Inquebrantable

Capítulo 27

Alizee.

 

Mi alma sintió un gran descanso luego de haber liberado un poco de esa tormenta que tanto me oprimía, fue como si hubieran liberado a un ave que llevaba siglos encerrado en una jaula.

Pude volar fuera de mí y por primera vez en años, pude observar un pequeño rayo de luz en medio del oscuro hoyo en el que me encontraba.

Megan, fue realmente comprensiva y hasta lloró conmigo, no me miró con lastima, no me juzgó, no me miró con asco. Todo lo contrario, me acogió en un abrazo y me dijo que era fuerte, que era valiente y que era valiosa.

Diego, llegó media hora después, cuando nos encontró sumidas en lágrimas y en una burbuja conmovedora, nos miró como si tuviéramos una segunda cabeza, sin embargo, no preguntó nada, se limitó a darnos la comida que había traído. Comimos, porque sí teníamos hambre y Diego estuvo contando chistes y anécdotas graciosas para aligerar el ambiente.

Luego me trajeron a casa y cuando me despedía de Megan, me abrazó mucho e intercambiamos números para seguir en contacto. Le agradecí a Diego, pero no le dejé mi contacto.

Esperaba que Megan, no le pasara mi número, de momento no quería un problema más, ahora tendría que lidiar con mi tía que, por cierto, no supe más nada de ella desde la última vez que hablamos por teléfono. No sabía si la encontraría al cruzar la puerta o seguiría en ese horrible lugar.

Con la primera probabilidad podría lidiar, con la segunda no. Si no había encontrado manera de volver a casa, lastima por ella, porque yo no volvería a ese lugar ni, aunque me dieran la oportunidad de volver a nacer en un mundo diferente a este.

Tomé aire y abrí la puerta, todo estaba sumido en oscuridad, por lo que tuve que encender una luz para poder ver. Rondaban cerca de las tres y cuatro de la madrugada, ya casi amanecería y tendría que ir a trabajar, no tenía muchas ganas, pero con la exposición tan cerca, no podría darme ese lujo.

Empecé a subir por las escaleras, todavía no había rastro de Amber, realmente no tenía claro si eso era bueno o malo. Abrí la puerta de mi habitación y pegué un salto luego de haber gritado. Mi tía estaba acostada en mi cama mientras dormía, cosa que dejó de hacer cuando grité. Ella también saltó en la cama al escucharme.

Joder, ¿es que hoy era el día de invadir mi cuarto y nadie me había avisado?

La rubia se levantó de un salto hasta incorporarse.

—Te pido el favor de que vayas a recogerme y lo que haces es irte a encontrarte vete a saber con quién, dejándome tirada. ¿Te divertiste cogiendo, maldita? —empieza a dar pasos acercándose, mis ojos se llenan de lágrimas ante su comentario déspota—. ¡Pude haber muerto! ¡Me pudieron haber violado o robado! Y tú muy feliz haciendo quien sabe que —dice con desprecio—. No sé quién mierda se….

—¡Cállate! —la interrumpo—. ¡Me tienes harta Amber, cállate maldita sea! —intenta darme una bofetada, pero soy más rápida y tomo su mano doblándola, ella gime—. ¡Hablas pura mierda, eso es lo único que sabes hacer! Atrévete a ponerme una mano encima y voy a dejar de ser tu puta marioneta y de tener compasión —dictamino—. Por primera vez, cállate y escúchame —la suelto bruscamente. Tomo una respiración profunda para calmarme, empiezo a caminar alejándome de ella.

«Fui a buscarte —empiezo a decir mirando por la ventana—, me bajé donde dijiste —cierro los ojos con fuerza al recordarlo todo—. Había unos hombres y se acercaron, querían hacerme daño —volteo a mirarla—. Me pegaron —señalo mi mejilla—, afortunadamente llegó un amigo y me defendió, porque sinceramente no sabría dónde estaría ahora, si en pedazos o bajo tierra —suelto una bocanada de aire—.  Mi amigo, me llevó a su casa inconsciente, desperté hace un rato y aquí estoy —muerdo mi mejilla y suelto una risa sarcástica—. Llego, te encuentro y tú lo que haces es acusarme. ¿No se te pasó por esa inservible cabeza tuya que pudo haberme pasado algo y por eso no fui a buscarte? Sabías que era un lugar peligroso, y antes de pensar en que me pudo haber pasado algo, pensaste que me fui de fiesta. ¡Eres una maldita egoísta, reacciona ya, que el mundo no gira alrededor de Amber! —exclamo agitada, ella solo me mira con lágrimas en sus ojos—. ¡Me arrebataste de mi hogar para tenerme aquí, tratándome como un cero a la izquierda! No me tratas como tú sobrina, ¡Me tratas como un pedazo de basura! Ni siquiera te preocupaste por mis estudios, no te preocupaste por mi trauma, ¡No te preocupas por nada, por nadie más que tú! —tomo aire agitada—. ¡Yo corría más peligro en ese lugar que tú! —tapo mi mano con mis caras.

—Pero no te pasó nada —dice con calma.

La miro con desprecio.

—No me paso nada gracias a que me ayudaron —digo en un hilo de voz—. Así como te metiste felizmente a ese lugar, pudiste haber salido sin mi ayuda. Porque aquí estás —señalo su cuerpo con mis dedos—, y no fue por mí. No me vuelvas a pedir que te ayude, porque, así como tú no te has interesado por mí nunca, yo dejo de hacerlo hoy por ti —espeto.

—Cuida tú tono, que muy bien pued…

—¿Puedes qué? —la corto—. ¿Me vas a pegar? —enarco una ceja—. ¿Me vas a castigar? —suelto una risa sarcástica—. Puedes matarme si quieres —muerdo mi labio y la miro fijamente—. Yo dejé de vivir hace mucho, ahora solo deambulo por los pasillos de este infierno —señalo todo el lugar—. Haz lo que te venga en gana.

—¿Sabes qué? No quiero perder mi tiempo discutiendo contigo —se hace la digna—.  Espero no te atragantes con tu saliva mientras duermas, mocosa —termina de decir y sale de la habitación echa furia.

Cuando cierra la puerta me dejo caer al suelo y me quedo observando un punto en específico. Ruky se acerca y se acomoda en mi regazo, empiezo a acariciarla automáticamente como un robot.

No estoy muy segura si me duele algo, y no me refiero a mi cuerpo, a mi corazón y alma.

Fueron muchas emociones en una sola noche, primero Jacque, luego Robert, después mi conversación con Megan. ¿Cómo debería sentirme? ¿Mal? ¿Bien? Realmente creo, que no siento nada y es raro, porque duele, pero a la vez no. Quiero golpear mi cabeza y desaparecer, pero creo que he encontrado una mejor solución para todo este lío de sentimientos.




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