Instituto de Elementos

Capítulo 47

Me di cuenta, varios segundos después, de que seguía viva; ¿cómo había pasado? Temblando y con el corazón a mil, decidí abrir mis ojos... No daba crédito a lo que veía. Los otros dos monstruos a mi alrededor soltaron a mis amigos, aterrorizados volvieron a su escondite.

 

—¡No puede ser posible!— exclamó Nate boquiabierto. Evie solo no podía parar de observar lo que estaba frente a mí.

 

Sinceramente, tarde bastante en digerir lo que había ocurrido; al principio pensé que no era yo la responsable de lo que pasó con el monstruo, pero al notar que mi mano era la que lo había ocasionado, todo cobró un poco de sentido.

 

—Eres una fusión— afirmó Evie con voz entre cortada, confirmando mi sospecha.

 

Era claro, el monstruo marino ahora era por completo de hielo. Yo lo había congelado.

 

—Esto explica demasiado, Avril. Tus ojos, tu cabello, tu piel, todo es...— dijo Nate en un tono efusivo. Fue interrumpido por Evie.

 

—Rayos Nate, cállate. Dale un poco de tiempo para procesar toda la información— lo reprimió y él asintió.

 

No sabía qué debía pensar. ¿Yo una fusión? ¿Así le decían a Abigail? ¿Su mutación habría sido igual que la mía? Mi cabeza dolía con tantos interrogantes girando dentro de ella. ¿Cómo iba a explicar esto ahora? Era increíble que después de tantos años, justo yo fuera la segunda fusión existente después de Abigail.

 

Me puse de pie con mucho esfuerzo y dolor. No sentía mi mano y la mayoría de mi cuerpo estaba lleno de moretones y muy débil. Estaba sangrando por el cuello.

 

—Debemos llevarte a que te curen Avril— dijo Evie.

 

—Igual a ustedes chicos, como lamento haberlos arrastrado a todo esto— me sentía terrible.

 

—¿Bromeas? Fue increíble... Doloroso, pero increíble— rió.

 

—Es verdad— prosiguió Nate —. Logramos mucho hoy y descubrimos que no somos tan débiles. Lo hicimos todo por ayudarte... Y lo volveríamos a hacer— sonrió e Evie lo imitó.

 

—Gracias, en serio— una pequeña lágrima resbaló por mi mejilla.

 

—Así que lograron derrotar a mis monstruos— la mujer reapareció, hablando con tono de decepción y un poco de tristeza —. Aquí tienen, se lo ganaron— en sus manos sostenía un archivo color vinotinto, un poco desgastado.

 

—Gracias— cuando me di cuenta, Evie ya tenía el archivo en sus manos —. Vámonos— dijo después.

 

Empezamos a caminar dirigiéndonos a la puerta, hasta que la voz de la mujer nos interrumpió de nuevo.

 

—Evie, Nate, más les vale tener como defenderse antes de que sea muy tarde.

 

—Sabe nuestros nombres— susurró Evie.

 

—¿Defendernos de qué?— preguntó Nate de forma nerviosa.

 

—Del peligro al cual hacen llamar amiga... Es solo cuestión de tiempo para que la historia se repita. ¿Una fusión nivel diez? Prepárense para lo que viene— no pude evitar llorar.

 

—Vámonos de aquí— dijo Evie molesta. Tomó mis hombros y me sacó del sótano, cerrando la puerta tras de mí.

 

—¡No digan que nadie les advirtió!— gritó la mujer tras la puerta.

 

Cómo podría ser yo un peligro, jamás lastimaría a nadie; no soy como Abigail y nunca lo seré. No sé cómo lidiaré con mis nuevos poderes, pero de seguro lo haré mucho mejor que ella, no dejaré que la historia se repita.

 

Una vez de vuelta en la habitación de Evie, abrimos el archivo.

 

En su foto tenía un sello rojo que marcaba con letras mayúsculas la palabra "PELIGROSA". A continuación aparecía su edad, peso y otras cosas; más abajo, estaban sus dos elementos: tierra y agua, pero habían sido tachados con bolígrafo rojo y debajo escribian: "FUSIÓN: lodo".

 

¿Fusión de lodo? Creo que tiene sentido, si fusionas agua con tierra es lo que consigues. Ahora, al fusionar agua y aire ¿consigues hielo? Supongo que es porque nadie diferente al elemento fuego puede crear cosas muy calientes, pero sí muy frías, entonces mi aire le permite a mi agua congelarse... Interesante.

 

Seguimos leyendo. Un par de páginas después había una imagen de lo decía ser «la última vez que ha sido vista» aunque esto no estaba confirmado, bien podía ser ella o algo más; de todas formas, la foto era bastante extraña: parecía (literalmente) una montaña de lodo con ojos o una persona que acaba de caer en un charco de lodo.

 

Decidí no ver más. Ya sabía lo que era y no había nada que pudiera hacer contra ello. Era extraño pensarlo, pero ser una fusión me podía ayudar contra Daniel y sus malvados planes. El verdadero problema era que más gente lo sabría muy pronto y no sabía cómo convencerlos de qué no soy en definitiva un peligro.

 

Falta nada para el final, espero les este gustando. Gracias por el apoyo.♥



#1141 en Fantasía

En el texto hay: instituto, romance, poderes

Editado: 08.06.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.