Insignia Pirata

Capítulo 15

Derek

Salgo del palacio y me dirijo al destino que más deseo. A la otra punta de la isla, llego a las montañas. Entro en la cueva más grande, así visualizo a las luciérnagas. Avanzo entre aquellas lucecitas que me acompañan en la oscuridad de aquel túnel. Cuando llego hasta el final, la luz se expande dejando ver un enorme velo mágico. Toco con cuidado la tela y levanto la vista cuando mi ojo se encuentra con la dragona del otro lado.

Has vuelto ―dice el ser divino, cambiando a mi dialecto para entenderla―. No puedes regresar aquí.

―Lo necesito ―expreso firme.

No, aún no.

Frunzo el ceño.

―¿Por qué?

No es tiempo.

―Pero…

Aún no… ―me interrumpe―. Debes alejarte… ―Hace pausas con su tono más lento y apacible―. Su aislamiento es imprescindible y lo sabes.

Bajo la vista, triste.

―Tienes razón, Thomas puede convertirse en alguien como yo, debo seguir tus consejos al pie de la letra. ―La miro a sus enormes ojos de nuevo y sonrío―. Te agradezco todo lo que has hecho por mí, incluso por ser lo que soy.

No importa lo que seas… mientras tus acciones demuestren quien eres en realidad.

Me río, en forma de burla, porque no lo creo, y me giro sin más para retirarme. Simplemente, he aceptado lo que soy, mis acciones se deben a eso, así que lo que haga por mi hijo no tiene nada que ver. El punto es, que nací maldito y siempre lo estaré.

Iván

Continúo con la búsqueda de Alex, pero mi espada no hace más que brillar sin sentido y luego apagarse. Estoy solo en esto, nada de objetos mágicos al parecer.

En el calabozo no está. Miré muchas habitaciones, ni rastro. Los baños tampoco. Encima parece que se viene una fiesta, porque hay acumulación de gente noble. Esto parece mi mala suerte.

¡¿Y por qué se ponen antifaces?! ¡¿Hacía falta?!

Me robo uno y entro al salón. Solo espero que no haya una lista de invitados, porque ahí sí que estoy perdido. Avanzo por el lugar, un guardia se mueve hasta mí y retrocedo, caminando hacia atrás, mi espalda choca con la de una chica rubia. Entonces, me doy cuenta de que no me están siguiendo a mí.

La sigo con la vista, cuando levanta su vestido y comienza a correr.

―¡La bruja se escapa! ―grita un guardia.

¿Bruja? No parecía una. Aunque no soy quien para juzgar, tenía un antifaz. Sin embargo, sus ojos se me hacen bastante familiares.

Reacciona, tengo que seguir buscando a Alex.

Alexia

Corro por el salón, conseguí recuperar el medallón, aunque en realidad solo apareció en mi mano. Levanto el vestido, que el príncipe loco me hizo poner, y cuando me choco con un hombre, aprovecho para huir por los pasillos del palacio.

No sé cómo llegué hasta aquí, pero es obvio que fue la insignia, parece que algo quiere decirme, aunque no la entiendo. Me detengo cuando comienza a brillar, miro hacia una de las ventanas y visualizo las montañas.

¿Hay algo ahí? ¿Respuestas acaso? Si fuera así… ¿Por qué aparecí en el pueblo y no allí? ¿Habrá algo que lo evite? Ya estoy imaginando cosas como una película de fantasía.

Concéntrate, debo regresar al barco, alejarme de estos locos. Solo necesito encontrar mi ropa y… observo el medallón como si me guiara sobre lo que estoy buscando. Camino en dirección a esta intuición, así que llego sorprendida a lo que esperaba.

―Increíble. ―Levanto mi disfraz de un tacho.

Está algo estropeado, pero sirve.

Me cambio a gran velocidad, para luego salir corriendo. No sé cómo, pero el medallón se ha vuelto mi salvación, he salido del castillo y los guardias ni me han visto.

Lo miro de forma detenida.

―¿Qué cosa tan interesante eres? ―Lo observo, sorprendida.

―¡Polizón! ―Me sobresalto, pero al segundo reconozco la voz―. ¿Has visto al teniente? ―Hunter se acerca hasta mí.

―¿Iván está aquí? ―Me sonrojo.

Frunce el ceño.

―¿Eres bobo, enano? Te fue a buscar.

―¡¿Eh?! ―Me sorprendo―. ¡¿Y ahora qué hacemos?!

―Buscarlo, obvio.

Extrañamente, el medallón ya no reacciona más. Quizás, estoy más confundida. ¿Y ahora como entramos? Dejo mis pensamientos cuando Hunter golpea a un guardia, robando la llave, así regresamos allí.

En el recorrido, caemos en una trampa de agua, el suelo se ha abierto y me he empapado toda. ¡Maldita sea, Hunter puede descubrirme!

―¿Alex?

Levanto la cabeza… ¡¿Iván?!

Ahora sí me metí en problemas.




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