Inocente

|Capítulo 9|

El sol resplandecía en la casa McNamara, una familia humilde con dos hermosas hijas. Una familia unida o eso es lo que quieren mostrar. 
Dos niñas idénticas se encontraban jugando en los columpios de su patio mientras que sus padres tenían un interesante conversación.

—tenemos que alejarla de Ángela —su susurra la madre de las niñas.

Su esposo estaba indeciso, alejar a Ángela de Damon puede ser un cambio brusco a sus vidas pero digamos que el padre jamás quiso a la gemela de ojos oscuros. En las noches pensaba que la única que merecía su amor en la princesa Ángela, una niña de ojos marrón claro que llenaba al mundo con su alegría.

No dudo aceptar la propuesta de su mujer.

Mientras hablaban las dos niñas estaban correteando y jugando, Ángela la primera de las gemelas estaba jugando con el barro del césped ensuciando su vestido rosado que le había puesto su madre. En cambio Damon estaba sentada cruzando sus piernas mirando a su hermana jugar. Ella nunca le a gustado los juegos de parque o la muñecas, era reservada y fría. 
Aliso su vestido azul oscuro y sin pisar los charcos que se crearon gracias a la lluvia, se acerco a su hermana.

—Ángela — dijo con su voz de niña pequeña — deja de jugar nuestros padres te van a castigar.

Tratando de entrar en razón a Ángela pero esta se negaba a dejar de jugar pero un pensamiento llego a su mente haciéndola parar.

Recordó el día que salió sin avisar y cuando regreso le estaban gritando a su hermana de porque no estaba ella allí, en vez de castigarla, la trataron como un tesorito olvidando a la otra pelirroja. 

—L siento, tienes razón — se acerco y ver a las gemelas era como estar en dos mundos distintos.

Ángela era de colores pasteles, su alegría contagiaba a todos a excepción de su hermana. Damon era todo lo contrario, siempre en su habitación a oscuras, siendo la más madura de las dos.

Antes de entrar a la casa, los padres de ambas aparecieron con un gesto horrorizado al ver a la mayor toda sucia y mugrienta. La madre ahoga un grito, su esposo la miro con una molestar a Damon.

—Princesa ve a darte una ducha — dijo la mujer hacia Ángela
Ella miro a su hermana que está encogiéndose a si misma para verse pequeña.

—Pero…

—¡Ve!

Sabia que tenía que hacer lo que su madre decía, mirando hacia abajo subió al baño para darse una duchas.

Después la pequeña Damon quedo indefensa sin la presencia de su hermana, su padre tomo el pequeño brazo con un fuerza muy grande para una niña. La jalo hacia la cocina con su mujer siguiéndola.

En ese entonces Damon temía de su padres de lo que pudieran hacerle. 
Ángela estaba cubriendo sus oídos con lagrimas saliendo de su ojos, al escuchar los gritos de sus padres a su mejor amiga, su gemela. Rezaba de que no le hicieran nada. Ella era la que tenia que ser castigada no su hermana que no había hecho nada malo.

Desde ese entonces marco un antes y un después en las gemelas McNamara. Lo que no sabia sus padres es que estaban creado a una asesina que tan solo era una niña.

 



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En el texto hay: misterio, familia, suspenso

Editado: 31.10.2020

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