BIENVENIDOS A OREGON
Por fin, después de treinta horas de viaje, y toda esa locura, April y yo llegamos a Oregon.
La cede de la cerveza.
—¡Oh por Dios! —O de la destruccion.
Oregon paso de ser un poblado entretenido a un lugar rodeado por la desdicha que superaba a cualquier otra ciudad donde habiamos estado.
Las casas no tenían cristales o puertas, al igual que los supermercados o restaurantes y había TyGors en cualquier parte del camino.
—Vaya. ¿Quién diría que así es como se ve el mundo de Bird Box?
—Cierra la boca —April estaba muy concentrada en no ser devorada como para creer que su vida iría a terminar por culpa de una broma.
Según el GPS estabamos a diez minutos del refugio, pero por la velocidad supuse que llegariamos en casi una hora.
—¡Cuidado! —pero nuestras opciones eran jugar al Rapido y Furioso a cambio de ser perseguidos o ser lentos y no convertirnos en el postre de ese TyGor.
—Lo se —la imagen era devastadora
Un hombre de nuestra edad, cuyo cuerpo aun tenía algo de vida, era devorado lentamente por esa cosa.
Condujé a 10km por hora, cuidando de no hacer ruido dentro de un area que practicamente era dominada por los TyGors.
Un camino de casi treinta minutos que continuó con una salida.
—¡Acelera!
—¡Ahí voy! —por fin eramos libres de ese grotesco campo minado.
El GPS nos condujo hacía un camino libre por el que viajamos durante cinco minutos, libre de problemas o accidentes.
Era como sí el exterior nos dijera que aquí las cosas eran más calmadas.
No había TyGors, personas desangradas y el camino era demasiado libre, lo curioso es que nos condujo hacía un punto que de solo verlo…
—No puede ser —…nos hizo pensar que tal vez podía ser una broma.
Habiendo tantos lugares en todo Estados Unidos.
Academias militares, campos de prueba y laboratorios Xavier tuvo que elegir este presciso punto para esconder su refugio.
El último Blockbuster del mundo.
—¡No puede ser! —una sorpresa que April no estaba dispuesta a ver con los mismos ojos que yo— ¡Tiene que ser una maldita broma!
Viajamos casi mil kilometros…
…pusimos en riesgo nuestras vidas…
…los TyGors estuvieron a punto de devorarnos…
…todo para viajar a la ultima sucursal de la compañía que fue derrotada por Netflix.
—¡Xavier! —April quedó debastada— ¡Xavier! —tomó el radio y gritó como una compradora decesperada por obtener un rembolso— ¡Responde!—pero estaba muerto—, ¡Maldita sea!.
Habiamos perdido la comunicación con él y April no tomó eso como una buena respuesta.
—¡Por qué! —igual que sí estuviese siendo torturada—¡Confiabamos en ti!.
Yo por otra parte me quedé mirando el local.
Ya lo había visto en canales como Cinemassacre o The Verge, y deseaba tanto estar ahí y tomar una foto para instagram.
La tienda que ahora solo existe gracias a los deseos nostalgicos estaba deltante de mi.
Pero había algo diferente.
Por lo general los sitios que visitamos habían sido saqueados o golpeados y siempre encontrabamos pistas; Ventanas rotas, paredes pintadas, puertas derribadas o que el lugar estuviese abierto, como una trampa para atraer sobrevivientes y este local no tenía nada de eso.
De hecho parecía estar en excelentes condiciones, como lo ví en YouTube.
No tenía golpes, rayones y todas las cajas de DVD estaban sobre los anaqueles, como sí aun estuviese abierto al publico.
—¡Eso es! —no podía haber alguien ahí…
Beep, Beep
…solo nosotros y el sonido.
—¡Vamos respondan! —Toqué el claxon durante varios segundos, y nadie me respondio.
—¿Qué haces? —solo April.
—¿Qué crees que hago? —y segui tocando.
—¡Actuar como un idiota! —April no lo vio de la misma forma— ¡Detente! ¿Acaso estas demente?
—No.
—¿Entonces por qué lo haces?.
—Para probar mi teoria.
—No. Lo que vas a hacer es que nos maten.
—¿Quiénes?
—¡Los TyGors! ¡Olvidaste que son muy sensibles ante el sonido!
—¡No! —y volví a tocar— ¿No lo vez?
Toqué varias veces y no ocurría nada.
—¡Sí hubiese un TyGor ahí ya habría salido! —y volví a tocar— ¡Mira! —El lugar seguía vacio—No hay nadie ahí.
—¿Y sí hay algun demente escondido?