Cristóbal Bencomo y Rodríguez (San Cristóbal de La Laguna, Tenerife, 30 de agosto de 1758 - Sevilla, 15 de abril de 1835) fue un sacerdote católico español. Confesor del rey Fernando VII.
Retrato del presbítero Cristóbal Bencomo y Rodríguez por Luis de la Cruz y Ríos. Catedral de San Cristóbal de La Laguna (Tenerife).
Escudo de Cristóbal Bencomo y Rodríguez
Bencomo fue el impulsor de la creación de la Universidad de La Laguna (la primera de las Islas Canarias) y de la creación de la diócesis de San Cristóbal de La Laguna y la consecuente separación de las islas occidentales de Canarias en este nuevo obispado. Conocido por los muchos títulos reales y eclesiásticos que obtuvo, fue una de las personalidades más importantes de la Iglesia católica en España. Entre sus principales títulos figuran el de miembro del consejo y cámara de Castilla, Inquisidor general de España (cargo rechazado por él mismo), Gran Cruz de la Orden de Carlos III y arzobispo titular de Heraclea in partibus infidelium otorgado por el papa Pío VII.
BiografíaPrimeros años
Cristóbal Bencomo nació en San Cristóbal de La Laguna en la isla de Tenerife el 30 de agosto de 1758. Sus padres eran Francisco Braulio Bencomo y Bárbara Rodríguez Fleitas.
Tuvo otros dos hermanos: Pedro José y Santiago Bencomo y Rodríguez. Los tres fueron destacados clérigos que contribuyeron en gran medida al establecimiento de la Universidad de San Fernando (actualmente la Universidad de La Laguna), impulsaron las obras de la Catedral de La Laguna y contribuyeron a la creación del Obispado de San Cristóbal de La Laguna. Los tres hermanos eran descendientes de Kebehi Benchomo, último mencey guanche del Menceyato de Taoro. Aunque de los tres, sería Cristóbal Bencomo quién tendría un papel decisivo en la erección de la universidad y el obispado.
Se cree que Cristóbal inició sus estudios bajo la tutela de los frailes franciscanos del Convento de San Miguel de las Victorias (actualmente el Real Santuario del Santísimo Cristo de La Laguna). Debido a que no pertenecía a la burguesía española decidió estudiar la carrera eclesiástica, que era en la época la que se consideraba más fructífera junto con la militar.
Cristóbal sobresalió en los estudios de filosofía y teología, con un amplio conocimiento de la lengua y literatura latina. Tras terminar sus estudios, el obispo de la diócesis de Canarias, fray Joaquín de Herrera de la Bárcena le confirió en 1790, la tonsura y el título de predicador, así como el nombramiento de maestro de pajes y sagradas ceremonias. Tras esto se trasladó a Madrid, buscando mejores expectativas laborales. Allí, se dedicó al estudio de la literatura y la lengua griega.
Confesor del rey
El rey Carlos IV de España le nombró en 1793 maestro de filosofía y política de sus caballeros pajes, y posteriormente profesor de latinidad del príncipe de Asturias, con la dignidad de chantre de Plasencia. Posteriormente en 1780, Bencomo fue nombrado confesor del príncipe Fernando, con quien tendría una cierta complicidad.
Cuando Carlos IV y su hijo Fernando VII parten para Bayona a reunirse con Napoleón, Bencomo regresó por un tiempo a Tenerife hasta que en 1814 Fernando VII retornó a Madrid y reclamó la presencia en la corte de su confesor. El rey ordenó desplazar a la isla un navío de guerra con el solo propósito de trasladarlo de regreso a la corte con toda la pompa posible.
En 1815 el rey le confiere honores de miembro del consejo y cámara de Castilla y la Gran Cruz de la Real y distinguida Orden de Carlos III cuya insignia le fue puesta por el propio monarca en 1817. En este mismo año fue presentado por el monarca y preconizado arzobispo titular de Heraclea in partibus infidelium por el Papa Pío VII, siendo apadrinado en la consagración por el infante Carlos María Isidro de Borbón, quien le regaló un valioso pontifical.
Creación de la Universidad y el Obispado Nivariense
El Rey Fernando VII le entrega a Cristóbal Bencomo la bula papal de la creación de la Diócesis. Grabado de Juan Abreu, ca. 1830.
Cristóbal Bencomo y Rodríguez tuvo un decisivo papel en la creación de la primera universidad canaria, la Universidad Literaria de San Fernando de San Cristóbal de La Laguna (Universidad de La Laguna). Dicha institución sería creada por Real cédula en 1816. En dicho real decreto se resolvió «establecer en la Ciudad de San Cristóbal de La Laguna una Universidad con los mismos privilegios, exenciones y prerrogativas que gozan las demás de estos Reinos, y que dicha Universidad se denomine y llame Universidad de San Fernando».
Además, fue directamente el impulsor y benefactor de la creación de la diócesis de San Cristóbal de La Laguna. En 1818, en colaboración con el clero y las autoridades de Tenerife solicitó la creación de un nuevo obispado canario a la Santa Sede. El documento solicitatorio contaba con el apoyo pleno del rey Fernando VII. Era un documento llamado Instrucción de la Cámara de Castilla. El 1 de febrero de 1819 una bula papal aprobaba la división del obispado de Canarias en dos diócesis. Finalmente, entre febrero y diciembre de 1819 Vicente Román y Linares llevó a efecto la partición y creación de esta diócesis, ya que anteriormente la diócesis de Canarias era la que administraba todo el archipiélago. La diócesis de San Cristóbal de La Laguna engloba las islas de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro.