Instituto de Elementos

Capítulo 48

En la noche me sentía diferente, no podía dormir. Había algo perturbando mis pensamientos, pero ¿qué era? En mi interior sabía que el hecho de ser una fusión cambiaría muchas cosas y estaba lidiando con ello. Daniel no tardaría en encontrarme y no sabía qué pasaría cuando me encontrara, ¿tendría que luchar con él? No estaba segura de que fuera un ser humano como cualquier otro, debía tener un as bajo la manga, pero ¿cuál? ¿Para qué quería mis poderes?

 

 Aunque todo eso definitivamente inundaba mi mente de interminables dudas, no era precisamente lo que me incomodaba. Sentía mucho frío a pesar de estar totalmente cubierta. Mi mano, la cual estaba bendada, dolía con más intensidad; mis moretones parecían hacer presión en mi piel, y mis huesos se retorcían.

 

Me puse de pie y fui al baño, mi apariencia era terrible: mis ojos con enormes bolsas y cansados, todo mi ser estaba llena de golpes y mis labios estaban resecos. Di un largo y pesado suspiro y después abrí la llave del agua para lavar mi rostro.

 

Me sentí torpe por no haberlo pensado antes. En cuanto el agua tocó mi piel, me sentí una persona nueva. Mis heridas sanaron y mi piel volvió a su tonalidad normal. Mi cabello volvió a ser rubio y mis ojos grises... ¡La habilidad! Era simplemente maravillosa. Quité la benda de mi mano para encontrarla perfectamente curada. Sonreí.

 

Entonces, volví a la cama con suma tranquilidad y finalmente, conseguí dormir.

 

Me desperté con el sonido de una alarma que sonaba por todo el instituto. Evie me miró preocupada y nos pusimos en pies al mismo tiempo.

 

—¿Y esa alarma?— pregunté aún adormilada.

 

—Significa que ocurre una emergencia y todos debemos ir a la cafetería— explicó —... Pronto, ponte este suéter y no te quites la capucha. No sabemos qué pudo haber pasado.

 

Tras esto, salimos de la habitación y seguimos a la multitud hasta la cafetería. Con todos en pijama, murmurando sospechas, el tiempo se hacía eterno esperando por una explicación.

 

Unos cuantos minutos después, una mujer apareció en el balcón oeste con una expresión de disgusto en su rostro.

 

—Es la vice directora, Verónica White— susurró Evie.

 

—Esta madrugada, bajo un medio confiable, me fue dada una advertencia hacia alguien que está hoy entre nosotros.

 

»No se alarmen, pero me han dicho que hay una mezcla de nivel diez entre nosotros. Sabemos todos muy bien que eso no es en absoluto común y no tenemos buenos antecedentes.

 

»Aquella mezcla, que sé que está escuchándome, le pido que por favor venga conmigo para decidir su futuro. Muchas gracias.

 

Sin decir más, Verónica White dio media vuelta y abandonó la habitación.

 

La hermana de Daniel debió decirle, según ella soy un peligro. Pero, ¿porqué no le dijo que soy una fusión? Claro, pudo haberlo hecho y Verónica no comentarlo, pero no tenía mucho sentido.

 

Dirigí mi mirada a Evie en busca de alguna respuesta.

 

—¿Debería decirle que soy yo?— pregunté suavemente.

 

—¿Estás loca? Es lo último que debes hacer. Vamos a aprovechar el tiempo hasta que Daniel vuelva; hasta entonces, te quedarás aquí con nosotros tratando de pasar inadvertida y vamos a descubrir qué más pueden hacer tus poderes y cómo saldremos victoriosos— asentí suavemente.

 

Tres semanas pasaron desde entonces. Mi amistad con Evie había crecido. No salía mucho de la habitación para evitar sospechas, solo lo hacía cuando era la hora de comer. A pesar de todo el peso que tenía encima, habían sido dos semanas sumamente relajantes para mí, estar un poco sola me hacía bien e Evie estaba conmigo cuando lo necesitaba.

 

En cuanto a mi nuevo ¿elemento? Había estado manejandolo muy bien, el hielo era increíble y parecía no resistirse en lo absoluto a mi control.

 

Una noche, estaba recostada en cama, jugando con mi hielo; en eso, Evie entra desesperada y cierra la puerta con llave tras de ella.

 

—¿Qué ocurre?— pregunté preocupada.

 

—Avril, debes irte ahora mismo.

 

—¿Qué ha pasado?

 

—Es Daniel, ya llegó. Tiene a Nate y está buscándote. Le dije que ya no estabas aquí así que tienes que huir ahora mientras yo los distraigo— tomó mi mano y me levantó de la cama.

 

—No te dejaré aquí, hay que irnos ambas.

 

—No, ya me vio entrar aquí, si me encuentra, también a ti. En este momento tú eres lo más importante y no debe tenerte, así que vete— empezó a arrastrarme hacia el balcón —. Corre y busca refugio, en cuanto pueda me comunicaré contigo. Cuidate mucho— me dio un cálido abrazo y cerró la puerta del balcón.

 

Segundos después, la puerta de la habitación fue derribada. Daniel y dos hombres altos y armados entraron. Me escondí.

 

—Ay Evie, tu habitación no es exactamente el mejor escondite— dijo Daniel de forma sarcástica.

 

—No te tengo miedo Daniel— fue lo que Evie respondió.

 

—De acuerdo, mucho más fácil para mí.

 

Uno de los hombres le dio un choque eléctrico a Evie haciéndola caer, después la esposó y se la llevaron.

 

—Ya tenemos a Evan, Raiza, Julieta, Nate y Evie, señor— afirmó el otro hombre.

 

—Perfecto. Ahora, sólo falta Avril, hay que encontrarla.

 

Entré en pánico. Salté del balcón y empecé a correr sin rumbo por el bosque, desesperada. Mis amigos y familia, se los habían llevado. ¿Cómo los salvaría? No tenía cómo volver al instituto de elementos y no tenía a quién acudir.

 

Me heché frente a un árbol a recuperar el aire. Pensé en las limitadas opciones que tenía y ninguna me servía. Sin embargo, aunque pareciera muy loco, tomé una decisión.



#1195 en Fantasía

En el texto hay: instituto, romance, poderes

Editado: 08.06.2021

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