Inmune a tus encantos

Capítulo 31: Conquistarlo

Clare

Mis manos sudan por los nervios, me siento como una adolescente a punto de conocer a su ídolo, con la diferencia de que he pasado esa etapa de mi vida y no conoceré a tal ídolo, solo volveré a ver al dueño de mi corazón, que ciertamente es una celebridad, pero para mí es simplemente Adam… mi Adam

Llego al lugar donde me citó Frank y como siempre al ser el castaño quien se presenta el sitio está a reventar, presento mi pase y logro entrar evadiendo a la horda de personas que se encuentra en la entrada

Parqueo mi auto en el parqueadero subterráneo y me pongo en la búsqueda del dichoso jefe de Adam, camino por los pasillos en donde la gente de vestuario va y viene, uno que otro me mira con sorpresa y se detienen a saludarme, sonrió amable y aprovecho para preguntar por Frank

- Lo acabo de ver con el grupo de organizadores – me señala una mujer con su índice un pasillo- ahí lo puedes encontrar linda

- Muchas gracias – le brindo una última sonrisa a la amable mujer y camino a su encuentro, cuando lo veo está dando órdenes a cada persona, espero parada a unos metros a que termine, miro mis manos pensando en cuando podré verlo, tan solo pensar en aquello produce un cosquilleo en mi estomago

- Pensé que no cumplirías con tu palabra- levanto la mirada y ya lo tengo frente a mí, su tono de voz hostil me alerta de que no será fácil lidiar con él

- Pues aquí me tienes- Me cruzo de brazos- ¿Qué debo hacer?

- Por ahora le pediré a alguien que te lleve a un camerino- levanta una ceja examinándome- ¿vamos niña que te ha pasado? ¿acaso al trabajar con Davis estás perdiendo tu encanto? – frunzo el ceño- o ¿talvez terminar con Adam te ha dejado tan derrotada?

- Supongo que no me citaste aquí precisamente para hablar de mi vida personal ¿verdad? - suelto el aire con fuerza- ¿puedes por favor darme órdenes precisas y dejar de portarte como un cretino?

Una sonrisa socarrona se dibuja en su rostro- fuiste realmente tonta al rechazar mi oferta- blanqueo los ojos- estaba dispuesto a hacerte brillar, con Mark estas desperdiciando tu talento

- No, ¿sabes qué? – llevo una mano a mi mentón- creo que es lo contrario- frunce el ceño- que Mark me encontrara fue demasiada fortuna para mí, me salvo de caer en las garras de un hombre que muestra una máscara de amabilidad, pero que al final no es más que un farsante

- ¡¿Cómo te atreves niñita?! – Frank se acerca a mí con su mano en alto ¿acaso quiere golpearme? Sus ojos inyectados de furia me hacen retroceder un paso

- ¡Frank! – esa voz mueve cada fibra en mi interior - ¿Qué piensas hacer? – miro a mi derecha y Adam se acerca a paso apresurado, mi corazón late como un loco fuera del manicomio, nuestras miradas se encuentran por un minuto y el aliento se me escapa, ¿Acaso se ve más guapo de lo que recordaba? O no verlo por tanto tiempo me hace replantearme el hecho de que en realidad es demasiado atractivo, tiene la altura perfecta y con su vestuario me quedo embelesada, trae una camisa negra entreabierta, un pantalón blanco rasgado y su perfecto cabello rizado en su lugar, no me doy cuenta que ya se encuentra frente a Frank, parece que discuten por sus rostros fruncidos y la cara  roja del hombre, en realidad me he desconectado, ni siquiera recuerdo mi enojo de hace unos segundos porque volver a verlo me ha llenado de una sensación de felicidad que amenaza con desbordarse por cada poro de mi piel

Veo como el hombre se aleja resoplando no sin antes acercase a una joven y señalarme – Clare- levanto la mirada y ahí está, un completo ángel, hasta estoy segura de haberle visto la aureola y las alas, sacudo la cabeza eres ridícula ¿un ángel? En serio

Su sonrisa autentica y sin una pizca de dolor me descoloca un poco ¿acaso no sufrió como yo durante estos largos meses? Carraspeo porque creo que mi garganta se ha anudado- Adam… – ¡di algo más tonta! - ¿Cómo estás? – ¡genial!, en serio eres un genio Hamilton

¡Hay carajo! ¿cómo se desconecta esa desagradable vocecita en mi cabeza?

- Muy bien – entorno mis cejas - ¿y tú como has estado?

Suspiro- supongo que igual- digo con desanimo, miro como la chica con quien hablo Frank antes de irse esta parada junto a nosotros completamente roja, sonrío porque me causa un poco de gracia, supongo que le da demasiada impresión estar a unos pasos del ídolo del momento- bueno creo que debo irme- le digo sin mirarlo

- Claro, te veré en el escenario- lo miro y ya se está alejando ¡¿qué diablos fue eso?!, ni siquiera un Clare “te extrañé”, “te amo tanto”, “vuelve a mí”, “me muero sin ti” debo aceptar que eso era lo menos que esperaba escuchar, pero contrario a mis sueños de reencuentro de telenovela en donde me lanzaría a sus brazos y nos juraríamos amor eterno, lo veo alejarse sin mirar atrás hasta perderse en una esquina

Suelto el aire con fuerza, la decepción surca cada parte de mi cuerpo, alguien carraspea a mi lado, levanto la mirada- disculpe, Srta. Hamilton – le sonrío de lado- debo llevarla a su camerino – el tinte en sus mejillas continua del mismo rojo carmesí, en realidad se ve tierna

- Por supuesto, te sigo- sonríe ampliamente y me guía por el lugar, volteo a mirar atrás para talvez verlo regresar corriendo hacia mí y al fin darnos nuestro abrazo y beso de cuento de hadas, pero no hay nada allí, el silencio lo consume todo, incluyendo mi corazón




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