Inmune

Capítulo 1: Sangre

Miro la hora en mi reloj 11:55 am, reviso que no esté dejando nada y salgo al inclemente sol del medio día, los vacunados no salen a esta hora pues los rayos ultra violeta le hacen daño a sus ojos.

Debo apresurarme si quiero llegar a otro punto seguro donde pasar la noche, a lo lejos diviso un supermercado decido rodearlo pues entrar en él podría ser una trampa.

Camino fijandome en los edificios, en las casas arruinadas, busco una que esté destrozada pero que siga en pie, la mayoría de las personas saqueaban las casas en busca de medicina y comida matando a sus ocupantes; dejándome llevar por puro instinto de superviviente, veo una casa en de color crema tiene las ventanas rotas y la puerta solo tiene el marco solo, no queda mucho de ella pero igual revisare.

Entró encarando con mi arma por si hay alguien allí tendiendo una emboscada, revisó la sala desordenada, los muebles estan rotos y solo cuelga los cables pelados de la electricidad, la pintura pelada tanto o más que la fachada de la casa, pasó por cada lugar de la casa buscando cualquier señal de trampa, pero gracias a Dios solo hay cuartos destrozados y paredes rotas,  por último entró a la cocina, los gabinetes tienen las puertas rotas, en ellos no hay nada.

La nevera es lo único que no revisare, fue la primera leccion que aprendi, eso y disparar primero y preguntar después, aquí no hay nada que me ayude, me dirijo a la puerta de salida doy una última vista por si no he visto algo de comida, me fijo detrás de la nevera no es pintura normal, es tapiz y tiene una línea muy derecha para ser casualidad, tiro un poco del papel y veo que lo que oculta es una puerta.

Después de mover un poco la nevera hago espacio, empujo un poco y abro la puerta que da a unas escaleras, saco mi linterna y comienzo mi descenso, la casa debió de pertenecer a unos preppers, o al menos eso parece.

Al terminar de bajar, veo estantes vacíos, la decepción me recorre el cuerpo, sigo viendo el pequeño cuarto, revisó una cajas y encuentro 4 botellas de dos litros de agua, genial, las guardo en mi bolso.

Ya he pasado mucho tiempo afuera y comienza a oscurecer, este no es un mal lugar donde pasar la noche, un poco arriesgado, pero sin duda mejor que pasar la noche afuera, subo las escaleras con paso firme y arrimo la nevera para que bloquee la puerta, observo cuál es el  mejor lugar estratégico donde pueda estar por si alguien entra.

Después de analizarlo bien, hago espacio debajo de la escalera, hago espacio para estar más cómodo estiro las piernas y dejo mi arma cargada cerca, por último que quito la mascara, la uso para poder caminar pues afuera hay tantos cadáveres que el olor afuera es putrefacto.

Como todas las noches comienzo mi pequeña rutina de higiene, me quito las botas y las medias, las cambio por otro par nuevo, reviso solo me quedan 3 pares más, limpio la máscara y reviso que no tenga agujeros.

Término y recuesto mi cabeza sobre la pared, no recuerdo cuándo fue la última vez que dormir en una cama, o cuando descanse de verdad, dejo que los buenos recuerdos vengan a mi mente y me dejo caer la oscuridad que me ofrece el cansancio.

Me sobresalta un disparo a lo lejos, me pongo en estado de alerta y tomo mi arma una glock 19, miro a mi alrededor un poco desorientado, paso mis manos por la cara para despejar un poco la cabeza, los últimos hecho de la noche anterior llegan a mi mente, claro estoy en el sótano de un casa abandonada.

Otro disparo, salgo poco a poco, revisando dos veces antes de dar cualquier paso, veo una ventana en el sótano junto frente a la escalera, la limpio un poco para ver a través de ella.Afuera hoy dos hombres, están golpeando a una mujer, ella pelea bien, pero no tiene oportunidad, está tan delgada que me da algo de lastima.

Agudizó la vista y logro ver con más detalle la escena, que está aclarando el cielo es de mucha ayuda. La chica está en el suelo y lejos de su alcance esta un arma, parece un revólver, de allí tuvo a hacer salido las dos detonaciones que escuche.

Uno de los hombres está calvo, está de pie a un lado de la pobre chica, su postura es mala y los pocos golpes que lanza con erráticos, el otro hombre tiene una cicatriz en la cara dándole un toque siniestro, tiene el cabello recogido en un moño mal hecho, él patea a la indefensa chica sin piedad, en un giro inesperado la chica logra levantarse y lanza una patada a la cara del tipo que tiene cabello, pero este ni la esquiva, recibiendo la patada de lleno que lo hace caer al suelo, el hombre calvo aprovecha el descuido de la chica, la agarra por el cabello y le estrelló la cabeza una, dos, tres veces contra el suelo.

El hombre calvo tira el cuerpo inerte de la chica, pasa las manos por la cabeza y recoge la sangre con sus manos, se la lleva a la boca  y comienza a beber, el otro hombre se le une, pero es más asqueroso, él pega la boca directo al cuerpo, beben desesperados esperando un milagro.

Milagro que no sucederá, es una escena desgarradora de la cual no seré participe, el mundo cambió dejando que los verdaderos sentimientos de los seres humanos saliera a la superficie.

El cielo ha aclaró por completo y tengo la imagen clara de lo sucedido, los hombres que fueron vacunados buscan la sangre de una persona inmune para beberla ¿piensan que esa es la verdadera cura?

Regreso a mi guarida con la piel erizada y la imagen tatuada en mis ojos y en mi cabeza. Debo esperar que el sol esté en su punto más alto para poder moverme de nuevo.

Mi nombre es Frank Donovan y vengo a contarles como la vacuna que salvará al mundo, casi lo lleva al borde de la extensión.

Para comenzar mi historia debemos retroceder unos años.

 




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