Hunter
Lost lo hacía ver más fácil.
Dejar a un tipo, que apenas tuviese una idea de cómo tratar a un enfermo, te colocándote las suficientes puntadas para reparar dos cortes masivos de piel, como si estuviese remendando un par de Jeans, y pensar que solo debería ignorar un dolor que podía ser pasajero, como piquete de insecto.
Lamentablemente Lost nunca describían la sensación que tendría...
—¡No te muevas! —...cuando ese herido no era el doctor Jack— ¡Cálmate! — sino yo siendo suturado por un bobo adolescente de 17 años.
—¡Ahhh! —el dolor era insoportable.
La aguja perforando mi piel y tirando de un hijo con demasiada fuerza.
—Deja de llorar —Y Levi solo empeoraba las cosas.
—Pues ten más cuidado.
—Claro, por eso soy el maldito Gregory House.
—¡Solo ten más cuidado!
—Lo haría sí no te pusieras tan tenso.
—¿Entonces qué me sugieres que haga?
—Piensa en otra cosa.
—¿Cómo en qué?
—No lo se. Imagina que estas con Scarlett Johanson.
—Odio a Scarlett Johanson.
—¿En serio?
—Sí. La detesto.
—Eso es raro. No conozco a nadie que odie Avengers
—Pues eso pasa cuando te encariñas con Tobey Maguire —todos mis amigos me criticaban con eso.
Odiaba la franquicia y escuchar el nombre de una actriz que era complice solo empeoraba las cosas.
Levi tiró del hilo como un animal salvaje durante casi dos horas que sentí eternas.
—Listo —Pero todo lo que sube tiene que bajar— Termine.
—¿En serio?
—Sí, pero debes llevar vendas y no hagas mucho movimiento o la herida se abrirá.
—Lo haré —No quería que esto se repitiera.
Cubrí las heridas y tome todas las precauciones al momento de salir, bajar las escaleras y encontrar a Lacey en la sala charlando con una chica que no tardó en dormir.
—Wow —April tuvo una verdadera misión esa noche.
Y yo también.
—¡Oye! —al parecer Lacey tenía mi iPad.
La próxima vez lo dejaré cargando en mi auto.
—No es lo que crees.
—Aja —eso era cierto.
iPad estaba apagado y tenía contraseña (mi cumpleaños).
—Es verdad. Quería enseñárselo a la niña.
—¿Por qué?
—Creí que tendría juegos.
—Pues me es una lastima decirte que yo no bajo juegos —prefiero jugarlos en mi celular.
No me sentía con deseos de pelar.
De hecho ni siquiera tenia interés en quejarme.
Estaba cansado...
—¡Auch! —...y adolorido.
—¿Te encuentras bien?
—Sí. Es solo que no me equilibre bien.
—¿Te han hecho esto antes?
—No. Pero siempre hay una primera vez para todo.
—Como ser saturado por un adolescente que me corregía todos los días en clase.
—Wow —Quien diría que Levi hizo lo que yo siempre deseaba hacer.
Corregir a una maestra y dejarla en ridículo, como ellas solían hacerlo conmigo.
Él típico vago que no se preparaba.
Ahora imaginó a lo que Lacey se enfrentaba.
Ella no era una persona agresiva, como la mayoría de los profesores que tuve en la secundaria, sino demasiado sensible.
—¿Te ocurre algo? —y yo torpemente la hice recordar esos momentos.
—No es nada —actuaba como sí tuviese algo que no quisiese decir.
—Oye Lacey —y me sentía deseoso de saberlo—. ¿Te puedo preguntar algo?
—Claro.
—¿Tu querías ser maestra? —pero lo que no sabía era sí ella se sentía deseosa por decirlo.
Lacey y Levi no tenían una buena relación.
Preguntar una tontería como esa haría que recibiera la misma respuesta que un niño de primaria.
—¿En serio? —Pero Lacey no me iba a responder así.
Ella me sonrio como sí no se hubiese esperado a que yo le hiciera tal pregunta.
—¿Primero te puedo preguntar una cosa?.
—Adelante.
— ¿Tú querías ser repartidor de pizzas o conductor Uber?
—Claro que no.
—Yo tampoco —y la primera verdad fue rebelada—. Siempre decía que no quería dar clases.
—¿Lo dices el salario mínimo?
—Si. Pero también era por otras cosas.
—¿Qué cosas?
—Situaciones que se fueron presentando.
—¿Qué querías ser?
—Siempre le decía que viajaría a París, luego de terminar la universidad, para convertirme en embajadora. Quien diría que terminaría trabajando en lo que juré no ser.
—Lo lamento.
—No es tu culpa, Hunter, sino mía.
—¿Por qué?
—Por creer que el mundo era fácil de digerir; ganar una beca, creer que terminaras la universidad rápido y ser el ejemplo de una generación. Luego entras a la carrera y descubres que no todo es como imaginas.
—¿Eras mala estudiante?
—Siempre fue un modelo.
>>La mejor de la clase.
>>La envida de cualquier niño.
>>Las mamas de los otros chicos siempre me usaban como ejemplo. Incluso las oía decir "Por qué no puedes ser como Lacey Patterson".
—¿Entonces qué pasó?
—Entré a la universidad y ví que todo era difícil.
—¿A qué te refieres?
—No pude con nada porque eran dos ambientes distintos. Las materias, los horarios y esos idiotas que hacían ruidos por sus estúpidas fiestas en vez de estudiar para los exámenes que serían al día siguiente.
—¿Pero eres buena?
—Siempre lo fui...
>>era perfecta...,
>>Y como tal me exigía demasiado; no dormía, revisaba detalles y descuidaba trabajos.
>>Así fue como comencé a reprobar.
>>Al terminar el año era la peor estudiante y una decepción para el programa de becas que me apoyo.
>>Lo perdí todo, pero aprendí lo que soy.
>>Una perdedora.
—No eres una perdedora.
—Claro que lo soy. Perdí la única oportunidad de ser abogada y terminé estudiando educación con lo poco que mamá me podía enviar. Cuando terminé la carrera estaba dando absurdas clases de química mientras que Gwen se acostaba con un tipo que le conseguía lugares en las mejores galerías de arte. Por eso ella logró vivir su sueño.