Inmune

Capítulo 10: Adiós.

Enterré la cabeza en un agujero como los avestruces.

No me importaba nada.

Le falle a mis padres, ambos han muerto por mi culpa, ya no me quedaba razón porque estar vivo.

Si me acordaba comía, pero la mayor parte de tiempo la pasaba tirado en la cama de mi madre, tratando de entender que la llevó a eso.

Era odioso pensar que solo fue un acto impulsivo de su parte.

Una madrugada me despertó el sonido de disparos, me levanto por que era algo que en todo este tiempo nunca había escuchado, sorprendido corrí a la ventana, al parecer pase mucho tiempo desconectado de la realidad.

Ya que esta se había transformado en un campo abierto de batalla, me tire al suelo y contemple la escena que se desarrollaba en la calle.

Dos grupos de personas mantenían un fuerte enfrentamiento, las balas llovían de un lado a otro hasta que un grito en uno de los grupo detuvo todo el combate.

—¡Esta zona está bajo mi control y no permito que extraños vengan a buscar comida! —Gritó el líder de uno de los grupos resguardado detrás de los carros.

Lo que contemplaban mis ojos era una versión extorsionada de la humanidad, ambos integrantes del los grupo no parecían estar del todo sana.

—No puede tomar una zona y decir que es tuya. —Grito una chica, que se hacía presión en el brazo pues una bala le había penetrado el músculo.

—¿No? Solo observa, tienes diez segundos para marcharte. —Le advirtió el hombre, mientras  más y más miembros del grupo se ponían a su lado con armas en sus manos.

La chica miró la multitud y sabía que estaba perdida, levantó las manos en señal de rendición y se fue con su pequeño grupo del lugar.

"El jefe de esta zona" Se burló de ello y se fue con su grupo a no se donde.

Aún así me daba igual que sucediera en el exterior, estaba decidido a no salir de esta casa y perecer como lo hicieron mis padres.

Mire a mi alrededor y vi todo sucio hasta yo olia mal, de acuerdo tal vez debería limpiar un poco. 

Fui a la cocina y tome una bolsa negra de basura y comencé a recoger la casa, me paré frente a la puerta del baño de mi madre y la abrí, pase y comencé a meter cuanto pote vacío encontre.

Luego quite las sábanas a mi cama y fui al cuarto de mi madre, al sacar las sábanas un sobre cayo al suelo lo levanté y me paralice al ver que al dorso de este, estaba mi nombre escrito por la letra de mi madre.

Deje caer las sabanas y me senté en la cama con el corazón hecho un puño.

Abrí el sobre y saque su contenido era un papel, lo desplegué y respire profundo antes de comenzar a leerlo.

"Hijo, si estás leyendo esta carta es porque al fin reuní el valor para hacerme a un lado.

He decidido dejarte estas líneas después de pasar al menos dos semanas llena de culpa por haberte golpeado con las llaves.

Allí entendí que todo lo que sentía por dentro no iba a pasar, al contrario se pondría peor.

Quiero decirte que te amo hijo, recuerdo la primera vez que te vi, aún estabas dentro de mí, estábamos en el doctor haciendome un eco, y no parabas de moverte, pero cuando yo comencé a cantar allí delante de doctor tú te calmantes y supe que sería un ser grande, lleno de luz, que cambiarías el mundo y aun lo creo.

Frank no te culpo por nada de lo que estamos pasando, nuestro paso en la vida es algo efímero, me alegra saber que tuve la oportunidad de conocerte, de amarte y de verte convertir en el increíble hombre que eres.

Deseo que entiendas que me llevó a terminar con mi vida, pocas semanas después de la vacuna, comencé a sentirme diferente.

Pensé que era normal, pero con el paso de los día mis emociones se mezclaban, estaba feliz en un segundo y luego me llenaba de ira, y no encontraba la manera de controlar lo que sentía.

Tengo miedo, mi cabello ha comenzado a caerse y mi ira sigue creciendo, temo por tu vida, mi visión se ha vuelto borrosa y se que ha llegado el momento de hacerme a un lado, pero soy demasiado egoísta y no tengo las fuerzas para acabar con mi vida.

Me avergüenza confesar que ya no recuerdo tu nombre, sé que eres mi hijo, tampoco recuerdo a tu padre, en mi cabeza se ha instalado una niebla tan espesa que no me deja tener acceso a mis recuerdos.

Hijo sé que debe ser difícil quedarte sin tus padres, sé que debes tener miedo y es normal, pero creo que es lo mejor, debes superar la tristeza y vivir.

Vivir por todos los que no pudimos, te amo.

Mamá.

PD: Me siento orgullosa de la familia que me toco esta vida."

Deje la hoja en la cama, su letras al final de la carta era desprolija y tenía manchas de lo que parecía ser lágrimas, me volví sumergí en mi dolor, mi madre pasó todo esto sola, pues a mi me daba miedo estar cerca de ella, debería tomar impulso y saltar por la misma ventana que ahora es testigo de mi desgracia.

Sin embargo eso sería actuar como un cobarde.

Me levante con la determinación de vivir, se lo debía a ella, camine hasta la cocina y comencé a hacer un inventario de lo que tenía.

200 latas de sopas. ¡Eso era un buen comienzo!

6 botellones de 20 litros de agua potable.

100 cajas de galletas con sal.

50 bolsas de dorito.

45 cajas de rame.

Fui al cuarto de mis padre y revise los cajones, luego de revolver todo el cuarto encontré dos arma, uno de cañón largo y otra tipo pistola, me tome un segundo y con mucha culpa, di gracias a Dios por que mi madre  jamás encontró estas armas, junto con ellas había una caja de municiones la abrí lleno de esperanza.

Pero solo quedaba un poco más de la mitad.

Busque un bolso y empaque medias, ropa interior, cepillo dental, dentífrico, una maquinilla rasuradora, un par de lentes y una gorra.

Obvio no saldría corriendo al peligro, pero nunca está de más estar preparado. Por el momento me dedicaría a estudiar  el nuevo comportamiento social. 




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