Inocente

Todo es mío

El regresa al baño  con tres pares de lentes diferentes y un gotero para mis ojos.

Coloca los lentes en el fregadero junto al gotero.

-Podrías salir por favor - digo con la vista puesta en la pared, solo he visto su reflejo, pero no quiero que me vea... podría matarlo.

-Dicen que la mirada de la Reina podria matar a cualquiera - me rio sin ganas -

-No mienten... debes salir, no pase tantas desgracias para matarte yo misma, eso seria ironia - digo mirando a la pared -

No le gusto la respuesta, pero salio del baño, coloque el seguiro. Salgo con los lentes puestos y el entra al baño sin mirarme, cuando sale yo estoy lista traigo un vestido de lona beige de tirantes una chaqueta de cuero café y sandalias café además de mis  lentes, he trenzado mi cabello, se me olvidaba... no había entrado al armario para vestirme.

Justo ahora veo salir del armario a todo un caballero, no entiendo porque me gusta tanto este hombre, más con ese sin fin de tatuajes que tiene esa cara de demonio seductor es lo que me encanta, me posee, ese traje azul marino, con esa camisa Blanca, sin corbata y esa pose con la que mueve me desarma... agradezco estar sentada en el sofá individual de la habitación, sino algo más que mi dignidad estuviese perdida ya.

- Me estás viendo como si fueras a deborarme- dice el sin mirarme-

- ¿cómo sabes que te estoy viendo?- digo con sorpresa y avergonzada-

- llevas 5 minutos allí viéndome- dice el dando la vuelta y también me ve de pies a cabeza-

- Estas hermosa pero ese vestido es demasiado corto - dice acercándose a mi.

Pasa sus dedos por mi muslo hasta llegar a mis bragas, haciendo que salga un gemido de mi boca, este sonríe satisfecho de lo que provoca, dejando un tierno beso en mis labios.

En eso estamos y abren la puerta...

-perdone madame... no pensé... dice Mike... lo siento.-dice este agachado la cabeza-

- Esta bien , dime a que se debe tu... entrada sin avisar-digo por no decir otra cosa-

- El desayuno está listo, los niños ya desayunaron pero pidieron saber si puede visitarles- dice el con esperanza-

-Despues de cenar diles que lo haré...- el asiente y se retira-

- ese hombre está acostumbrado a irrumpir en tu habitación siempre que vienes?- dice sonando más a una afirmación que una pregunta-

- si lo hace... pero no por lo que puedas estar pensando en tu pervertida cabeza, es solo que siempre ha sido así... nunca me ha visto desnuda y quita esa cara- digo pues me ve como si no creyera una sola palabra que sale de mi boca...

- Te creo pues, apesar de todo eres inocente todavía... - dice el con picardia-

Yo lo veo con ganas de asesinarlo, pero el abre la puerta ofreciendo su brazo para salir. Niego con la cabeza con una media sonrisa.

Al llegar al comedor me doy cuenta que comeremos solos. El desayuno pasa tranquilo después me pide un recorrido por el orfanato, lo cual hago gustosa, pues justo ahora están en clases y no están más que los pequeños míos.

Por último llegamos a las cunas donde están los bebés, pero también están las gemelas de mi mejor amiga la cual me traicionó. Llego a su cuna y las acaricio a ambas, son hermosas...

- Mis princesas como me encantaría verlas crecer junto a su madre, pero no será posibe- digo bajo, pero Alessandro me escucha-

- Que pasa con la madre?- dice -

- Morirá pronto- respondo-

- Se quedaran sin lo más importante- dice-

- No, por supuesto que no, pero no se criaran aquí, no las dejaré vivir en este mundo, hice un juramento de sangre.- digo ya afuera de los cuneros.

- Si tenes corazón aunque lo niegues- dice el abrazadome por detrás.

- hay tres cosas para las que no meto el corazón, yo no amo, no perdono y no tengo piedad.- digo tranquila-

- Te comprendo, amar es difícil, casi nunca perdono pero si tengo piedad con los inocentes- dice el acariciando mi cuello con sus labios.

- Me distraes- digo casi en susurro-

- Me encanta distraerte, me encanta sentir tu aroma, como reacciona tu cuerpo a mi tacto- dice el con voz ronca-

- Eres un pervertido, mejor vamos pronto vendrán por ti, así que necesito que lleves seguridad  de parte mía- digo tomando si mano y llevándolo a dentro.

- ¿Por qué?, ¿no irás conmigo?- dice frenando mi caminar.

- No,  no es que yo no quiera intervenir, es tu padre y no te conviene que piensen que me necesitas para esto- digo frente a él. Aunque me tomó en ese momento de la cintura no lo hizo con posesividad, sino más bien mostrando a los demás que me tenis.

Así que me separé de él, el resto del día pase dándole un tours por los lugares más importantes de mi isla... pero la noche tenia que llegar y debíamos volver, esta vez mis nervios estaban traicionandome, no sabía el por qué algo en el me hacía frágil, débil y no lo necesitaba, me negaba.

En cuanto entramos a la recidencia me atrapó entre sus brazos, no era que no podia liberarme de él, que no lo deseaba, que ese instinto basico de todo ser humano me estaba rayando la piel y el raciocinio... estaba mas que convencida que el siendo un lobo, podia hacerme lo que desease... eso era, eso quería creer.

El me toma de la cintura y me presiona a él, siento su erección creciendo bajo su pantalón




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