Ada tomo el cheque entre sus manos, nunca había visto tanto dinero junto y sin embargo este hombre sin pestañear se lo había dado.
—Gracias.
—Ya me lo pagara señorita Demir, corrección, ya me lo pagaras querida prima Derya.
Ada se puso de pie, se despidió y cuando estuvo a punto de salir por completo del jardín Kerem la detuvo.
—Lo mejor será que Derya se mude la siguiente semana a esta casa. Tiene muchos preparativos que hacer antes de regresar con su familia.
Ella le dedico una mirada, sabía lo que le quería decir.
Antes de ir al hospital, Ada cobro el cheque en el banco y lo deposito en su cuenta. Al salir, lejos de sentir alivio, sintió como una piedra invisible se alojaba en su corazón, estaba aliviada porque su familia no iba a perecer más, pero se sentía terrible.
El miedo y la angustia la inundaron. ¿Dónde se había metido? No lo sabía. Se encomendó silenciosamente en plegarias a Dios en busca de fortaleza, perdón y consuelo.
Su frente sudaba profusamente y su cabello estaba revuelto.
Al llegar al hospital nuevamente fue directamente hasta la recepción y adelanto un pago de la cuenta. Informarle a su familia fue aún más complicado, tanto o más de lo que imaginaba, estaban rebosantes de esperanza al saber que se había pagado la cuenta, pero preocupados al saber que Ada viajaría al extranjero por una oportunidad laboral. Asli conocía al profesor Terán y sabia el aprecio que le tenía a Ada, ella siempre había sido una chica muy inteligente.
Aunque le resultara extraño que aquel profesor hubiera buscado a Ada para ofrecerle ser su asistente, la paga sería muy buena no obstante tendría que viajar lejos quien sabe cuánto tiempo, creía ciegamente en las palabras de Ada. Ella no mentía.
—Ada tu habías hablado mucho de tu profesor, que era un hombre distinguido y muy inteligente pero no entiendo exactamente en qué vas a trabajar.
—Quiere que sea su asistente personal, va a realizar una investigación acerca de la biodiversidad en selvas de la Amazonia, vamos a ir a una excusión completa, visitaremos varios centros de monitoreo biológico. Yo por supuesto lo ayudare en varias tareas, además ha dicho que mi ayuda será vital porque se hablar español y otros idiomas. —Al ver la expresión de desconcierto de Aydin agrego—Por eso mismo la paga es muy generosa, no sé cuánto tiempo estaré fuera, pero es una gran oportunidad laboral. No puedo fallarle después de que me haya tomado en cuenta.
Ada pudo dar detalles tan vividos de la oferta porque realmente su profesor hace un par de meses le había dado la oportunidad, aun cuando no se hubiera recibido todavía. Claro, tuvo que rechazarla porque el pago no era nada buena y también significaría estar lejos de su familia que ya tenía muchos problemas. No podía estar lejos de ellos.
Su madre era una moribunda, que pasaba la mayor parte durmiendo y apenas podía hablar así que no dijo mucho, su hermano no diría nada era una persona tibia y su hermana además de preocuparse mucho por ella no podía decir nada más, necesitaban desesperadamente.
Se “iría” en una semana, tan poco tiempo, pero fue lo máximo que pudo retrasar su inminente partida, Kerem no había querido darle mucho más tiempo.
Toda la semana previa a su viaje el sentimiento de desasosiego envolvía en su corazón con más ímpetu. Paso y compartió todo lo que pudo con sus hermanos, visito a su abuela que entre lágrimas le pidió cuidarse mucho, ella hace años vivía en un asilo que su modesta pensión le permitía.
Kerem no falto a su palabra, después de firmar el acuerdo le entrego las escrituras de una casa a su nombre, estaba bien ubicada, sencilla y modesta pero muy linda y confortable. Le entrego otra suma de dinero que le permitió saldar la cuenta de hospital y pagar sus deudas.
Sus hermanos pensaron que la casa en la que ahora vivían era del mismo profesor, que se la alquilaría a un bajo costo porque no tenía familia y tampoco estaría en la ciudad.
Y así la semana paso rápidamente en un parpadeo. Con maleta en mano y unos pasajes sus hermanos la dejaron en el aeropuerto.
Lloro, lloro como pocas veces se permite hacer, los tres se abrazaron un largo rato sin querer separarse entre sí. Diciendo lo mucho que se querían y que debía llamar siempre se alejó por el túnel de embarque.
Viajaría en avión, pero su destino no sería América, no, ella viajaría a Ankara. Y allí la farsa comenzaría.
Después de casi dos horas de vuelo estaba pisando tierra de la capital. Reconoció al mismo hombre de Kerem que tantas veces había visto ya y este al verla se acercó educadamente saludando y tomando su equipaje.
Si antes estaba maravillada por la lujosa casa de Kerem en Estambul, ahora estaba más que extasiada al ver la magnífica propiedad en la que entraron.
—Bienvenida a Ankara señorita Demir. Espero que su viaje haya sido agradable, el tráfico a esta hora es terrible—apenas la miro entro en su rol, tomando un sorbo de su té examino a Ada. —Puede descansar hasta la cena, debemos celebrar el último día de Ada Demir y el regreso de Derya Özdemir.
—No creo que exista razón para celebrar nada— respondió a la defensiva.