Los domingos son días poco productivos, al menos para mi. Me levanto tardísimo y me paso el día entero de mal animo. La hora de desayunar ya paso, así que directamente esperaré a comer. En la sala, mi madre ve las noticias con la cara desencajada.
- ¿Qué pasa? - pregunto con los señores fruncido y los ojos aun entrecerrados.
No obtuve respuesta. Tampoco hizo falta, lo pude ver por mi mismo. Las imágenes que retransmitían eran en el enorme chalet de la cumpleañera.
"Hoy nos encontramos en la casa de los Villalobos, donde encontramos el asesinato de la joven Elisabeth la pasada noche, en el día de su cumpleaños." - comunica el reportero de un telediario nacional - La chica fue brutalmente apuñalada en tres ocaciones mientras dormía ".
Me quedo paralizado, frío y noto punzadas en todo el cuerpo. Como había pasado pasar tal desgracia. La retransmisión es en directo y puedo ver que han vuelto muchos de los invitados de ayer. Tengo que volver al chalet. Mi madre no dice absolutamente nada desde que me levanto hasta que salgo por la puerta.
Tomo el bus hasta el chalet, donde hay un gran barullo entre medios, amigos y familiares. Tampoco faltaban los curiosos. Puedo ver al grupo de invitados de ayer hablando con la policía y yo pongo muy nervioso. Acabo de caer en la cuenta de que presuntamente, soy la última persona que viola a Elisabeth con vida. Eso me ubica como sospechoso principal. Una parte de mi pensamiento en obviar esa parte, pero mi sentido de la justicia estaba obligado a contarlo. No tenia nada que esconder y confiaba en la ley.
Me acerco tembloroso al agente y noto como todos me miran de forma extraña.
-Hola, he visto las noticias y he venido cuanto antes digo con voz apenada algo forzada.
- ¿Tienes algo que contar chico? - pronuncia mirándome de lado con la cabeza firme.
- De hecho si, agente. Hasta donde estaba, fui el último que vi a Elisabeth con vida.
Mientras le explico los hechos, puedo ver perfectamente como al fondo, dos agentes al borde de la vía retirada mis viejos guantes de debajo de un arbusto. De repente, un fuerte dolor de cabeza trae un pequeño flash a mi mente. En el flash puedo ver a la madre de Elisabeth en la oscuridad de su dormitorio durmiendo, creo que me ha visto. Vuelvo en mi, arrodillado en el césped aun húmedo.
- ¿Te encontramos bien chico? - dice el agente con su mano derecha estirada hacia a mi.
- Si creo que si -dije
¿que ha sido eso ?
- ¿Te importa venirte conmigo a una comisaria joven?
- Para nada agente - miento descaradamente, no sonaba muy bien.
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Editado: 12.07.2020