Inmune

Capítulo 4: Descubrimiento

Dos semanas después del sepelio simbólico de mi novia, mi suegra me llamó para pedirme que me hiciera la prueba, pues casi todos los presentes en el funeral estaban en estado crítico, e incluso ella estaba enferma, me asusté, salí de mi casa con máscara y guantes directo al hospital.

En el hospital notifique mi caso, enseguida fuí aislado en una habitación, me hicieron un estudio de sangre llamado PCR, me tomaron unas placas de torax y me mantuvieron en observación por tres día, evaluando mi temperatura.

Fuí diagnosticado como una persona INMUNE, uno de los raros casos que no se enfermería con el nuevo virus, me dieron de alta y salí sin máscara ni guantes sintiéndome libre.

Mi cabeza iba cargada de pensamientos, sin poder evitar recordar la muerte temprana de mi novia, de mis suegros enfermos, en todas las personas de mi trabajo que enfermaron y murieron.

Todavía no tenía información de quién se había recuperado, lo que a mi parecer era un mal pronóstico.

Llegué a mi casa felíz, abracé a mi madre, besé a mi padre y me senté a ver una película.

Al día siguiente llamé a mi suegra, no había ningún cambio, contacte a los pocos compañeros de trabajo que trataba, solo me respondió uno, Alicia una chica que trabajaba frente a mi oficina, me comentó que fue difícil, doloroso y desesperante, pero lo estaba superando.

Me alegré por ella, prometimos quedar en contacto, sin trabajo al que ir, mi economía se fue al piso, con los conocimientos de mecánica que manejaba hable con mi padre y reabrir su viejo taller.

Con lo poco que entraba compraba comida, no dejaba a mis padres asomarse ni a la ventana.

Mi mundo colapsó una semana después, cuando mi padre enfermó, lo llevamos al hospital, nos aislaron a mi madre y a mi, sin importar lo que decía, los médicos hicieron lo que pudieron, pero mi viejo no resistió y murió una semana después.

Por suerte mi madre no estaba infectada, no hubo velorio, no hubo entierro, el hospital no quiso entregarnos en cuerpo.

Volví al día siguiente a pedir alguna explicación, no entendía nada, ellos no estuvieron expuesto al virus, no salieron, no recibieron visita, no hablaban ni con el vecino, así mismo se lo expliqué a la doctora que me recibió.

Lo que no contaba fue con lo que me dijo.

"Señor Donovan, según las pruebas que le realizamos pudimos comprobar que en efecto usted es inmune a este virus, pero aunque usted no pueda enfermar es igualmente portador, lo que quiere decir que sí puede transmitir el virus"

Luego añadió que mi madre al igual que mi padre no eran inmune.

Me sentía como una mierda al salir de el hospital.

Yo había matado a mi padre, se preguntaran ¿Se lo contaría a mi madre?

La respuesta es simple, saber la verdad no le devolvería a mi padre, así que en definitiva no le diría nada.

Llegué a mi casa con el ánimo por el inframundo, no saludé a mi madre, fui directo a mi cuarto y lloré.

Lloré por mi novia, por mis amigos y claro por mi padre, no entendía cómo fué posible que los médicos no me hubieran explicado nada antes. No entendía como un virus que parecía tan inofensivo había acabado con la vida de tantas personas a nivel mundial.

Tiempo después y en contra de la recomendación de la OMS Italia realizó una autopsia a un cadáver, lo que aclaró mucho el panorama, el virus no ataca las vías respiratorias, creaba coágulos de sangres que iban directo a los pulmones, creando así que las personas tuvieran trombosis pulmonar lo que obviamente les dificulta el respirar normal.

Con ese nuevo métodos los pacientes tratados por el virus tenían esperanza, sin embargo igual la tasa de mortalidad era alta.

Las siguientes semanas todo fue de mal en peor, como la cuarentena era a nivel mundial y lo vuelos y el comercio marítimo estaban paralizados, la comida comenzó a escasear, lo que generó alarma en la población.

Diez meses después de iniciada la pandemia, Rusia anunció la creación y producción en masa de una vacuna, lo que trajo más debates, si debía ser administradas sin haber cumplido los protocolos científicos. El mundo quedó en suspenso esperando la respuesta de Rusia.

El presidente de esta nación respondió suministrando la vacuna a su propia hija.

Lo que a mi parecer no es garantía de nada pues le pudo haber colocado un simple placebo. 

Pero el mundo aplaudio su gran hazaña.

El mundo en su desespero por terminar con la cuarentena compró miles de millones de vacunas en las primeras 48 horas, sin embargo Estados Unido y otro grupo de países se negó a comprarle a Rusia, comenzando así sus propios estudios.

Dos meses después los estudios en Oxford no iban del todo bien, pues habían tenido que suspender las pruebas debido a que uno de los voluntarios para probar la vacuna, tuvo una inflamación en la médula ósea.

Y así el mundo tuvo que doblar su brazo ante la vacuna ofrecida por Rusia.

En pocos meses el mundo comenzó a aplicarse la vacuna, yo por ser inmune no tuve que hacerlo, pero pedí favores, cobre algunos otros y mi madre fue una de las primeras en ser vacunadas.

El horror vino un años después.




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