Inquebrantable

Capítulo 12

Una charla sincera

Después de las 12pm nuestros corazones tienen las charlas más sinceras.

Anónima

Había pasado una semana desde que mi abuela se había ido a Italia, no había tenido la oportunidad de llamarla o conversar con ella, realizar las actividades de mi casa después de su partida eran las cosas que al ser la hermana mayor debía realizar.

-No te olvides, de recoger a Luciano de las clases y venir directo a casa

-Si lo se Amy calma

-Directo a casa Mariana, no a otro lugar, por favor no te metas en problema.

Antes de que pudiera replicarme salí directo a la escuela, sabía que Raven ya estaba en ella, semanas atrás ella empezó a ir a la institución con su compañero de trabajo el cual era el primo de Alessandro, según lo que ella me dijo Ismael no era un total idiota es más se parecían y tenían muchas cosas en común, solo que era un romántico muy enamorado de su novia.

-Llegas tarde y eso es raro en ti, hasta Navier llegó temprano y eso que no sucede mucho.

-Oye eso no es cierto, solo que el tráfico no me permite llegar temprano- esa era la peor mentira dicha por ella

Solo me recosté en mi casillero mientras respiraba antes de sacar los cuadernos, pero ambas me estaban miran esperando una respuesta.

-Lo siento si, solo que...en mi casa me necesitan mucho y no hay nadie que se encargue de mis hermanos y ....

No digas nada más, las vas a aburrir enserio crees que alguien quiere escucharte quejarte.

Odio a mi cerebro, pero no sé porque sentía que tenía razón así que solo deje de hablar

-Bueno cariño si tú lo dices y ya has empezado a hacer ese proyecto

-Ni me lo recuerdes Raven, le di mi número y nada que me escribe lo peor que cada vez que intento hablarme no sé qué decirle ni siquiera puede hablarle o me quedarme como estatua.

Después de esa pequeña charla fuimos a nuestras clases correspondientes, aunque seguía pensando en lo que me dijo Raven, no había hablado con Alessandro desde ese día y mucho menos podía hablarle, siempre que intentaba hacerlo estaba rodeado de Alisson la cual cada vez que me veía hacia hasta lo imposible para tener toda su atención.

Después de la tediosa mañana que tuve regrese a mi casa, al momento de entrar en ella me di cuenta que alguien estaba en la cocina.

-Llegaste temprano

-Si mamá, hoy fue un día productivo ya sabes

-Me lo imagino, este es tu ultimo año más vale que te concentres

-Si lo sé, pero tengo que contarte el nuevo libro que nos hicieron leer en literatura es sobre...

-Cariño estoy un poco cansada luego te escuchare hablar de lo que sea que se trata ese libro.

Solo pude asentir, era raro que alguien en esta casa me escuchara hablar sobre libros, dentro de estas cuatro paredes solo yo podría ser considerada una persona la cual siempre estaba con los libros y la gran cantidad de ellos en mi cuarto era solo una pequeña muestra.

-No te preocupes no es tan importante- ella solo sonrió y yo solo intentaba ignorar el sentimiento en mi corazón.

-En la noche tendré que salir...a ver a Navier, no sé a qué hora regrese

Ella solo asintió con la cabeza, mientras seguía cocinando, cuando salí solo me hubiera gustado que se preocupe más por mí, sabia que ella confiaba más que en mis hermanos, pero supongo que no tenia nada de malo que lo hiciera conmigo.

Después de haber terminado todos mis deberes por la tarde, decidí que ya era hora de salir de esta casa, mi madre ya sabía que iría a casa de Navier y todos mis hermanos ya estaban dormidos así que podía salir de mi casa.

Mientras caminaba escuchando música y veía a los carros pasar, me iba dando cuenta de lo triste y patética que era mi vida, sin muchas ganas de hacer solo decidí que solo iba a caminar mientras escuchaba música, Navier ya sabia que iba a tener que cubrirme, rara vez hacia como estas, sabia el peligro constante que había en las calles, pero en mi casa me ahogaba y sentía que siempre tenia que irme, pero no podía.

Para mi la casa era como una prisión la cual los padres la adornan, no digo que estaba mal peor sentía que nunca quisieran dejarnos salir por más hermoso que fuera una prisión siempre lo seguiría siendo, sin importar cuantas veces intentemos sentirnos bien hay veces que necesito estar sola para sentir cierta libertad que no tengo.

Cuando me perdía en mis pensamientos me di cuenta que a mi lado había un carro que me resultaba familiar.

- ¿No te vas a subir? – el solo se detuvo mientras baja el sonido de la música

- ¿Qué haces por aquí? -era raro encontrarme con compañeros de la escuela y mas por estos lugares- Vives por aquí verdad...

-Es muy raro que no te acuerdes considerando que te deje esta tarde en tu casa- el auto solo avanzaba-La verdadera pregunta es que haces tu caminando solo por calle y de noche.

Parece un reproche

Creo que te lo mereces, hace tiempo que ya no hacías estas cosas

-Solo salía a respirar aire- me mira- y tú?

-Iba a comprar algo de comer, te gustaría algo de...- suena mi estomago -Creo que eso es un si

-Con el apuro que tenía, no me dio tiempo de comer...- el solo manejaba-Lo siento

-Por que te disculpas, son cosas que te suceden a menudo verdad- solo lo miraba- olvidarte de comer por salir apurada




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