Inmune

Capítulo 14: Respuesta.

Cuando llegué al punto de encuentro, casi estaba amaneciendo jamás pensé que un simple recorrido de reconocimiento sería tan largo.


—¿Qué traes allí? —Preguntó Henry afilando una rama.


—El cadáver de un inoculado. —Contesté dejándolo en el suelo y estirando la espalda— ¿Como sigue? —Pregunté viendo al inmune que casi muere degollado esta noche.


—Sufrió una fuerte golpiza, pero estará bien. —Afirmó Amber—. Ahora tú explica, ¿Por qué traes eso? —Señaló el cuerpo sin vida que yacía a mis pies.


—Pensé que no está de más echarle un vistazo dentro de su cuerpo, tal vez podamos encontrar algo que nos ayude. —Expliqué—. Claro si en las cavernas hay alguien que nos pueda ayudar.


—Yo no se mucho de medicina, pero estaba en la residencia cuando todo esto llegó, puedo ayudar. —Comentó uno de los inmune que rescatamos.


—Tony también sabe de algo de medicina. —Dijo otro de los inmune.


—Bueno vamos marchando que el cielo ya aclaró.


Todos nos pusimos de pié, entre Henry y el inmune médico cargaron al otro Inmune caído.


Sin darme tiempo de arrepentirme por tener que cargar al inoculado, me lo eché a la espalda y comenzamos el camino a la cueva.


En el camino me enteré de que el inmune caído se llamaba Oliver, que el médico se llamaba Mauricio y el que el otro del grupo 2 se llamaba Luis.


Amber resultó ser más amistosa de día, hablaba bajito y estaba en estado de alerta.


Cuando al fin llegamos era casi mediodía y a los primeros que encontramos al entrar en la cueva fue al grupo 3.


Por desgracia ese grupo estaba conformado por Raúl, Cyntia y otra linda chica de cabello negro liso y demasiado largo para parecer una inoculada.


—Al fin llegaron, estamos por salir a buscarlos. —Dijo la chica de cabello oscuro.


—El grupo dos sufrió una emboscada. —Reportó Luis en tono sereno.


—Seguro que fué por culpa de este. —Comentó Raúl señalandome con un dedo y luego escupió al suelo.


—De hecho estamos aquí, todos a salvo por Frank. —Afirmó Henry— Pixie, ¿Dónde está Tony?


La cara de Raúl cambió de arrogante a furioso en dos segundos.


—¿Una emboscada? —Preguntó confundida Pixie—. Es súper raro eso, los inoculados siempre se habían mantenido a raya, ¿Qué traen allí?


—Tony ya viene. —Respondió Cyntia al ver que la cabeza de su compañera estaba en otro lado.
—He traído el cadáver de un inoculado, quiero saber a qué nos enfrentamos. —Le dije a la chica de cabello liso.


Raúl fué a decir algo, pero la chica levantó la mano para callarlo.


—Puede que sea de ayuda. —Miró a Raúl—. Ve y busca a mi hermano.


Raúl asintió y se dispuso a marcharse, pero en el fondo del pasillo la luz de una vela reflejó que el mencionado Tony ya estaba cerca.


—¿Quién es tu hermano? —Pregunté acercándome a Pixie.


—Yo. —Comentó Tony.


Vaya, eso sí era una sorpresa.


—Corrimos a esta cueva cuando todo se fué a la mierda, claro no era tan acogedora. —Todos rieron ante su broma.


Henry le dió un resumen de lo sucedido, Tony escuchaba atentamente y afirmaba con la cabeza procesando la información.


—Amber, lleva a Frank a su cuarto. Los demás vamos al ambulatorio, veamos que tenemos aquí.


Raúl tomó el cadáver y desapareció por el pasillo junto a Pixie y Cyntia, Henry y Mauricio se llevaron a su amigo caído.


—Frank luego de hacer la autopsia nos vemos, trata de descansar y gracias por traerlos a todos.


Luego él y Luis se marcharon hablando entre susurros.


—Vamos por aquí. —Me apresuró Amber de manera poco amable—. Por cierto limpiate la baba.


—¿Qué?


—A penas vistes a Pixie la baba te chorreo por la mejilla. —Comentó furiosa.


—¿Celosa? —Pregunté riendo.


—No hay razón para estarlo.


—Tienes razón.


El resto del camino fue silencioso, me dejó en una fría habitación, tenía un colchón sobre una improvisada cama de madera.


Miré mis cosas sobre la cama y me senté para hacer mi aseo antes de dormir un poco.


Empecé a sacar mis cosas y me topé con el radio improvisado que hice, lo puse a un lado, luego saqué un paquete de galleta que me quedaba en mis medias.


Pero el walkie talkie de hello kitty que aún traía conmigo comenzó a captar una señal, enseguida traté de escuchar, pero se perdía muy rápido.


Tomé el radio que había construido con reciclaje y comencé a intentar ampliar el alcance del radio.


Cuando lo terminé corrí por la cueva tratando de salir de allí, así podría saber que señal capté.


Salí al exterior y el radio comenzó a emitir la conversación de dos desconocidos.


—Me dices que todavía falta para que esto termine, no sé si la economía va a aguantar tanto.


—Lo sé, pero debe tener paciencia, el congresista dice que en varias partes de mundo ya comienza a haber enfrentamientos, con suerte eso ayudará a que la segunda fase esté completa.


—Si, pero luego viene lo más difícil reconstruir, ¿Y tú qué crees que sucederá?


—Qué las naciones más pequeñas serán absorbidas por las más grandes, pero eso solo iniciaría una guerra señor presidente.


—Entonces prepárate para lo peor, esa ayuda que ofrecen no será de gratis, cuando tengas más información me avisas.


—Sí señor, yo voy saliendo a...


La señal se perdió, pero no tuve ánimos de correr, con lo que había escuchado era más que suficiente.


—Hay que decirle a Tony. —Comentó Amber a mi espalda.




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