Inmune a tus encantos

Extra 8

Mark

Meses atrás (antes de ella)

- Te veré en casa hermosa

- No tardes, te tengo una sorpresa – me sonrió cálidamente mientras depositaba un beso en mis labios

- Yo también – repliqué acariciando su mejilla – sabes que te amo ¿verdad?

- No me queda duda – colocó una mano sobre mi corazón – me encanta sentirlo, lo rápido que late, tus ojos brillantes, te amo Mark, hoy comienza nuestro futuro juntos

La contemplé por unos segundos en silencio, ¿habría forma de que ella supiera de mi propuesta de matrimonio? Supongo que soy muy predecible pensé, le sonreí por última vez apreciando su belleza, esos ojos mieles con largas pestañas eran mi perdición, era la mujer más hermosa, lo era para mí, había esperado tanto tiempo para dar el paso, y al fin había tomado la valentía para decírselo, no podía soportar un minuto más sin comprometerme con ella y sellar nuestro pacto de amor

Rodeó con sus delgados brazos mi torso suspirando, bese su coronilla antes de separarnos, la vería en dos horas, pero sentía que no quería soltarla, quería que ese momento se congelara, no deseaba perderla

En ese momento pensé “tranquilo Mark, pronto será tu esposa y compartirán una vida juntos, serán felices” con ese pensamiento besé sus labios por última vez y la vi partir mientras se despedía con la mano

Hubiera querido parar el tiempo en ese instante, decirle no subas ahí, vamos en mi auto, esa reunión no es más importante que lo que tengo que decirte o tu a mi

¿Por qué no lo hice? ¿por qué?

El recuerdo estrepitoso de la explosión sumado a los gritos histéricos de los transeúntes martilla mi cabeza sin cesar, sentía que mi corazón saldría de mi pecho mientras corría el poco tramo de distancia entre nuestros autos, siento como las lágrimas mojan mis mejillas y el calor despiadado de las llamas me quema el alma, ella mi ángel, mi luz ya no estaba, el fuego devastador la había consumido, y con ella se había ido mi vida

Me levanto sudoroso con un grito ahogado, mi cuerpo tiembla acompasado con mi respiración trabajosa, paso las manos por mi rostro intentando recuperar el aliento, ese sueño de nuevo, el que me martiriza día a día, mi castigo en la tierra

Me levanto y salgo de la habitación, con mis piernas temblorosas llego a la cocina y me sirvo un vaso con agua, rio sin gracia al observar alrededor, el lujo, el brillo, lo excéntrico, que ironía, cambiaria todo esto por ver sus ojos, por disfrutar de su aroma, apreciar su belleza entre mis brazos en las madrugadas, su cálido aliento golpear mi cuello cuando se abrazaba a mi torso

Sin saberlo como las lágrimas mojan mi rostro, Mark Davis, el hombre exitoso, atractivo y millonario, si tan solo supieran que no soy más que un ser miserable e infeliz, he aprendido a ponerme una máscara frente al mundo, a mostrarme fuerte y seguro de mi mismo, pero al final de cuentas nadad de eso es más que una falacia, desearía estar con ella en donde sea que vayamos al morir que vivir en este mundo completamente solo y sin su compañía

Han pasado años me dice la gente, supérala replican mis amigos, hay tantas mujeres buenas habla mi familia, pero en mi cabeza se repite una y otra vez “no hay nadie como ella”

¿Saben qué? Claro que no hay nadie como ella, porque cada persona es un mundo, y lo descubrí aquella tarde de agosto, sin saberlo como el destino movió sus cartas a mi favor, esa bella joven de ojos mieles y cabello castaño, de piel canela y cuerpo voluptuoso aparecía frente a mis ojos

Fue difícil no quedarme maravillado con tan preciosa mujer, mi corazón dio un brinco al tener contacto con su suave y cremosa piel, ¿podría ser posible que no todo estuviera perdido para mí?

Mi cabeza no dejaba de volar a ese momento, sin saberlo como una que otra sonrisa se extendía en mi rostro al recordarla sonrojada frente a mí, tan inocente y joven, apenas comenzaba a vivir, y yo ya traía un pasado doloroso que me consumía día a día

¿Tendría que tomar esta oportunidad del destino para volver a ser feliz? ¿o la dejaba pasar pesando que ninguna otra mujer podría lograr lo que Sarah consiguió, robarme el corazón y mi sentido común?

Después de dar vueltas en mi cama durante largas noches tuve la respuesta, tenía que hacerlo, esta vez no dejaría ir la oportunidad entre mis manos, Luciana Collins, mujer preciosa, 20 años de vida, la pureza es tu segundo nombre, deseo serlo todo para ti, deseo que tu corazón lata frenético con el toque de mis manos sobre tu piel, que tu respiración se haga irregular con un beso apasionado de mis labios sobre los tuyos, deseo que seas feliz a mi lado, y yo serlo nuevamente ¿merezco esta segunda oportunidad? Por supuesto que si

Pero sin lugar a dudas sabía que ella sería un reto personal, no podía pedir que de la noche a la mañana cambiara su vida por un hombre que apenas conoce

Verla en esa situación vulnerable en manos de esos dos malnacidos, me inervo a niveles extremos, siempre he sido un hombre pacifico, la fuerza física no es parte de mi arsenal para defender a la gente que amo, pero ¿cómo podía ser posible que hubiera personas capaces de hacer tanto daño? Estaba indefensa, solitaria y necesitaba de alguien que lo diera todo por ella, que la protegiera, verla en esa situación me rompió el corazón, si era posible que hubiera algo más que romper, era como una majestuosa ave con el ala rota, sentí la necesidad de protegerla, de amarla, y de infundirle confianza, supe que me costaría hacer que se amara como es, con sus virtudes y defectos, me podría decir que soy un egocéntrico por querer cambiarla, pero eso no lo haría yo, ella lo haría por si sola al saber que su vida no estaba destinada a ser tan plana y monótona, sin vida, gris y triste, siempre hay una luz al final del camino, un arcoíris listo para llenar su vida de colores




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