Este incidente del aniversario aún no había terminado, a la mañana siguiente, el Capitán Ludom se trasladó a las afueras de su oficina, especialmente en la parte trasera, donde nadie lo pudiera ver. Había esperado impacientemente toda la noche por este momento.
Eran las 5 de la mañana, solo algunas farolas estaban encendidas y el sol en cualquier momento iluminaria a toda Mutan.
El Soldado Corredor, había traído a Mallinami desde su dormitorio. Y Cruzit, sacando la cabeza por la ventana trasera de la oficina, veía todo lo que a continuación sucedería:
Capitán Ludom: déjala junto a la pared.
El soldado Corredor obedeció y dejo a Mallinami apoyada contra la pared, para finalmente alejarse del Capitán Ludom. Cruzit también presenciaría esa escena.
Mallinami estaba totalmente asustada, sabía lo que estaba por suceder.
El Capitán se acercó hacía ella, la tomo del mentón y le pronuncio las siguientes palabras:
Capitán Ludom: me ha agradado la celebración de ayer…
Inmediatamente el capitán le dio un fuerte bofetón, la pesadilla de Mallinami se había echo real, mientras era aturdida por aquel golpe.
Capitán Ludom: y mi deuda con el Teniente Gabin quedo incompleta…
Le propicio otro bofetón.
Capitán Ludom: también he quedado en vergüenza, sobre todos mis invitados… Sobre TODOS.
El capitán comenzó a atiborrar la cara Mallinami con bofetones, hasta el punto, que de la fuerza, Mallinami cayó al suelo. El capitán la levantó y la posiciono de nuevo contra la pared, para causarle un golpe en el pecho con su rodilla.
Capitán Ludom: ¡¡NO te protejas, coloca las manos por detrás de tu espalda!!
Mallinami con más miedo obedeció, el capitán le provisiono un golpe seco con su puño justamente en su estómago, que al hacerlo, ella cayo de nuevo hacia el suelo. El capitán, repetidamente, la levantó y la posicionó contra la pared. Mallinami, que se encontraba de pie ya estaba agotada de los golpes, pero después, ella se encorvo y vomitó, el golpe en el estómago le había hecho estragos dentro suyo.
Capitán Ludom: eso que has vomitado será repuesto en el comedor… ¡odio la comida!
Al decir esta frase, el capitán tosió nuevamente, pero sin su pañuelo, el tosía una saliva negra, tan negra como el petróleo crudo.
Capitán Ludom: ¡¡Vamos, levántate aun no terminamos!!
Mallinami, no respondía, aún seguía encorvada, por ese golpe en el estómago.
El Capitán en su desesperación dio un salto sobre la espalda de esa pobre niña, lo que provoco que ella terminara nuevamente en el suelo.
Esa tortura, esos golpes, continuaron aún más, y más…
Mallinami solo podía ver al Soldado Corredor, quien la miraba fijamente, como si él esperaba algo de ella.
Cruzit solo podía ver la “acción” y escuchar los sonidos secos de los golpes.