Saque mi arma y me resguarde detrás de un árbol tratando de normalizar mi respiración.
Se me había hecho tarde y no tenía un lugar seguro y como era de esperar me tope con un grupo de inoculados.
Era un grupo algo grande seis o siete integrantes, todos parecían estar en diferentes fases de la vacuna, dos personas lideraba el grupo los demás solo iban agarrados entre sí caminando juntos.
A medida que se acercaban a mi posición podía ver con más detalle sus estados corporales, dos de ellos eran chicas totalmente ciegas pues estaban agarradas de dos chicos que no tenían nada de cabello corporal, incluso le faltaban las cejas, estos dos hombres iban detrás de un tercer hombre que aparentemente aún le quedaba algo de visión pero este seguía a dos hombre que lideraban el grupo.
Los dos guías hablaban en susurros en un momento uno se voltio y vi a una de las chicas, trate de agudizar mi oído pero no sirvió de nada.
Casi ni respiro cuando pasaron un par de árboles más allá del que me encontraba yo, escuche las hojas secas romperse a medida que caminaban sobre ellas, involuntariamente mi cuerpo temblaba, mi arma estaba lista para ser usada, aunque debo admitir que no quería llegar a ese punto el ruido solo traería a más inoculados.
Expulse todo el aire de mis pulmones cuando sentí el peligro pasar, no creo que pueda llegar a un lugar seguro siendo la hora de los inoculados, miró atentamente los pocos árboles del parque los caobos, veo uno que estaba bastante frondoso y decido que en el pasaré la noche.
Escalo con eficiencia hasta una rama que me da una excelente visión y me proporciona un buen escondite, saco mi soga y me ató a la rama para evitar caerme si me duermo, tomo un sorbo de agua y apoyo mi cabeza en el tronco del árbol.
Pasan tal vez una hora cuando el silencio es interrumpido por un trío de chicas que caminaban torpemente, pero con paso seguro, deben ser más de las 7:00 de la noche porque a oscurecido un poco.
Me coloco en estado alerta, viendo cómo se desarrolla la escena que ocurría a unos árboles a distancia.
-camina Sheryl, ya estamos cerca- le habló la mujer morena, ella iba vestida con un pantalón de deporte y una camisa sin manga, ropa estaba tan sucia que era imposible saber su color original, la piel tenía pequeñas ampollas llenas de pus, era asqueroso verla.
-¿¡qué!?- respondió a grito la chica rubia está cojeaba y llevaba la ropa rota y sucia.
-CAMINA RÁPIDO- le gritó la chica que ayudaba a caminar, esta tenía el cabello negro pero en la coronilla de la cabeza estaba comenzando a quedarse calva.
-no entiendo porqué estamos con ella todavía- volvió hablar la morena -pudimos dejarla y luego contarle que nos dijo Fernando y Jake-
-que necia te pones a veces Laura, ya te dije no podemos dejarla, no sé cuánto tiempo le queda- le explicó con todo cancino la chica de cabello negro.
-entonces has que se apure, no quiero llegar tarde- se quejo de nuevo- tomando por el brazo a la chica coja y la jalo de manera brusca.
-no me toques- se defendió la chica dándole un empujón y tirando al suelo a la chica morena.
Esta se levantó furiosa le tiró un golpe, pero increíblemente falló y cayó de nuevo en el suelo, ya entiendo por que lleva la ropa estaba tan sucia. La chica de cabello negro corrió a auxiliarla y la mantuvo lejos de la otra chica.
-no ha sido su culpa, por favor- le suplico la chica tratando de evitar problemas -¿quién te dijo sobre la cura?- cambió el tema para relajar el ambiente.
-ya te lo dije Camila presta atención- le recrimino.
-lo siento se me olvido- admitió ella bajando la miranda.
-me lo dijo un conocido, según Fernando y Jake encontraron la cura- le tomó el rostro y se lo levantó dulcemente para que quedara a la altura de su mirada -se rumora que hace unos días bebieron sangre de un inmune y Jake se encuentra mejor-
-¿y tú creces esas mierdas?- pregunto de forma altanera la chica rubia.
-esta es sorda cuando le conviene, no creo hasta que no veo, por eso accedí a venir a esta estúpida reunión- en eso pasaron por debajo del árbol donde yo me encontraba -ahora menos charla y más caminata- le apresuró.
Entre las dos chicas comenzaron a ayudar a la chica rubia y aumentaron el ritmo de la marcha.
Yo como todo buen sobreviviente he tomado una decisión, me desató la soga, pero decido que mejor dejos mis cosas aquí, así que las ató bien, solo llevare mi arma un par de cargadores y mis dotes de inmune con suerte será suficiente para obtener información y salir con vida.
Comencé mi caminata vigilando al trío de chicas inoculadas, era desesperante seguirlas pues no sabía a dónde iban y el paso de ellas era demasiado lento. Por un segundo me planteé hacerme pasar por un inoculado y cargar a la pobre rubia coja.
Al fin luego de al menos 10 caídas por parte de la chica llamada Laura la morena, tres gritos de Camila la de pelo negro y 3 veces detenerse la rubia la cual aún no se el nombre, llegaron al parque botánico de la Universidad Central de Venezuela, o lo que quedaba de ese lugar.
Igual que se reunieron aquí me iba como anillo al dedo, pues me daba un buen lugar donde poder ver sin ser visto, mientras las chicas se iban a la parte de la entrada, yo me fui por un costado y con mucho cuidado rodee el parque entre por un agujero que había en la malla y busque el punto de reunión, no estaba muy lejos de donde entre, observe un árbol y me acerque con mucho sigilo, aproveche que solo estaban pululando esperando que la reunión diera comienzo.