Insignia Pirata

Epílogo I

Derek

Se oyen mis pasos al caminar por babor. Estoy muy emocionado, sostengo a mi hijo por primera vez en mis brazos. Se escuchan las olas del mar mientras sonrío y lo miro. Thomas es precioso. No quiero quitarle la vista de encima, pero estoy deseoso de saber lo que se siente. Despacio, levanto una de mis manos y alzo mi parche. Le echo un vistazo al agua. Mi ojo ya no despide líquido, ve perfectamente. El océano en la noche es hermoso, visualizando el reflejo de la luna, iluminándolo todo.

―Mira, Thomas, es el mar y tenemos la virtud de observarlo, somos capaces de verlo sin odio, sin bajar la cabeza, podemos admirarlo con puro libre albedrío. ―Mi bebé se ríe y yo hago lo mismo. Cierro los ojos, sintiendo el viento―. ¿Lo notas, Thomas? Es el sonido de la libertad, es la normalidad hablando, es la vida.

Abro los ojos, entonces vuelvo a contemplar a mi hijo. Ya nada me hará dejar de mirarlo, ahora puedo acompañarlo por siempre.




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