Inocente

Mi copiloto

-¿Alguna vez has pilotado?- la pregunta se dirigía a Alessandro pero este la miró confundido-

-El piloto esta muerto, tenemos que llegar a alguna parte- respodi a su pregunta no formulada-

-¿Puedes?- dijo no con duda sino más bien con admiración-

-Soy una reina, debo poder hacer muchas cosas - dije con media sonrisa.

*Alfa, tiene 20 minutos de ventaja antes de que lleguen a rodearla.

*No te preocupes, solo se mis ojos cuando sea el momento.

-Preparate por que serás mi copiloto- justo llegamos al arepuerto, la última vez nos habían dejado pasar por un lugar sin vigilancia y por allí volvímos a pasar.

En el hangar estaba el piloto y una azafata tendidos en el lugar. Solo me dispuse a tomar la tablilla del piloto, según había revisado cada parte del cacharro y suficiente gasolina.

Aunque la manera en que habían muerto decía que sólo era una advertencia. Fui hacia los almacenes del hangar a buscar unos paracaídas y un equipo de infalibles pero estaban todos rotos... no había algo tan mezquino como pensar que los paracaídas no estaban bien.

Subí a ala nave con Alessandro siguiéndome a la cabina. Le indiqué que era lo que tenía que hacer antes de salir. 

*Ojo de Dios! Podrías darme una salida - nos abrochamos mientras salía del hangar supe que dentro había más de dos personas que no de habían dejado notar por mi. ¡Nos asesinarian en el mar!

*la pista de su izquierda, solo15 minutos alfa- respondió el chico cuando estaba tomando la pista principal.

Alessandro a pesar de no saber, tomó todo con tanta naturalidad que parecía que en realidad era mi asistente de vuelo.

-¿Cuanto tiempo nos llevaremos en llegar?- Alessandro estaba tornándose algo sudoroso.

Parecía que el venenos estaba saliendo a través del sudor y eventualmente lo haría desmayarse.

-Puede que unos 5 días, eso depende de que nos encuentren pronto- respondí algo inquieta.

-¡Como!- estaba sorprendido y como no.

-No se cuantas personas hay en el avión; pero no somos los únicos, cuando dije que quieren tu cabeza, es totalmente cierto.

-¿No puedo creer que no le tengan miedo a mi padre ?-

-El te mando a ejecutar- su cara de sorpresa cambió a una se enfado fue como el viendo en otoño... Cambiaba de dirección a cada segundo... después solo fue enfado.

-¡Ese hijo de perra!... ¡Cómo se atreve! ¿Que mierda le pudo ofrecer ese maldito que mi padre no pudo...- su voz se detuvo a medias, su enojo hacia chispas en sus ojos azules y de repente una mirada siniestra atravesó sus ojos- la venta de órganos- dijo este con enojo - prohibí a mi padre la venta de órganos, el tráfico humano... puedo vender armas, drogas y todo lo que quieran menos humanos o partes de ellos ¡malditos imbéciles!!- casi golpea los instrumentos de la cabina.

-No grites que este lugar es pequeño - señalé la cabina y este se dispuso a levantarse -

-¡No lo hagas! Debemos esperar a llegar al mar o cerca de Portugal..  no vamos a vivir si cruzas esa puerta ahora- le advertí y este me miró sin comprender-

-Los muertos del hangar... - el supo de inmediato que no estábamos solos.

-Lo siento, mis sentidos aun no están bien, no puedo sentir el olor de otros todavía- volvió a sentarse.

-No te disculpes, es normal que estés así; si hubiese llegado tarde llevaría un cadáver de vuelta a casa - respondí mirándole-

-Aún no nace quien pueda doblegarme- sonreí ante su comentario, se que puede tener voluntad de hierro pero es un hombre que aún posee alma... Al parecer.-

-Me siento cansado... - cerró los ojos sin más, toque su frente y aunque no tenía fiebre su cuerpo no dejaba de sudar, el veneno afectará sus funciones un rato, mientras tanto debo esperar a que nos ubiquen en el radar.

Casi 7 horas después estaba ya cansada, seguro que los de atrás también. Alessandro se despertó ya un poco mejor y ambos estábamos en peligro en este momento.

-estamos llegando a Gibraltar... más bien pasando ¿crees que nos dejaran llegar?- Alessandro estaba confuso de que no nos atacaran.

-averiguamos?- respodi dejando el piloto automático.

Salimos de la cabina, el se dirigió al baño mientras yo buscaba algo de comer. Cuando esté salió del baño un hombre encapuchado le colocó una daga en la garganta. Alguien más estaba apuntandome a la espalda.

-Solo existen dos asesinos capaces de meterse en la boca del lobo - ambos se rieron, pero entonces deje caer mi capucha mostrando mi cabello.

-¡Madame!-  gritaron ambos sin dejar sus armas-

-La misma, la misma que han hecho enojar ¡cierra los ojos!- dije a Alessandro pero este fue un testarudo de primera.

Así que tuve que voltearme y matar al que estaba a mi espalda. Luego disparé al imbecil que tenía al lobo pero era rápido, tan rápido como yo pues era una naguini. 

-Madame, lo siento pero esta misión se me fue encomendada y sabe que solo existen dos opciones - lo sabía... si fallaban morían, era la regla de todo asesino.

-Pues creo que tendrás que cumplirla - dije y este se río mientras sostenía un botón de encendido... ¡explosivos!

Tome a Alessandro, noqueandolo para poder transportarnos fuera del avión. Caímos justo a unos metros de distancia del agua.

-¡Maldición! - gritó Alessandro al salir del agua, muchas cosas caían del avión así que debíamos alejarnos. 

En la adrenalina no sentí que estuviera herida hasta que el lo notó.

-¡Estas herida!- afirmó al ver la sangre en el agua -

-fue la daga del asesino, no era normal- dije mientras sacaba mi brazo del agua para localizar la maleta que siempre tendía a tener en mis viajes.

-Esa cosa ¿navega?- dijo al ver la maleta que jalaba otras cosas en el agua-

-Es como un drom pero acuático, sigue la señal de mi reloj, las cosas que trae atadas son lo que necesitamos, comida, medicamentos, una balsa y ropa seca. - Justo al llegar a nosotros la balsa se extendió junto a un flotador le indique que subiera y me ayudó a subirme al flotador. 




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