Inner Child

ÚNICO

Las nubes grises, el horizonte manchado de oscuridad y la negra noche, se condensan para hacer brillar las inmensas luces de la ciudad, atravesando el gran ventanal; mientras mantengo la frente pegada a la fría superficie que se encuentra ante mis ojos, y pequeñas gotas bajan por mi rostro.


Cuanta diferencia podría darse de hace 10 años, ninguna, es el mismo sentimiento, el mismo dolor, y la misma tristeza...en algún lugar podrá haber felicidad. La nostalgia que alimenta mi deteriorado ser, sigue manteniendo la fe sobre mi alma, vaya a saber que quizá nunca sane.


Y mi mente sigue taladrando, amedrentando, pidiéndome, que la escuche.Te escucho, pero no quiero oírte. Por que, e investigado, pero...la mente humana es tan compleja, es hermosa, pero es difícil y sobria, quisiera entonces, por un momento estar drogado, quisiera olvidar todo, quisiera verte, no solo como un recuerdo vivido que me atormenta día tras día, cuando el sol se guarda y la oscuridad me muestra esas brillantes luces que no sé si veré de nuevo, al menos de la manera en que lo hacía.


¿Que hubiera pasado si no hubieras muerto aquel día?, me lo pregunto con tal fastidio, que creo siento lástima, hubieras cumplido tu sueño o solo seguirías lo que se esperaba, siempre creí que eras una persona genial, con una sonrisa encantadora y ojos de medialuna, no podía existir alguien tan bueno y pueril como tú. El mundo nos enseña a ser crueles, toda mi vida lo fui, pero...cuando te vi por primera vez, en aquel patio, cuando tu familia se mudo a lado de la nuestra, me prometí que te cuidaría de todo lo malo que pasase.


Sin embargo, mírame, estoy con una botella entre mis manos, bebiendo hasta el cansancio, porque no pude protegerte, no pude preservar tu sonrisa, pero...¿Es realmente mi culpa?, lo es cierto, te lo prometí, ¿Es lo que querrías?.NO. Se muy bien que deseas que siga con mi vida, pero como podría hacerlo cuando tú eras mi propia vida.


Que estúpido fui, jamás me di cuenta de quien tenía que protegerte, no imaginaba lo que ocurría en aquella casa de cortinas siempre cerradas, creí que aquel hombre te amaba, y siempre me mentías, decías que te habías golpeado con la acera, que te habías caído etc. No creo que ese moretón que adornaba tu pómulo derecho fuera por una caída. Perdón, perdón por ser tan ingenuo.


Supongo que tengo que darte una despedida, no quiero hacerlo, no quiero recordarme que tan inútil fui, es...decepcionante.


Aquel niño...quedó atrapado el las cenizas de un adís tan funesto como la vida misma,  quisiera entonces haber tenido otra historia.


Quisiera haber vivido más tiempo, por que al final solo era un cobarde, un cobarde que temía de sus propias sombras.
 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.