Inspirado a cambiar por ella

Capítulo 3: Cuando la violencia choca con el amor

Al día siguiente y en el camino hacia la escuela, Luca es abordado por Soledad, quien lo empuja levemente en una actitud juguetona y extremadamente amistosa. Muy rara vez ella puede mostrarse de esa forma. Usualmente está seria y es muy responsable, por lo que es importante para ella abrirse a alguien.

-Sole, eres tú. ¿Cómo estás? -pregunta Luca.

-Muy bien ¿y tú? -responde con una cálida sonrisa.

-Bien.

-¿Qué tal educación física ayer?

-Ayer…oh, ayer fue lunes. No estuvo mal. El profesor Sebastián no paró de hacernos correr por los alrededores de la escuela. Es demasiado exigente.

-Imagino que a ti no se te dificultó.

-Claro que no. Fue muy sencillo.

-Me alegra escucharlo. ¿Sabes? Yo soy muy mala para los deportes.

-O cualquier actividad física. -dice él en tono bromista.

-Oh, cállate. -exclama haciendo pucheros. Luego sonríe al ver que también Luca se muestra relajado.

-¿Sabes algo?

-¿Qué?

-Durante mucho tiempo yo…odié ir al colegio. No me interesaban las materias, estar en un lugar encerrado tantas horas, ni tener que recibir órdenes. Tampoco ser regañado o estudiar. Me parecía muy tedioso.

-¿Y ahora?

-Disfruto de estos días. Todo esto…gracias a ti.

Las palabras de Luca llegan de sorpresa para Soledad, que reduce la velocidad de sus pasos y agacha la cabeza. Está sonrojada y no se esperaba eso de parte de él.

El mar de alumnos que se movilizan hacia las distintas escuelas de la zona, hace parecer a Soledad una pequeña piedra por el que pasa el agua. Luca se detiene al ver que ella no está a su lado. Se voltea y la ve.

Apenas levanta la mirada, se la ve colorada y una leve sonrisa de felicidad que por orgullo y automáticamente intenta ocultar.

-¿Estás bien? ¿te pasó algo? -pregunta Luca.

-N-No, yo…estoy bien…-responde tartamudeando.

Una fuerte brisa que viene desde atrás empuja a Soledad hasta Luca y este la contiene abrazándola. Ambos se quedan inmóviles por unos cuantos segundos que parecen eternos. El frio crudo de la mañana otoñal no importa cuando el calor de ambos choca y se permiten ese momento tan breve de contacto.

-Creo que…tendríamos que apurarnos. Está bastante fresco y está pronosticado lluvia para hoy. -dice Soledad en voz baja y aferrada a Luca por el abrigo.

-Si, claro. Deberíamos apurarnos. -responde Luca. Luego recuerda ese momento en el que casi se besan, y si no hubiera sido por Leo, no sabría que hubiera pasado.

Luca aleja con cuidado a Soledad y la toma de la mano mientras el viento sopla con una fiereza digna de la temporada de otoño. Frio que sirve de antesala al invierno, lluvias intensas y vientos que empujan fuertemente.

-Avísame por favor si quieres detenerte. -pide Luca a Soledad.

-Tranquilo. No es como si estuviéramos ante un huracán. Solo caminemos con mucho cuidado. -dice Soledad con suma tranquilidad, aunque a su alrededor se vuelan papeles, bolsas, se levanta polvo del suelo.

Algunos empleados de tiendas tienen que entrar los carteles de los locales y aquellos que tienen sus productos afuera los deben transportar adentro.

El cielo se oscurece haciendo parecer que es la noche, aunque son apenas las 7.30hs de la mañana.

Al verse tan cerca, piensan al mismo tiempo en separarse por apenas unos centímetros. Solo para darse un poco de espacio.

-Queda una cuadra. Uh, mira nomas, ya no hay tanto viento como antes. Podemos caminar sin problema, jejeje. -exclama Soledad claramente nerviosa y con movimientos robóticos.

Luca, por otro lado, se queda en silencio y la sigue a Soledad de una manera igual de torpe que ella, pero pisando con fuerza el suelo.

En el camino, se encuentra a los de último año quienes bromean, se empujan, ríen a carcajadas, otros que ya están en parejas van de la mano. Soledad ve eso y mira su mano, pensando cuando Luca lo hizo hace apenas minutos. Se aferra a esa sensación de haber sentido el tacto de la mano de él con la suya. Sonríe y prosigue a voltearse. Lo ve con confusión ya que el chico está completamente ido en su forma de ser.

-¿Luca? -pregunta ella.

-¿Siiiiiiiiii?- la mira con el rostro rojo como un tomate y ojos abiertos.

-No, nada. -responde.

A medida que se encuentra con cada vez más alumnos de la escuela, la saludan puesto que ser presidente del centro de estudiantes conlleva ser conocida, amada y odiada por igual. Sin embargo, los saludos provienen de estudiantes que fueron ayudado en distintas situaciones.

El centro de estudiantes, con Soledad a la cabeza, nunca ha fallado a los estudiantes incluso defendiéndolo de los problemáticos abusivos y en caso de loa de último año, dar apoyo a los festivales y eventos.

Pero muchos no apoyan eso. Ven a un costado como una chica que ingreso a la escuela este reciente año 1 año menor siendo agredida verbalmente por alguien. Solo lo ven de espalda, pero es casi tan alto como Luca.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.