Cuando la economía va fatal, cuando los que
tienen un trabajo se sienten afortunados
(aunque no sea satisfactorio desde el punto
de vista económico o intelectual), preocuparse de si
tus empleados están felices o no puede parecer fuera
de lugar. Pero, en nuestros estudios sobre qué hace
que la fuerza laboral tenga sistemáticamente un
rendimiento óptimo, hemos encontrado buenas ra-
zones para preocuparnos por ello:a largo plazo, los
empleados felices producen más que los infelices.
Van al trabajo de forma habitual, es menos proba-
ble que abandonen, hacen más de lo que sus obliga-
ciones les marca y atraen a personas que estân igual
de comprometidas con su trabajo. Además, no son
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velocistas, más bien se parecen a los corredores de
maratones, por lo del largo recorrido.
Entonces, cque significa ser feliz en el trabajo?
No tiene que ver con la satisfacción, que denota an
grado de complacencia. Cuando nosotros y nuestros
socios de investigación de la Ross School of Business
Center for Positive Organizational Scholarship empe-
zamos a indagar sobre los factores que contribuían a
un rendimiento organizacional e individual sosteni-
ble, encontramos una palabra mejor: prosperidad.
Cuando pensamos en una fuerza laboral próspera,
pensamos en empleados que, además de ser pro-
ductivos y estar satisfechos, están comprometidos
en crear el futuro: el de la compañia y el suyo pro-
pio. Los empleados prôsperos son un poco inquie-
tos: tienen mucha energia pero saben cómo evitar el
agotamiento.
En distintas empresas y tipos de empleos, hemos
visto que la gente que encaja en esta descripcion
de prosperidad muestra un rendimiento un 16%
más alto que el promedio (tal como informaron sus
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supervisores) y un 125% menos de agotamiento que
sus compañeros (segin informaron ellos mismos).
Estaban un 32% más comprometidos con la empresa
y un 46% más satisfechos con sus empleos. Además,
perdieron muchas menos horas de trabajo por asun-
tos propios y por enfermedad, lo que significa ahorros
en tratamientos de salud y menos tiempo perdido
para la compañía.
Hemos identificado dos componentes de la pros-
peridad. El primero es la vitalidad: el sentido de
estar vivo, apasionado y emocionado. Los emplea-
dos que sienten esta vitalidad generan energia en
ellos mismos y en los demás. Las compañias ge-
neran vitalidad dándole a la gente la sensación de
que su trabajo diario resulta especial y marca una
diferencia.
El segundo componente es el aprendizaje: el desa-
rrollo que resulta de obtener nuevos conocimientos y
habilidades. Aprender puede proporcionar una ven-
taja técnica y un estatus de experto. Aprender tam-
bién puede activar un circulo virtuoso: la gente que
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desarrolla sus habilidades es más probable que confie
en que su potencial repercutirá en un futuro ascenso,
Las dos cualidades funcionan en sintonía: una
sin la otra es improbable que sean sostenibles, y eso
puede incluso perjudicar al rendimiento. Aprender,
por ejemplo,crea un impulso durante un tiempo,
pero sin pasión puede llevar al agotamiento.¿Qué voy
a hacer con lo que he aprendido?¿Por qué deberia
quedarme en este empleo? La vitalidad sola, incluso
cuando te encantan los elogios que consigues al ob-
tener resultados, puede ser desalentadora: cuando el
trabajo no te da oportunidades de aprender, es algo
repetitivo, sucede lo mismo una y otra vez.
La combinación de vitalidad y aprendizaje sirve de
guía a los empleados para que consigan resultados
y encuentren formas de crecer. Su trabajo es gratif-
cante no solo porque rinden lo que se espera de ellos
hoy, sino porque tienen un sentido de hacia donde
van la compañia y ellos mismos. Consiguen prosperar
en poco tiempo, y la energia que crean es contagiosa
(ver más adelante 《Sobre la investigación》).
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SOBRE LA INVESTIGACIÓN
En los últimos siete años hemos estado investigando
la naturaleza de la prosperidad en el lugar de trabajo
y los factores que la estimulan y la inhiben.
En varios estudios realizados con nuestros cole-
gas Cristina Gibson y Flannery Garnett, encuesta-
mos y entrevistamos a más de 1.200 trabajadores
manuales y no manuales de distintos sectores; entre
otros, la educación secundaria, la atención sani-
taria, servicios financieros, la industria marítima y
la manufactura. También estudiamos las medidas
que reflejaban la energía, el aprendizaje y el creci-
miento, a partir de la información proporcionada
por los empleados y los jefes; así como sus porcen-
tajes de beneficios, su salud, su rendimiento gene-
ral en el trabajo y sus comportamientos cívicos en
la empresa.
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Desarrollamos una definición de prosperidad que
divide el concepto en dos factores: vitalidad, en
el sentido de que estás energizado y animado, y el
aprendizaje, la obtención de nuevos conocimientos y
habilidades.
Cuando se unen los dos factores, las estadísticas
son sorprendentes. Por ejemplo, las personas con un
grado elevado de energía y un alto nivel de aprendizaje
fueron un 21% más eficaces como líderes que los que
solo mostraban una energía elevada. Los resultados
de una medida en particular (la salud) fueron incluso
más extremos. Los que tenían un alto nivel de energia
y bajo de aprendizaje tenían un 54% más de enferme-
dades que aquellos que habían dado resultados altos
en ambos.
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como pueden las organizaciones ayudar a que sus empleados prosperen