Inmune a tus encantos

Capítulo 6: ¿La otra?

Adam

Llego a mi departamento después de la desastrosa situación en la que termino nuestra “no cita” y para mi maldita suerte la entrada está llena de reporteros con sus cámaras a la espera de acabar conmigo llenándome de preguntas incómodas. Golpeo el volante con mis manos, ¿acaso nunca me dejarán tranquilo?

Haciendo sonar la bocina del auto una y otra vez logro que los intrusos en mi casa se muevan para poder meter el auto a la cochera, respiro profundo y cierro mis ojos aun con mis manos sobre el volante. Sé que lo que se viene no será bonito así que debo estar preparado para ser bombardeado con sus preguntas.

Bajo del auto y como lo sospechaba ya todos los reporteros empezaron a asecharme con sus preguntas sin fin.

¿Quién era la joven del auto?

Pregunta un señor pequeño y regordete estirando su micrófono, solo se sinceró Adam no es complicado — una amiga — digo.

A ellos parece no convencerles mi respuesta, una pelinegra habla esta vez — ¿Su novia Reachel Olson está enterada de su supuesta amiga?  aprieto los puños a los costados de mi cuerpo cuando hace comillas en el "supuesta" haciendo entender que Clare era algo así como una amante. Por favor si esa mujer en el poco tiempo que la conozco me ha demostrado ser correcta en todo lo que hace.

— Que la Srta. Olson sea mi novia no significa que tenga que estar enterada de todas mis amistades — un sabor amargo invade mi boca, ahora en quien pienso es en Clare, en el momento en el que había logrado que se abriera un poco y dejara a un lado esa coraza de indiferencia, meto la pata de la peor manera. Mi peor miedo se había hecho realidad, exponerla a los medios y manchar su nombre.

Los murmullos se hacen presentes y me empiezo a molestar, camino como puedo a la puerta de mi departamento, con una ola de periodistas entrometidos detrás de mí.

Sr. Taylor ¿Cree correcto lo que le está haciendo a su novia?

Esa joven no tiene pudor para entrometerse en una relación.

Mi paciencia acaba cuando me dispongo a abrir la puerta del departamento, me volteo con mi respiración trabajosa, ellos me miran expectantes — ¿Deben estar muy contentos con entrometerse en la vida de los demás ¿verdad? — algunos abren la boca para intentar hablar más sin embargo, no lo permito — les voy a pedir de la manera más educada, y antes de perder mi paciencia que se vayan de mi propiedad — sus rostros muestran molestan — ¿O desean que llame a la policía por invasión de vivienda?

Todos refunfuñan y empiezan a dispersarse, entro a mi departamento y respiro aliviado al deshacerme de todos esos reporteros, pero apenas miro a mi sala me entran ganas de volver afuera con ellos, de seguro eso es mejor que aguantarme a mi manager votando llamas por los ojos, boca y orejas en este momento.

— Tamara — digo al verla aproximarse a mí.

— ¿Estás contento? — me pregunta con acidez.

— No he hecho nada malo — camino hasta las gradas en un intento de poder escapar de ella.

— ¿Qué no has hecho nada malo imbécil? — la miro desdeñoso — acabas de dañar tu maldita imagen de chico fiel y entregado a su relación.

Tenso mi cuerpo, estoy hasta la madre con esta maldita relación falsa — Solo salí con una amiga Tamara — trago grueso — eso no me hace un infiel.

Ella frunce el ceño — te hace un infiel cuando eres la estrella pop del momento — levanto mis cejas — todos los medios están encima de ti para encontrarte algún punto débil y cagar tu maldita carrera ¿Y tú pareces no comprender eso verdad?

Cierro mis ojos, la impotencia y las ganas de llorar me invaden en un instante — esto no pasaría si me dejaras llevar mi vida como lo deseo.

Se acerca hasta mi amenazante — ¿Acaso me estás echando la culpa de tus decisiones de mierda? — espeta roja de ira — lo único que hago es intentar mantener a flote tu patética carrera.

Frunzo mi ceño — si tanto te parece un infierno lidiar conmigo, — tenso mi mandíbula — ¡¿Qué mierda haces aquí?! —le grito perdiendo la paciencia.

Se queda callada sin saber que responder y en el fondo lo sabía, ella no se larga de mi lado porque sabe que soy yo el que lleno sus bolsillos, soy yo el que permite que ella se vista con la ropa más costosa, los zapatos más caros, que tenga el auto que tiene, el departamento que se carga, lo sé porque la conocí cuando ella estaba en la ruina, era una mujer que generaba lástima, más yo con mi poca experiencia pensé que podíamos ayudarnos mutuamente, me daba cierta pena de ella y quise que saliéramos adelante, ella como mi manager y yo como el cantante para triunfar, y así fue todo empezó a mejorar, tuvimos muchas llamadas, y desde ahí todo fue triunfos, dinero y más éxitos, sin embargo yo conozco su pasado sombrío, un pasado que intenta ocultar al resto, pero que conmigo no le funciona.

Empiezo a subir las gradas cansado de seguir hablando con esa mujer — contéstame una pregunta — me dice haciendo que me detenga a mitad del camino.

— Suéltala — le digo sin darme la vuelta y mirando al suelo.

— La chica que estaba en el carro contigo era esa jovencita del concurso ¿verdad? — trago grueso.

Me volteo para encararla ella levanta una ceja y tiene sus brazos cruzados en su pecho — Sí, era ella. — tensa su mandíbula de tal manera que como siempre pienso que romperá sus perfectos dientes. Oh, que por cierto también los pagué yo.

— ¿Por qué siguen en contacto? — inquiere ceñuda.

— Porque me agrada — le digo — y quiero conocerla.

Ella cierra sus ojos y suspira como en intentado contenerse — Sabes que esto no es bueno para el concurso ¿verdad? — hago una mueca.

— No lo será para el concurso, — sonrío — pero lo es para mí.

Arruga su entrecejo — no entiendo que le vez a esa chiquilla — habla con desprecio — es tan común e insignificante que…




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.