y yo estoy sentada en la silla de mi escritorio frente a ellas impotente, odio sentirme como un bicho raro en mi propia habitación.

— ¿Qué tal este? — Luci hace una mueca.

— No lo creo la hace ver muy delgada tiene que resaltar sus curvas — abro mis ojos, ellas hablan de mi cuerpo como si no estuviera presente.

— Tienes razón — mi hermana deja el vestido en el piso y mira los de la cama, una sonrisa triunfante surca su rostro — este definitivamente — toma un vestido negro floreado con mangas hasta los codos y escote en V, no tengo idea de donde salió ese vestido.

— ¡Es genial! — lo toma y me lo extiende — Póntelo, Clare.

Levanto una ceja — les recuerdo que voy a un concurso de canto no a un reinado de belleza.

Mi hermana pone los ojos en blanco — estarás frente a Adam Taylor — hago una mueca — ¡ADAM! — repite como si yo fuera retrasada — no puedes ir con cualquier cosa encima, tienes que ir preciosa.

Me levanto de mala gana y tomo el vestido, ambas sonríen — les juro que van a estar en deuda conmigo todas sus míseras vidas — les apunto con mi dedo índice.

Ambas se carcajean y entro al baño para ponerme el dichoso vestido, cuando salgo unas sonrisas gigantes se instalan en sus rostros — eureka — dice Sam.

— Te vez hermosísima — Luci me jala para sentarme en una silla — si no te eligen los demandamos.

No puedo evitar reírme — no exageren — veo como Luci empieza a abrir su gigante kit de maquillaje, y ni siquiera se maquilla, que ironía — hay más de 300 chicas participando — no me prestan atención solo conversan de qué color de sombra me quedaría mejor — ¡¿Me escuchan?! — levanto el tono de mi voz, ambas me miran alzando sus cejas — no se ilusionen. — sentencio.

Mi amiga se para atrás de mí y pasa sus dedos por mi cabello — amo tu cabello — toma un mecho entre sus manos y lo lleva a su nariz inhalando profundo — y huele tan delicioso — me rio — ¿Qué shampoo usas?

— ¿Acaso no oyeron lo que les acabo de decir? — miro a mi amiga a través del espejo y ella se acerca a mí tomando mis hombros.

— Sabemos que hay muchas participantes — sonríe — pero también sabemos lo talentosa que eres — no puedo evitar sonrojarme — canta como nunca y disfrútalo como siempre — tomo su mano sobre mi hombro — de seguro les encantaras.

— Gracias — le digo en un murmuro, siento que mi amiga me dio más seguridad, después de eso no opuse resistencia a que jugaran con mi rostro y mi cabello como quisieran.

Cuando terminaron el resultado debo aceptar que me encantó, mi cabello es largo llega hasta mi cintura y un poco más abajo, mi hermana le hizo unas ondas dejándolo caer completamente libre en mi espalda, Luci se encargó del maquillaje y para mi sorpresa era tan natural que casi no se notaba, sentía que era yo misma y eso me gustó.

Ellas terminan de retocar sus maquillajes y salimos de la casa a paso acelerado, subimos a mi auto y conduzco hasta el teatro en donde se llevarán a cabo las audiciones, cuando estamos por llegar noto que hay una gigantesca fila de chicas alrededor del teatro, llevo una mano a mi frente deduciendo que yo debería pararme en esa fila. Se escuchan gritos y chillidos por todo lado es algo que me molesta, siempre he preferido los lugares tranquilos y sin tanta gente, el semáforo en rojo hace que detenga el automóvil antes de llegar, una Range Rover negra se para a mi lado, es inmensa mi aveo queda diminuto al lado de esa bestia. 

Decido ignorarlo y acomodo mi cabello en el espejo del piloto, la ventanilla de la camioneta se baja y mi corazón casi se detiene al ver quien estaba allí sentado, era nada más y nada menos que el ídolo por el que todas las chicas se mueren y que hasta ese momento no tenía idea del porqué, era Adam Taylor.

Sus ojos caen directamente sobre mí y no puedo evitar mirarlo fijamente, una sonrisa se instala en su rostro y siento que mi cuerpo se llena de un cosquilleo extraño, sacudo la cabeza y miro al frente, tomo el volante con fuerza esperando que el maldito rojo pase rápido, pero parece eterno, un grito a mi lado hace que me tense más — ¡Es Adam Taylor! — grita mi hermana aferrándose a mi brazo y haciendo soltar un quejido de dolor.

Luci se acerca a la ventaja y dibuja una sonrisa tonta en su rostro saludándolo, el solo sigue sonriendo y decide cerrar la ventana al ver el revuelo que ha formado, el semáforo cambia y la camioneta se adelanta entrando al gran parqueadero, mis acompañantes están en shock — maldición este es el mejor día de mi vida — Samantha dice llevándose las manos a su rostro — estoy temblando.

— Dios es tan sexy — añade Luci entre los dos asientos — definitivamente es mejor en persona.

— ¡Pueden callarse! — les grito, me miran con sus ojos abierto y suelto el aire — intento conducir — señalo con mis manos la hilera de autos.

Una sonrisa socarrona se dibuja en el rostro de mi hermana — apaga tu semáforo en rojo — las miro sin comprender — sé que te ha causado impresión ver a ese Dios — arrugo mi entrecejo — ni te atrevas a negarlo.

— Pues lo hago, eso es algo estúpido — me enderezo bien y continuo en mi búsqueda imposible de un lugar libre en estas concurridas calles. No puedo negar que verlo en persona generó algo en mí, pero decido borrar eso de mi cabeza y mantenerme firme en la idea de que no soy como el resto, no, yo no caeré en sus encantos.

Al fin encuentro un lugar libre después de 15 minutos cazando uno, bajamos del auto y vamos a la fila india que rodea el auditorio. Mirando al frente puedo calcular que estoy atrás de más de 100 personas y eso me impacienta — yo creo que mejor nos vamos — digo al ver la fila interminable.




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