Inmune a tus encantos

Capítulo 48: Mi vida sin él (Parte 2)

Soundtrack:

Before You Go - Lewis Capaldi

My Immortal - Evanescence

Clare

Dos años, ocho meses después

La estrella del momento

A donde sea que voy las personas quieren acercarse a mi

Lleno estadios completos, la gente me aplaude al escucharme, quieren tomarse fotos conmigo, un autógrafo para recordarme, y yo sonrío siempre, lo hago porque me he acostumbrado a fingir

A fingir que todo está bien… que no estoy muerta por dentro

Estoy sentada en el sillón de nuestro departamento, leo una de sus cartas, sonrío ante sus palabras

“hoy te llevé a conocer Victoria, de seguro pensabas que era mi novia ¿verdad? Jaja tu expresión te delataba, esta noche fue tan especial porque por primera vez te vi sonreír ampliamente, desde que te conozco siempre he deseado verte así, no sé si lo sabes, pero cuando tu sonrisa es sincera un hermoso hoyuelo se marca en tu mejilla y tus ojos se achinan, te ves tan adorable…

Lagrimas caen por mi rostro, sorbo por la nariz

“Espero no me tomes como un pervertido pero tu cuerpo es hermoso, al verte en ese pequeño traje de baño no pude evitar soñar contigo toda la noche, quise acercarme a ti, sentir tu cálida piel, tu exquisito aroma, no sé si es tu cabello largo y sedoso, el verde profundo de tus ojos o tu personalidad tan explosiva, pero a la vez tan única, que hace que mi corazón lata como si hubiera corrido una maratón

¿Puede ser posible que esto sea amor?

Quizás me he enamorado de ti, y temo aceptarlo por miedo a que te alejes, siento que el camino para llegar a tu corazón, es un terreno minado, doy un paso en falso y de seguro todo acaba

¿Es normal sentir miedo de enamorarse?

Yo tengo miedo Clare, tengo miedo de enamorarme como un loco y que tu… nunca llegues a sentir lo mismo por mí, pero ¿sabes qué? Es demasiado tarde… creo que lo inevitable ya paso… creo que ya te amo Clare”

Cuando leí esta carta por primera vez mi asombro fue tan grande que no pude dejar de leerla una y otra vez hasta convérseme a mí misma, de que era real.

Adam me amaba desde hace mucho, desde que yo solo “me sentía confundida”, él ya tenía claros sus sentimientos hacia mí, es ahí cuando me siento más culpable, ¿Cómo pude ser así con él? Ahora ni si quiera le encuentro explicación, fue amable desde el principio, atento y encantador, nunca me faltó al respeto o dijo algo que me incomodara, pero la necia Clare de ese entonces se rehusaba a aceptar que alguien había llamado su curiosidad, y mucho más que eso, había empezado a despertar en ella sentimientos que nunca había experimentado, todo por miedo a que la abandonaran y rompieran su corazón como ya había sucedido cuando era tan solo una pequeña niña

Me levanto del sofá y camino a la habitación, lo miro en la cama y suspiro lentamente – creo que tu cabello está muy largo – me acerco y paso mis dedos por sus largos mechones castaños - ¿y te está saliendo barba? No puedo creerlo – sonrío- te rasuraré y cortaré un poco esos mechones rebeldes ¿Qué te parece?

Sonrío mirándolo unos segundos y voy al baño, me siento a su lado cuando ya lo tengo todo listo, con paciencia voy cortando el largo de su cabello, cuando creo que se ve bien paso a su barba, la rasuro delicadamente limpiando con un paño cuando he terminado

- Así está mucho mejor – beso su mejilla – suave como pompa de bebé.

Escucho que tocan el timbre, suspiro terminando de acariciar su mano y me levanto, camino descalza por el pasillo hasta la estancia principal, abro la puerta y Marcus me mira alzando una ceja

- Dime que no lo olvidaste

- ¿Ah? – intento acomodar los mechones sueltos de mi cabello, y este short ¿Por qué tuve que usarlo justo hoy? – perdón – musito intentando cubrirme

- Por la forma en la que estas vestida y la maraña de pelo que adorna tu cabeza me imagino que has olvidado la rueda de prensa

- ¿Era hoy? – lo miro con los ojos abiertos como platos – quedamos para el 23

- Hoy es 23 – dice un tanto impaciente

- No puede ser… que descuidada soy – me muevo por la estancia

- Te espero 10 minutos – dice caminando a la sala – ni uno más

- ¿No podríamos… reprogramarla? – lo miro suplicante

- ¿Quieres que te corten la cabeza? – resopla- bastante hablan ya como para darles un minuto más, deja de quejarte y corre a vestirte

Accedo de mala gana, entro a la habitación y busco en mi armario, una blusa blanca de manga larga y encaje y una falda prensada color azul marino, zapatos del mismo color y mi cabello suelto con algunas ondas, me pongo un poco de maquillaje, solo para verme medianamente presentable, me pongo perfume y estoy lista… solo me he tomado… 40 minutos

¡Maldición! Ese ogro de allá afuera me colgará de las pestañas, miro a Adam antes de salir – perdóname mi amor, surgió un compromiso – me acerco a sus labios y los beso – prometo que volveré pronto, llamaré a Tere para que te acompañe mientras vuelvo, te amo mi amor




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