Inocente

2

Regresé a casa a las 10, a la hora del almuerzo, comí con mi madre, ella no hizo preguntas y solo se dedicó a hacerme compañía. Adoro a mi madre, luce tan pulcra y angelical, me llena de calma su presencia.

Me acompaña hasta la escuela y después de va a hacer las compras.

Al entrar los pasillos están vacíos, al fondo del pasillo alcanzo a escuchar gritos dese el fondo del pasillo. Me acerco curiosa, alcanzo a ver como los profesores impiden el paso a los alumnos.

Como puedo me acerco a ver que está pasando encontrándome con un cuerpo empalado en medio de la cafetería, hay un charco de sangre, y tiene un cartel pegado en la cara.

Los pecadores no son recibidos en el hogar de nuestro señor.

Hay varias imágenes alrededor del cuerpo, pero no alcanzo a verlas bien. Los profesores nos enviaron a casa y cerraron la escuela.

Durante la cena, papá me pidió una explicación y me enteré de que la policía fue a la escuela a investigar.

Me pidieron que no pensara en eso y que lo dejara pasar. Al día siguiente informaron que no habría clases, incluso la misa de la tarde se canceló, así que me quede en casa con mamá y mis hermanos. A pesar de las ordenes de mis padres, no pude pensar en otra cosa más que es eso.

Cuando regrese a la escuela, no me costó mucho averiguar sobre lo que paso. La policía se llevó todo y el personal de limpieza dejo el lugar impecable. Incluso escuche un rumor en los pasillos de que un chico, robo algunas de esas fotos y las estaba vendiendo detrás de la escuela.

En un pueblo tranquilo como el nuestro, esto va a ser novedad durante semanas.

Hoy no voy a regresar a casa temprano. Tengo que ir y dar mis clases a los niños. No tengo hambre hoy, así que voy directo a la iglesia.

Camino hasta el centro, la iglesia se alza frente a mí, es de color piedra y parece salida de una película de terror. Varias personas han reunido firmas para renovar la fachada, ya que les da miedo. A mí me gusta, es del estilo gótico y pienso que es muy elegante.

No puedo evitar reparar en los detalles, es preciosa. Cuando termine la escuela, espero estudiar arquitectura, solo que tendría que irme del pueblo, porque aquí solo llega hasta el nivel de escuela preparatoria.

Esa es una conversación que no he tenido con mis padres, a pesar de que estoy en mi último año. Me pone muy nerviosa no quiero que se nieguen.

- ¿Karina? ¿Qué haces aquí? -pregunto el pastor Maddox

-Vine a darles clases a los niños.

-Claro, claro, es que tu padre me dijo que te diera unos días.

-Entiendo, pero no me siento cómoda en casa, prefiero estar aquí y enseñar a los niños, me ayudara a distraerme-comento abrazando los libros contra mí.

-Bien, había planeado juntar los grupos para que ambos recibieran la clase, pero creo que dejare a Allister a cargo del grupo de Mika. Ven.

Los pasillos de la iglesia están fuertemente iluminados para no darles un aspecto lúgubre. Llegamos a una puerta de madera con una ventana en medio de esta.

Allister está recargado contra el escritorio, pero se endereza en cuanto nos ve.

El pastor abre la puerta y me deja pasar primero, mis alumnos se levantan al verme y viene corriendo hacia mí.

-Hola-saludo en un susurro.

-Allister tú te quedaras con este grupo de ahora en adelante- dijo su padre, Allister no respondió solo asintió- Si tienes alguna duda puedes preguntarle a Karina

Lo mire, pero el solo me dedico esa clásica mirada fría que siempre me da.

-Vamos chicos-les dije a mis alumnos, salimos y entramos al salón de enfrente. Les di clase a los alumnos y pasados una hora los acompañé a la salida donde los esperaban sus padres.

Allister y su grupo llegaron poco después. Los padres miraron a Allister con desaprobación, se llevaron a sus hijos rápidamente de ahí.

-Disculpa, Karina ¿Allister les va a dar clase a los niños? -pregunto una madre con voz baja, yo asentí- Imposible ¿cómo pudo el pastor Maddox permitir esto? -pregunto con indignación.

-Fue el pastor Maddox quien lo puso ahí y va a ser así de ahora en adelante-termine y ella jadeo horrorizada.

-Pero un joven así no puede darles clases a nuestros hijos.

-Ese joven está aquí-dijo Allister- y si va a quejarse sobre mi prefiero que me lo diga la cara-dijo demasiado cerca de la señora.

Allister tiene una cicatriz justo en la mandíbula, no es muy marcada, pero estoy tan cerca de él que para mí es visible.

-O puede dejar de traer a su hijo, lo que guste-dijo encogiéndose de hombros, para después irse.

-Vea…vea el lado positivo, tal vez, Allister ya se reivindicó y ahora tomara el camino del bien.

-Alguien podrido no puede darles clases a nuestros hijos-dijo ignorándome, tomo a su hijo de la mano y se fue. Espere a que todos los niños se fueran para después entrar a la iglesia.

Allister estaba en el salón recargado contra el escritorio, fumando tranquilamente. Entre a mi salón y recogí mis cosas rápidamente para poder irme. Odio el olor a cigarro, y se supone que no debería de fumar aquí, pero apuesto a que si le digo algo me ignorara.

Al salir del salón, noto que el ya no está. Entro a su salon y abro las ventanas para que el olor a cigarro salga, solo desearía que fueran un poco más bajas, apenas y logro abrirlas con mi altura, y eso que los zapatos de mi uniforme tiene un poco de tacón.

-Listo-digo antes de darme vuelta y ver a Allister en la entrada- No deberías fumar aquí, no es sano para los niños.

Nada, no dice nada, pero no me sorprende. Tomo mi mochila y los libros que había dejado en su escritorio mientras Allister no me quita la mirada de encima.

- ¿Qué pasa? -pregunte.

Nada, otra vez.

Me miro de arriba abajo para después irse. Su silencio me está empezando a desesperar.

Salgo de la iglesia, detrás de él, su casa está un poco más lejos que la mía, pero me mantengo cerca todo el camino posible.



#961 en Thriller
#436 en Misterio

En el texto hay: misterio, asesinato, religión

Editado: 10.11.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.