Instalación Mutan

Capítulo 0.1

Es el año de 1929. Nos encontramos en un lugar pobre, tan pobre  no hace honor ni referencia a su mismo nombre, pero aun así no deja der un pequeño pueblo. Este pequeño pueblo era la central clandestina fundidora de metal reciclado de América y el deshuesadero de automoviles y maquinaria pesada, los únicos trabajadores eran los más olvidados de todo el continente, aquellos que sin importar la paga del dia se conformaban con tener un poco de dinero sea cual sea la cantidad.

Cada casa, cada familia, tenía una ocupación en común: separar metales por tamaño y tipo, y a continuación prepararlos para su derretimiento. Abundaba la suciedad, accidentes y enfermedades. Quien dijo que era un trabajo de adultos, este trabajo también le correspondía a los más pequeños y debiles. Lamentablemente se rumoreaba que la fundidora quebraría, así que todo el pueblo se quedaría sin ingresos necesarios para sobrevivir.

En el verano de ese mismo año entraron automóviles militares al pequeño y débil pueblo. No había de que alarmarse, los habitantes sabían que eran militares, pero estos eran diferentes, su traje era negro-gris, y un una marca de “M” en el pecho, nunca habían visto soldados así.

Un par de soldados entraron a la casa más pobre de la localidad, era la familia más pobre de todas. Los padres los recibieron, hablaron con ellos y después de varias discusiones:

Un Soldado: ¡Acepta! Son 50 dólares, no los consigue usted en 1 año de duro trabajo.

Los padres se vieron a los ojos, pensativos, pero el hambre por la pobreza era peor que pensar en otra astuta decisión.

Sin otra opción los padres aceptaron (incrédulos) la oferta del par de soldados.

El padre: Esperen afuera, iré por ella.

En la parte trasera de la casa se encontraba una niña de 9 años, que con mucho esfuerzo y a duras penas podía cargar unas barras de metal. No tenía calzado, sus pies estaban negros de la suciedad en contraste con su piel blanca, ademas de multiples cortes y cacatricez en las plantas, sucias estaban sus manos, y rasgado se encontraba su vestido.

El padre llego hasta ella, sin más la tomo del brazo, le froto la frente para quitarle una mancha de suciedad y la llevo hasta donde se encontraban los soldados. Los soldados vieron a la niña, solo emitieron sonrisas, la Madre veía al padre.

El padre: para que la queremos, es muy torpe, distraída y nació débil… ¿de acuerdo?

La Madre solo asistió con la mirada.

Los soldados tomaron a la niña, la subieron a uno de los automóviles, le dieron al padre los inútiles 50 dólares, y sin añadir nada más, salieron del pequeño pueblo.

La niña sin hablar, miraba tras el vidrio del auto mientras se alejaba de su pobre casa, ella recordaría a su familia, pero su familia no la miraba a ella, ni la recordaría.

 

***

Después de tres días de viaje, los militares llegaron a lo que parecía la entrada a un bosque con altas montañas, antes de entrar y subir por un camino muy empinado, los soldados eran registrados por otros soldados centinelas, cada vez que subían eran registrados por otros soldados, y más, y más, hasta que finalmente llegaron a una zona entre las montañas donde había un pueblo y más arriba de ese pueblo había grandes edificaciones montadas sobre el pico más alto de una montaña, los militares sin detenerse en ese pueblo llegaron inmediatamente a esas grandes edificaciones.

Eran las 14:00 horas del día cuando los soldados llegaron a ese lugar junto con otros militares y cada uno, en su automóvil llevaba un niño.

Los militares bajaron a los niños y los formaron en columnas de cinco, en total eran 20 niños que se presentaron en la entrada de esos edificios, en frente de los niños se amontonaron un gran grupo de soldados y de entre ellos apareció un hombre que simulaba ser el líder, y que cargaba con un gran pañuelo manchado de negro, este hombre observo a los niños con extremo detalle, se acercó a ellos, y luego dio dos pasos hacia atrás, se levantó de puntillas y dijo:

Capitán Ludom: Yo soy el Capitán Ludom, líder de esta instalación que lleva el nombre de Mutan. No tengo más que desearles una muy buena estancia en este gran lugar.

Los Militares reían y se miraban de reojo entre ellos.

Capitán Ludom: no los engañaremos. Su objetivo aquí es ser… los seres más poderosos de todos, que sean capases de dominar el mundo.

Uno de los soldados miraba hacia el cielo.

Capitán Ludom: viven para sufrir ¿Cómo? Cada día se les realizara una prueba, de resistencia, fuerza, inteligencia y pruebas conforme a su crecimiento, en conjunto, habrá días con exámenes de sangre y una que otra prueba musculo-esquelética, o días sin pruebas. Creo yo, serán hasta más de 200 pruebas, y más de 500 muestras de sangre en el primer segmento de pruebas de resitencia a quimicos, de fuerza e inteligencia, y son otras las de resistencia a contusiones. No se preocupen, les daremos días libres y “llenos de diversión”. Los dejaremos ir cuando culminen todas las pruebas, y lleguen a la edad adulta, desde entonces les aseguraremos una gran y prospera vida…espero que pasen la última prueba, es de termoresistensia… los quiero limpios… respeten el reglamento y los espero esta noche.

Durante todo el día, los 20 niños fueron llevados a donde serán sus respectivos dormitorios, donde será el comedor, donde serán los baños, donde podrán jugar, se explicaron los reglamentos de la instalación, además se les garantizó la educación a cada uno de ellos.

Llegando a la noche los niños (todos tenían una edad entre 7 y 9 años) fueron lavados con agua fría, cubiertos con talco y se les arrancaron las pertenencias para llevar una vestimenta completamente blanca.




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