Inmune a tus encantos

Capítulo 12: ¿No te alejaras?

Clare

Aún sigo buscando el maldito botón para desaparecer, o tal vez el helicóptero con la soga ¿Nada? ¿En serio? Ahora desearía cualquier cosa menos estar en mitad de estos dos chicos.

El rostro severo de Peter frente a nosotros hace que mi cuerpo tiemble. Sin embargo, Adam se mantiene sereno a mi lado parece no intimidarle para nada la presencia de mi amigo en este lugar — ¿Quién es él? — me pregunta Adam.

Peter no me deja contestar porque se aproxima amenazante — ¿Qué quién soy yo? — doy un respingo — mejor pregunta sería ¿Quién mierda eres tú?

Adam frunce el ceño — no te conozco, pero tu actitud no me agrada — mi amigo resopla y tensa más su mandíbula.

¡Maldición! ¿Qué hago ahora? tanta es la tensión que se ha formado entre esos dos, que no me percato de que Luci está unos pasos atrás, con sus ojos rojos ¿Acaso ha llorado?... respiro profundo.

Cálmate Clare, ahora hay algo más urgente que resolver, miro a los dos chicos frente a mí que parece se estuvieran preparando para una batalla — me vale un coño ¿Entiendes? — espeta Peter y Adam parece que está empezando a perder la paciencia porque aprieta sus puños tornando sus nudillos blancos —¿Por qué la besabas? — me señala y yo me encojo en donde estoy. ¡Dios esto va a terminar mal!, es seguro que en poco tiempo la gente se dará cuenta de su pequeño duelo y… Oh rayos descubrirán que él está aquí...

— No tengo por qué contestar tus preguntas — Adam es demasiado pacífico, aunque mi amigo hace esfuerzos por intentar sacarlo de sus casillas no lo consigue.

— ¡Contéstame cabrón! — toma de la sudadera a Adam y yo me sobresalto, él es más alto que Peter, pero el rubio sin duda es más corpulento, su cuerpo es puro músculo, y Adam, aunque bien trabajado es más delgado ¡Me muero, lo matará!

Una preocupación repentina me llena, Adam aparta de golpe a Peter — porque me gusta — dice esto mirándome, siento que mi corazón va a salir de mi pecho — y eso a ti no te incumbe — le dice con una serenidad increíble, como si no estuviera a punto de recibir una paliza del rubio.

Y como lo presiento mi rubio amigo parece haberse cansado de hablar porque se acerca hasta Adam con la clara intención de molerlo a golpes, me interpongo rápidamente entre los dos, su mirada fiera cae sobre mí — muévete de ahí Clare — frunzo el ceño —le daré su merecido a este idiota.

— ¡Basta Peter! — le grito y él se sorprende, decido bajar la voz, ya que seré yo la que llame la atención de todos en esta fiesta — esto acaba aquí. — el parece tener otros planes porque se acerca más, lo fulmino con la mirada — ¿No me oíste Thompson? — trago grueso al sentir un sabor amargo por hablarle así a mi mejor amigo.

— Mierda, Clare — dice dándose la vuelta me imagino para intentar calmarse, volteo a ver a Adam, su rostro está inexpresivo, tomo la capucha y se la coloco en su cabeza.

Parece sorprenderse y una ligera sonrisa asoma en su rostro — deberías irte — le digo — podrían… reconocerte.

Él asiente me doy la vuelta, pero toma de mi muñeca. Me volteo y lo miro fijamente —¿No te alejarás de nuevo? — me pregunta con un deje de ilusión en su voz.

— No lo haré — me limito a decir, esta vez su sonrisa se hace notoria — ahora vete.

Vuelve a asentir y se aleja rápidamente, miro a mi amiga que me sonríe triste desde su posición, Peter esta al filo de piscina me aproximo — Peter yo…

— Las llevo a su casa — dice tajante y se aleja de mi vista.

¡Joder! ¿Cómo he cagado mi amistad con mi amigo de la infancia en tan solo un día?

Camino con desánimo junto con Luci, ella va muy callada y yo siento que no es el momento indicado para preguntarle que le sucede, pero de seguro lo haré… me preocupa la castaña.

Subimos al auto, y si venir fue un tormento, regresar a casa es un infierno, la tensión en el pequeño espacio se notaba de una manera increíble, inclusive sospecho que entre Peter y Luci también… Y no tengo ni idea del porqué.

Cuando él se detiene en la casa de Luci ella sale dando un portazo sin despedirse, Ok esto está muy extraño el carro retoma su camino y yo solo quiero tele transportarme hasta la puerta de mi casa para acabar con esta situación tan incómoda.

Cuando llegamos a la entrada de mi casa, me dispongo a bajar, pero el carro continúa bloqueado, miro a Peter por encima del hombro — ¿Puedes abrir por favor? — no obtengo respuesta, así que me volteo por completo encarándolo —¿Qué te pasa Peter?

Él mira a un punto fijo sin mirarme y yo me empiezo a enojar — ¿Por qué él? - pregunta de la nada.

Arrugo mi entrecejo —¿Qué?

Me mira al fin — ¿Cuánto tiempo lo conoces? ¿Una semana? ¿Dos? — inquiere mirándome de forma extraña.

— Eso no es de tu incumbencia — replico.

Él se queda en silencio y suelta el aire con fuerza —me conoces desde la infancia no entiendo como…

— Ve al punto — le digo al cansarme de sus recriminaciones.

Me mira arrugando su entrecejo —olvídalo— dice desbloqueando el auto y mirando al frente. No deseo continuar con esta conversación así que bajo del auto y veo como se aleja hasta perderlo de vista.

Siento que mi corazón duele, lo quiero tanto, pero no comprendo su comportamiento desde que llegó de Australia, Mi cabeza está hecha un lío. Subo a mi habitación y me acuesto, pero no puedo conciliar el sueño, aunque cubro mi cabeza con mis almohadas. Resoplo ¿Qué haré con esos dos?

Adam

Desde que llegue de aquella fiesta no puedo dejar de pensar en ella, en sus ojos verdes, en sus labios, en su cercanía, ¡Oh rayos! Me trae completamente loco.

Confieso que me alegré al ver cómo me defendió de su loco amigo, verla preocupada por la posibilidad de que me descubrieran, no lo sé cada gesto, cada avance, hace que mi corazón bombee sangre con más fuerza.

Miro mi celular entre mis manos debatiéndome en sí escribirle o no. No sé si es precipitado, pero necesito saber que no se alejara de nuevo, que no buscara la manera de esquivarme. Suspiro y decido hacerlo.




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