Inmune a tus encantos

Capítulo 49: Esto no es un sueño

Soundtrack:

Say Something - A Great Big World, Christina Aguilera

A Thousand Years - Christina Perri ft. Steve Kazee

Clare

¿Han sentido que un momento es tan mágico e irreal que piensan es un sueño?

Me siento en la cama y lo miro, y definitivamente no es un sueño, Adam está frente a mí, despierto y sonriéndome, esa sonrisa que imaginé tantas noches frías y solitarias, sus ojos marrones brillan como siempre y yo estoy a punto de un colapso

- ¿Adam? – mi voz se ahoga

- ¿Quién más? – me sonríe, dios su sonrisa me matará

Me lanzo a sus brazos él me recibe y me abraza un tanto confundido, entierro mi rostro en su cuello y las lágrimas salen a llaves abiertas – Mi amor ¿Qué pasa? – inquiere un tanto preocupado

- Adam… - sollozo – dios no puedo creerlo

- ¿Qué pasa? – vuelve a peguntarme – estás preocupándome – me separo y lo miro de nuevo, este en un sueño, uno muy hermoso y perfecto

- Te extrañé tanto – vuelvo a llorar tocando su rostro, sus ojos se cristalizan

- ¿Por qué lloras? – se ve angustiado – no llores mi amor, me duele verte así

Por dios es tan hermoso, acerco mi boca a la suya y lo beso, disfruto del sabor de sus labios, siempre me imaginaba como sería volver a sentirlo de esta manera, la sensación real es increíble, me abraza con fuerza y entrelaza su lengua con la mía, las lágrimas mojan mi rostro y el suyo, acaricia mi cabello, cuando nos separamos me mira fijamente, sus ojos, son todo lo que quiero ver hasta el fin de mis días

- Amo que estés tan cariñosa, pero ¿puedes explicarme que pasa? – acaricia mi mejilla- te ves cansada, diferente… - me mira detenidamente- ¿Por qué te ves distinta?

Si tan solo supieras pienso, tomo aire para empezar a relatar todo lo que había sucedido desde hace tres años… tres años sin él

- ¿No recuerdas nada? – pregunto sigilosa

- Bueno… - me mira pensativo – lo último que recuerdo, es… que te iba a buscar al aeropuerto- asiento con una sonrisa triste – espera... – me mira asustado - ¿me paso algo? – vuelvo a asentir – solo recuerdo un gran estruendo y mi cuerpo con un dolor que nunca había sentido – me duele escuchar por lo que pasó – después nada… - me mira - ¿Qué pasó después?

- Si mi amor tuviste un accidente- suspiro – y… quedaste en coma

- ¿En coma? – sus ojos se abren mucho, asiento – no puede ser… ¿Cuánto tiempo? ¿un mes? ¿dos?

Ay por dios esto es tan difícil, lo miro y paso una mano por su mejilla, la acaricio despacio y me sonríe- estuviste en coma tres años

Cuando me escucha, su expresión me lastima, mucho, pero estoy acostumbrada al dolor, él en cambio empieza a sentirlo y eso me mata

- ¿Tres años? – pregunta con sus ojos llenos de lágrimas – no me digas eso…

- Lo siento – bajo la cabeza y lloro un poco más

- ¿me cuidaste tres años? – asiento sin mirarlo- por dios debiste haber sufrido tanto – mi respiración es irregular, toma de mi brazo y vuelve a abrazarme, esta vez él también llora mojando mi cabello – no es justo… - dice con voz grave – no es justo que hayas pasado por esto por mi culpa

- Oye – levanto la cabeza – tu no tuviste la culpa de nada

- ¿Cómo te has sentido estos tres años? – me pregunta con el dolor en su voz – se sincera conmigo

- No es importante…

- Para mí lo es – toma mi rostro y me mira fijamente

- Como muerta en vida – cierra los ojos despacio – pero con la esperanza firme de que volverías algún día

- Te he lastimado – dice con dificultad – por eso veo la tristeza en tu mirada, tu brillo se ha ido, parece que el dolor de estos años te ha afectado de una manera… que no puedo soportar

- Eso ya paso – repongo limpiando mi rostro – Adam, todo mi sufrimiento valió la pena ¿no lo entiendes? Estás conmigo y el dolor se reduce a nada ante la sensación de alegría que tengo ahora

Suspira y me besa, sé que está consternado, sé que se siente culpable, lo conozco tan bien que estoy segura debe estar muy lastimado, pero es un proceso que tiene que pasar, soy consciente de eso, solo quisiera que no fuera así, recibiría todo su dolor si fuese posible, al fin de cuentas, he sufrido tanto que no me importaría hacerlo por él

Después de un rato en el que pasamos abrazados y yo no quiero soltarlo, me levanto a regañadientes y voy a la cocina, miro las alacenas, joder no tengo nada, solo mi fiel pan, un trozo de queso y mi jamón, pongo el agua para el café, y me siento en el taburete de la cocina

La sensación que tengo ahora es indescriptible, estoy preparando el desayuno para él, quiero saltar, gritar, canturrear de la alegría, escucho sus pasos en el pasillo, viene apoyándose en la pared

- Hey – me acerco a él y lo sostengo – estás loco, llevas tres años sin usar tus piernas, debes estar muy débil




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