Inmunes

12

Hunter

—¡Vamos chicos! —después de casi cinco días de paz volvimos a la antigua rutina, solo que esta vez podíamos contar con provisiones aseguradas —¡Que hoy quiero regresar temprano! —y la ayuda de alguien que no nos dejaría por una tonta moto.

—Trata de no moverte mucho —Kyle—. Recuerda que aun necesitas medicina.

—Lo sé —tenía poco tiempo de haberse recuperado.

Batallaba para caminar y no equilibraba bien sus pasos.

April consideró la idea de que nos acompañara, en vez de Levi, para ayudarlo a mover sus piernas. Solo que su trabajo sería rellenara los botes de combustible mientras que nosotros nos encargamos de revisar todas las maletas.

Teníamos muchos víveres asegurados.

Ahora nuestra prioridad era encontrar ropa.

Kyle nos dijo de otras tres habitaciones que usaron para guardar cajas o maletas y de estas Rose no nos dijo nada porque no sabía quienes eramos.

—Al fin —April, por otra parte, se sintió como sí estuviese en un centro comercial.

En cada maleta ella encontraba ropa o accesorios como lentes de sol, cosméticos o tintes para cabello.

—¿Qué tal me veo? —sin duda eso era una parte de ella que no conocía.

—Wow —algo que solo esperaría ver en las niñas que siguieron la moda BRATZ.

Su rostro ahora tenía un tono claro y brillo-so, como los diamantes, los labios eran rojos, las pestañas oscuras y su cabello despedía un intenso aroma.

—Dilo —no encontraba palabras para describirlo.

—Sí te soy sincero —April era otra— te pareces a Sia.

—No lo había notado —tal vez no fue la mejor respuesta.

April permaneció silencio durante un par de segundos, sin apartar su mirada del espejo.

Creo que el haberla comparado con una cantante de 44 años fue la manera más estúpida de decirle que lucía hermosa.

—¿Te encuentras bien?

—Sí, es solo que nunca nadie me había dicho que me maquillaba como Sia.

—A mi me encanta Sia —eso no era cierto. Odiaba sus canciones.

—También a mi, pero no imaginé lo bien que haría —April continuó firme, como sí estuviese enfocada en entender a quien estaba viendo— Hunter te puedo hacer una pregunta.

—Sí.

—¿Alguna vez imaginaste que así sería el fin del mundo?.

—La verdad si. Pero no con nosotros ahí.

April volvió a sonreír.

—Se nota que vez mucha televisión —retiró el maquillaje de su rostro con un par de toallas húmedas y volvió a mirarse al espejo, como sí no le hubiese interesada volver a crear ese rostro.

—¿Todo bien? —April no me respondió.

Devolvió todo el maquillaje y continuó la inspección, supuse que no quería hablar más de eso.

Y yo tampoco.

Todavía había muchas maletas.

Algunas tenían ropa de niño, vestidos, juguetes sexuales y...

—No puede ser —...en otra encontré una cosa que solo creí ver en mis sueños.

¡Parecía ser demasiado extraño como para ser real!

Pero estaba en mis manos...

...y la sentía tan real...

—Wow —que no dudé en usarla— siempre quise una de estas.

¡Una chaqueta de cuero negro ajustado!, como la que solía usar Fonzie de Dias Felices.

Era cómoda, fresca, de mi talla y tenía unos anteojos de sol Ray-Ban escondidos en el bolsillo frontal derecho.

—Wow —Por fin me veía como tanto deseaba.

—Vaya —aunque April no compartía esa emoción— Lindo atuendo —al reírse,— Kelso.

—Cierra la boca.

—¿Por qué? No es mi culpa que quieras imitar al idiota de That 70's Show.

—Jaja —pero no me iba a importar— tu eres la que necesita cultura.

La chaqueta tenía estilo.

Me sentí conectado con una parte de mi ser que quedó enterrada cuando en el día que Brock robó mis sueños para lograr los suyos.

Solo me faltaba una guitarra eléctrica.

—¿Ya viste esto? —una sensación que April no compartía.

—¿Qué cosa?

—Mira —ella me veía como sí estuviese en una tienda de disfraces— puedes peinarte como él.

—Gracias, pero no uso tanto acondicionador.

—¡Es mus para el cabello!, idiota. ¿Qué no sabes nada de moda?

—No —lo mio era más el rock.

—Se nota que necesitas actualizarte un poco más.

—Claro, con eso de que podemos ir de compras cada fin de semana.

—No tienes que ser tan sarcástico,Hunter —Al parecer mi respuesta la ofendió— solo quería darte un consejo —Me ignoró y volvió a revisar las maletas, como sí no quisiese seguir con esa conversación.

¿Pero qué le ocurría a esa chica?

En serio que estaba loca y no iba a perder mi tiempo averiguándolo teniendo demasiadas maletas sin revisar.

La mayoría tenían diversas prendas, colonias, navajas de afeitar, teléfonos celulares, relojes, gafas, laptop entre muchos otros accesorios que quizás nos servirían sí todavía existiera la oportunidad de salir a trabajar o estudiar.

—¡Oye! —pero de todo April encontró algo que con solo verlo.

—No puede ser —me hizo sentí como sí por primera vez en mucho tiempo estuviese ante la presencia de una verdadera señal de esperanza.

¡Un radio de alto alcance!

Era compacto y tenía la misma forma que un celular no-ventero; diversos botones, perillas, una antena y pantalla, pero no se veía alguna señal de que estuviese cargado.

Esto podía sernos útil.

—¿De donde sacaste eso? —Una esperanza que Kyle no supo apreciar.

Ni siquiera me dí cuenta de cómo paso.

Kyle apareció en la entrada del baño, mirándonos como a un par de niños metiendo sus manos donde no debían.

—¿Dónde lo sacaste? —un padre molesto al ver lo que teníamos.

—De una maleta.

—¿Cúal?

—¿Eso que importa? —al juzgar por su mirada supiese que debió ser la suya.

—Importa mucho, April.

—¿Ah sí? —pero ella se sintió deseosa por saber más.



#109 en Ciencia ficción
#522 en Thriller
#184 en Suspenso

En el texto hay: apoyo confianza, virus, uber

Editado: 17.10.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.