Al día siguiente por la tarde soleada y fresca digna del otoño, Soledad recibe la invitación de Luca para salir un poco, recorrer el parque, tiendas, y de paso acompañarlo a buscar un paquete al correo ya que decidió comprarse una carcasa para su teléfono celular.
Se reúnen junto a una estación de tren a cinco calles de su casa. Ella viste de una manera casual pero como le queda acaba por encandilar al chico. Su look tan de otoño y la forma en que camina, tan tímida mientras se acomoda el sombrero que siempre lleva, hace que le cueste mucho poder respirar. El corazón le late muy rápido. Siente como algo revoloteara en su estómago.
Cuando ella llega, se queda parada frente a él, como si esperase algo. Entonces, Luca mira a los ojos y no evite abrazarla con fuerza, tomándola por sorpresa. Ella responde también con un abrazo por el torso de él.
Les cuesta poder expresar sus verdaderos sentimientos y por esa razón cada demostración de afecto los acerca más y más hasta ese punto en que ya no puedan contenerse y quieran gritarle al mundo lo mucho que se quieren. Sin embargo, el muro sigue siendo firme y alto.
-E-Esa ropa…-dice Luca con dificultad.
-¿Huh? ¿Qué tiene?
-Nada. Te queda…muy…lindo
Soledad no sabe que responder. Se reacomoda una vez más el sombrero y agacha la mirada hacia el suelo con el rostro rojo como un tomate.
-¿Vamos? - pregunta ella.
-S-Si, claro.
Mientras caminan por la calle que los lleva hasta la avenida, Soledad intenta no apartarse del lado de Luca, pero en su cabeza empieza a ser un caos tras las palabras de él, las cuales no se las esperaba.
-¡Dios, no puedo creer que me haya dicho eso! ¡e-es increíble! No, tengo que mantener la cordura. No puedo comportarme fuera de mí. Esta no soy yo, pero…-piensa y mira a Luca sin que este se dé cuenta. Lo ve tan serio hablándole a ella. No evita ver cada centímetro de sus facciones tan juveniles, pero a la vez que varoniles. Se siente tan cómoda y feliz que no evita apoyar su cabeza contra el brazo del chico.
-¿Sole? ¿pasa algo? ¿estás cansada? -pregunta Luca al notar su extraño gesto.
-No, para nada. -exclama mientras niega con la cabeza. -¿Y tú?
-¿Yo?
-Si, ¿te pasa algo?
-No. Eso creo. -responde él. -Dije eso, pero…no creo que pueda contener mis ganas…de abrazarla y besarla. -piensa y da unos vistazos a su rostro.
-Me alegro. -sonríe, pero no tan feliz como quisiera.
Luca se detiene frente al edificio del correo.
-Ya llegamos.
-¿Qué es lo que venimos a buscar? -pregunta Soledad.
-Bueno, es algo que compré.
-¿Sí?
-Ajá. ¿Te parece bien si me esperas aquí?
-Claro. No te tardes ¿sí?
-Por supuesto que no. No me tardo. -trota hacia dentro del edificio gris con carteles que dan indicación de que se encuentra el correo nacional.
Tal y como el chico prometió, regresa rápido con un paquete. Con él en su mano derecha se para frente a la chica y lo entrega sin decirle nada. Ella se queda confundida hasta que cae en la cuenta de que es un obsequio.
-¡¿Heeeeeh?! ¡¿esto es para mí?!
-Ajá.
-¡¿Pero por qué?! ¡dios, no tengo nada para ti!
-¡Jajajaja, tranquila, tranquila! Esto es algo que decidí obsequiarte. Como una forma de agradecerte por haberme ayudado tanto.
-¿Ayudado? ¿en qué? Yo no hice nada. El que hizo todo fuiste tu.
-Ojalá fuera así. Tuve tantas ocasiones para haber roto mi promesa y siempre apareciste tu para apoyarme. Ábrelo.
Soledad toma el paquete y con mucho cuidado y delicadez empieza a romper el envoltorio de plástico transparente. Luego estira la cinta hasta que se abre el papel madera, revelando algo de tela en el interior. Con la punta de sus dedos extrae el contenido y resulta ser un gorro nuevo de color rosado y un estilo que sigue a la que suele usar para salir o en la escuela.
-E-Es…muy hermosa Luca, en verdad me encanta. Muchas gracias. Yo…
Toma por sorpresa al chico abrazándolo con fuerza.
Luca siente los latidos del corazón de Soledad, así como también el calor de su cuerpo. Se queda petrificado una vez más gracias a la chica.
La toma del rostro con ambas manos y quedan tan cerca que casi pueden sentir el aliento caliente del otro. Luca sonríe y acerca su boca y besa la frente de Soledad.
-Yo debería darte las gracias por haberme salvado. -piensa él.
En medio de ese momento, Soledad estornuda y tiembla de frio. Su piel está fría, así que Luca la toma de la mano y lleva por la avenida, recorren distintas cafeterías viendo precios económicos hasta que encuentran un lugar que se ve cálido, con mangas y libros para leer y los precios le llaman la atención con un cartel que dice: “25% de descuento para parejas”. Entonces ambos se miran y lanzan una pequeña carcajada.
Los dos entran al local, presentándose como una pareja que hace poco tiempo están saliendo. Una mentira piadosa que ayuda a pagar menos.
#6338 en Novela romántica 
#1602 en Chick lit
escuela secundaria, juvenil adolecentes, acción drama romance
Editado: 31.10.2025