Inocente

|Capítulo 4|

Las paredes de madera estaban llenas de polvo, el piso de roble se encontraba sucio pero en buen estado. Todo a mí alrededor estaba lleno de suciedad y yo vine para quitarla. Tenía una pequeña obsesión con la limpieza. El lugar llevaba años sin alguien que se encargue  del aseo de la cabaña del bosque. Este lugar había pertenecido a los señores Brown, unos viejitos que murieron a medida del tiempo, poco a poco. Les agradecía un poco ya que ellos me dejaron la propiedad a mi nombre.

Los señores Brown fueron los abuelos que nunca tuve, los conocí cuando un día me escapé de la casa porque había peleado con mis padres.

Tan solo era una niña que no conocía muy bien el bosque y al cual le repetían que era una enferma. Fui despreciada por ellos pero eran mis padres, por lo tanto  siempre los perdonaba  pero nunca recibí el cariño que  anhelé, aunque no estoy muy segura que lo hubiera querido con tantas fuerzas.

Algo extraño en mí es que yo nunca quería amigos, los niños se me acercaban para jugar y yo siempre les negaba. Intentaron que socializara pero todo  fue en vano y se rindieron a que yo tuviera amistades. En cambio, todos esos momentos en las que estaba sola, leía y escribía; se convirtió en una fascinación que me relajaba porque podía expresarme mediante la escritura. Al principio eran pequeños relatos —poesía y una que otra bobada— después, a medida del tiempo, comencé a escribir historias cortas de cómo me sentía con escenas y diálogos. Era como mi diario, un lugar privado en donde nadie puede adentrase.

¿Por qué estaba en la cabaña de mis abuelos?

La respuesta es sencilla, quiero mudarme a este lugar. La casa que tengo en el pueblo es muy grande para una sola persona y así puedo estar más cerca del bosque ya que esta muy profundo, está casi escondido., si no fuera por el camino de piedras que va desde la cabañita hasta llegar casi a las salidas del bosque.

Este lugar lleva trece años deshabitado, ahora vengo para darle una mano.

Traje varios utensilios de limpieza. Comienzo por limpiar el polvo de las mesas de madera y piso, la cocina y las habitaciones. 


Después de unas horas limpiando la cabaña, quedó toda limpia. Un poco anticuado por los decorativos pero lo quitaré después. Me siento en una silla y saco la carta que enviaron en esa estúpida caja.

Querida, bla, bla, bla.

Esto aquello, esto el otro y llego a la parte que me importa.

Señorita McNamara, se le informa que hemos encontrado un pariente de familia, al estar huérfana por más de 13 años. La pariente se llama…

Quemo la carta con un fósforo. No me interesa saber quién es mi familia. Yo no la tengo, yo misma me encargué de ello.

Soy huérfana desde que tengo uso de razón. No tengo recuerdos con mi familia, por lo tanto no sé si tengo hermanos o hermanas. Lo que estaba segura es que mis padres fueron hijos únicos por lo cual lleva a que no tengo ningún pariente.

Pero la carta dijo eso, es porque tal vez sea una prima o cualquier cosa pero, como dije, no me interesa en lo más mínimo.

Prefiero la soledad antes que tener a alguien que nunca estuvo conmigo. 














 

 



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En el texto hay: misterio, familia, suspenso

Editado: 31.10.2020

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