Inmune a tus encantos

Capítulo 20: Señorita

Adam

- ¡Medio millón de dólares!- me grita- ¡eres un imbécil! Esa es la multa por incumplir el contrato

- Puedes dejar de gritar- frunce sus labios

- Es lo único que te preocupa ahora- levanto mis cejas- ¿mis gritos idiota? No entiendo cómo se te paso por esa cabeza dejar la gira faltando la mitad de los shows

- No es tan grave- digo y sé que estoy a punto de hacerla estallar

- Agggg- contengo una carcajada- eres un puto dolor de cabeza

- ¿Acabaste? - inquiero empezando a molestarme

- No- me grita- dime ¿Cómo solucionaré tu cagada?

- Yo lo hare- ella me mira con confusión- llamare personalmente a los organizadores y reprogramare las fechas, podemos darles unos shows gratis para que acepten

Cierra sus ojos y respira profundamente- te doy un día para que lo soluciones- suspiro- si no el puto dinero saldrá de tu bolsillo

- Como quieras- blanqueo mis ojos- ahora ¿podrías irte?

- No me has dicho porque regresaste- inquiere cruzándose de brazos

- Eso no te incumbe- resoplo

- Solo cuéntame- la miro confundido- ¿fue por Clare?

- La llamaste por su nombre- ahora si estoy más perdido que nunca

- Si yo…- suspira- reconozco que me pase con ella

Abro mi boca con sorpresa ¿Qué le paso a esta mujer? - lo reconoces- levanto una ceja- ¿Qué te hizo cambiar de parecer?

Se queda pensativa unos segundos- Nada, Adiós- sale de mi departamento y me deja más que confundido

Tomo las llaves de mi auto y un abrigo, sé que ella no quiere verme, pero no me daré por vencido

Me subo a mi auto antes de que una ola de periodistas que llene de preguntas sobre mi “reconciliación” Reachel cruzo la línea de mi paciencia, y ahora debo arreglar las consecuencias de su estúpida acción

Llego a casa de Clare y como es sábado espero se encuentre en casa, toco el timbre y espero a que alguien abra, no obtengo respuesta, toco de nuevo y después de eternos minutos su hermana abre la puerta- Adam- me sonríe

- Hola Sam ¿esta Clare? - le pregunto sonriéndole lo mejor que puedo

Ella suspira- como negarte algo- sonrió más- si esta, pero tú sabes que no quiere verte

- Entiendo, pero necesito hablar con ella- me mira con pena- nada es lo que parece, esa chica lo arreglo todo y necesito que ella lo entienda

Me sonríe y toma mi hombro dándole un apretón- te creo- suspiro aliviado- pero sabes que yo te amo asi que… no vale de mucho- hago una mueca- en cambio mi hermana… es una orgullosa y cuando algo se le mete en la cabeza difícil es hacerla cambiar de opinión

- Y yo soy perseverante- ella ríe- dile que si no me escucha hago huelga de hambre frente a su casa

- Sabes que ni eso la convencería- asiento resignado- de seguro te deja morir de hambre

- Sospecho que si- ambos reímos

- Ven entra- me hace una ademan – me matará, pero no puedo contigo, eres mi debilidad

Rio y paso a sentarme en el sofá- ¿quieres algo de tomar? - pregunta caminando a la cocina

- Un poco de agua gracias- sonríe, un minuto después me extiende un vaso

- Te digo algo, pero no se lo dices a nadie- asiento- le gustas mucho a mi hermana- acomoda su espalda en el sofá, y yo no puedo evitar sonreír como un tonto- solo que ella busca perfección, y aunque ciertamente podrías tener ese calificativo…- levanto una ceja- todos cometemos errores- concuerdo- y es que ¡puta madre somos humanos no robots!

Empiezo a carcajearme, en realidad Sam me agrada mucho, y es hermosa un poco más rubia y de ojos azules pequeñas diferencias con Clare, pero fue su hermana quien captó mi atención desde un principio parece que me gustan los retos

- Quiero preguntarte algo Sam- ella mueve su mano para que pregunte, iba a hablar, pero alguien interrumpe

- Samantha ¿porque no encuentro mi sostén negro no puedo creer que lo hayas…- Clare me mira con sus ojos abiertos desde las gradas, muerdo mi labio tenía una pequeña toalla cubriendo su cuerpo aun mojado, su cabello caía a un constado y se veía realmente bien- ¡mierda Taylor! - dice exaltada

Rio y me levanto del sofá- Clare por favor necesito hablar contigo- me paro al filo de la grada, escucho la risa de su hermana a mi espalda

Ella acomoda su toalla lo más que puede, pero es tan corta… rayos esto no me ayuda para concentrarme en su rostro- deja de mirarme así maldición




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