Capítulo 16: ¿Quién será mi cita?

Shane

—¿Eres tonto o te haces? —preguntó Lexter de manera burlona, hablando tan alto que todos en la cancha pudimos escuchar—. Si una chica gana el sorteo y le damos una cita contigo, se va a sentir estafada. Eres nuevo en el equipo, nadie te conoce.

Algunos rieron al escuchar su payasada y otros, como yo, nos mantuvimos en silencio.

Noah, a quien Lexter se dirigía, agachó la cabeza, mostrándose apenado.

—Suficiente, Reed —intervino el entrenador, haciendo sonar su silbato con potencia—. Noah es parte del equipo como todos ustedes. Sea nuevo o no, participará en la recaudación, así que, si no quieres que te suspenda para el primer juego del inter escolar, cierra el hocico.

Él lanzó una risa seca.

—Por favor, saben que no pueden jugar sin su capitán. Soy el mejor de los Búfalos —se jactó, con esa mirada arrogante que me daban ganas de partirle la cara.

El entrenador Clark lanzó una carcajada que resonó en el campo, y se acercó a él con precisión.

—El mejor de los Búfalos es Shane, y sino es el capitán es por su problema de visión… pero ahora podría darle tu lugar sin ningún problema.

El rostro de Lexter cambió de inmediato. La seguridad que traía colgando en los hombros se le desplomó, como si las palabras del entrenador le hubieran rozado el ego por primera vez en años.

—¿Qué? —se burló de nuevo, pero esta vez, su voz no sonó tan confiada—. Wayland no podría…

—Podría y puede —lo interrumpió el hombre, con esa firmeza que tanto lo caracterizaba—. Así que más te vale bajar los humos, Reed. No olvides que un buen capitán no es el que más goles haga, sino el que tenga el carácter necesario para ser un líder e impulsar a su equipo.

Tomé una toalla para secarme el sudor que caía por mi frente, ocultando que escuchar aquellas palabras me causaba satisfacción. No porque me creyera mejor que los demás, sino porque siempre estuve convencido de que el título de capitán a Lexter le quedaba grande.

Solo lo usaba para enaltecerse a sí mismo, buscando apagar a los demás.

—Ahora que ya está todo claro, ¿Podemos realizar el sorteo? —consultó el entrenador, regresando al tema que propició la disputa.

Se apartó de Lexter, y nos indicó que nos acercáramos a la mesa que yacía frente a las gradas. Allí teníamos todo preparado, los listados de nuestros compradores, y la computadora donde se realizaría el sorteo.

—Sí, acabo de ingresar a la última compradora. Ya todo está listo —anunció Jonas desde su asiento—. Preparé un programa que selecciona al ganador de manera totalmente aleatoria, así nadie puede reclamar.

Él era el experto en tecnología del equipo, así que no tenía duda de que todo saldría perfecto.

—Esperen —pronuncié, revisando la hora en el celular—. Keiry y las chicas vienen para acá para transmitir en vivo el sorteo. Recuerden que sin El Portal de los dioses no hubiéramos tenido tanto alcance.

Le avisé a Keiry horas antes que, tras finalizar el entrenamiento, se realizaría el sorteo, para que ellas se prepararan y llegaran a tiempo.

Todos accedieron sin chistar y, no pasó mucho cuando Keiry, Dionne y Victoria aparecieron corriendo a través del campo.

—¡Esperen, ya llegamos! —la escuché gritar, con su cabellera roja moviéndose al compás del viento.

Todos reímos porque se veían muy graciosas corriendo.

—No íbamos a empezar sin ustedes, pero al parecer tienen piernas resistentes —señaló el entrenador—. ¿No les gustaría practicar soccer? Estoy pensando en crear un equipo femenino. —Clark se mostró pensativo.

—Tal vez —contestó Dionne, dudosa, mirando a sus amigas.

Negué con la cabeza, sonriendo.

—Bueno, empecemos —insistí, regresando a lo verdaderamente importante.

—¿Qué pasa, Shane? ¿Quieres saber si podrás ir a cenar con el amigo de Eva? —bromeó David, dando origen a las risas.

Hice una mueca de horror, suplicando internamente que eso no pasara. Salí corriendo tras de él, causando que se cayera.

—Hola, hermosa comunidad del Portal, como lo prometido es deuda, damos inicio al sorteo Gana una cita con un Búfalo —habló Keiry a través de la cámara, iniciando la transmisión.

—Recuerden que las reglas son simples, 22 de ustedes serán elegidas para tener una cita romántica con los chicos del equipo, de manera aleatoria —continuó Victoria, colocando su mano sobre el hombro de Keiry.

—Para que todo sea más controlado y no haya un colapso, a cada chica se le asignará un jugador, también de manera aleatoria, y este jugador se encargará de organizar la cita soñada. Sé que muchas no estuvieron de acuerdo en que no pudieran elegir el jugador que querían, pero ustedes, las que sí compraron, saben que una cita con cualquiera de los Búfalos, es un regalo del cielo —terció Dionne, guiñando el ojo a la cámara y recuperando esa seguridad que ocultaba solo cuando hablaba con Jonas.

Él la miró concentrado y al parecer, encantado con su actitud confiada frente a la cámara.

—No siendo más, ¡Empecemos! —corearon las tres, enfocando la grabación en Jonas y la computadora.

El programa empezó a correr y en pocos segundos, el listado se reflejó en la pantalla.

—¡Ya está, chicos! —anunció Keiry y las tres dieron brincos de emoción en su lugar.

Creo que estaban muy metidas en su papel de influencers y presentadoras.

—La primera ganadora es… —Victoria hizo una pausa dramática—. ¡Marianne Collins! —terminó por decir.

A Marianne todos la conocíamos, así que no había misterio por saber de quién se trataba.

—Los siguientes ganadores son: Fanny Newman y Harriet Jhonson —siguió narrando Dionne. Ella frunció el ceño—. ¿Harriet Jhonson? ¿Estás por ahí?

Ese nombre no nos resultó familiar, así que supuse que por eso preguntaba.

Me acerqué a ellas, concentrándome en la pantalla del celular.

Rápidamente, un perfil con ese nombre y la foto de una señora adulta, escribió que se trataba de ella. ¿¡Qué hacía una señora comprando boletas para salir con jóvenes que, en su mayoría, no llegaban ni a los dieciocho!? Estaba en vivo, así que tuve que contener mi sorpresa.