Keiry y Shane estuvieron destinados a ser mejores amigos incluso desde antes de nacer. Se conocen a la perfección, se protegen como hermanos y viven bajo el mismo techo. Pero cuando Shane, por primera vez, se interesa verdaderamente en una chica y le pide a Keiry que lo ayude a conquistarla, algo en ella empieza a tambalear. Ahora, mientras intenta seguir siendo la cómplice perfecta, Keiry planea mentalmente su instructivo para (des)enamorarse de él, sin imaginar que cada uno de los pasos la acercarán más a lo que tanto quiere evitar: enamorarse de su mejor amigo.