Shane
Escuché unas risas provenientes de la estancia y salí de la cocina con una manzana en la mano, viendo a Tammie y a mi hermano tomando lugar en el sofá. Ella llevaba puesta una chaqueta gigante, un maquillaje más atrevido y su cabello recogido en una coleta alta. Suponía que producto de la sesión fotográfica de la campaña que realizaban juntos.
—Hola —los saludé, sentándome en un mueble frente a ellos.
—Hola, coprotagonista —respondió Tammie, levantándose y dándome un beso en la mejilla.
Me tomó por sorpresa su cordialidad repentina.
—Estoy muriendo de hambre —manifestó Amir, acariciándose el estómago—. ¿Y si preparas algo para comer, Shane? Tú eres el rey de la cocina, hermano. Deléitanos con tu talento culinario, chef.
Le di un mordisco a la manzana, y fruncí el ceño, con la mirada puesta en él.
—Qué adulador eres cuando te conviene.
—Ya que no están los padres, es deber del mayor de la casa alimentar a los hermanos —continuó, señalándome con el dedo y asintiendo con la cabeza, como si estuviera manifestando una verdad universal.
En parte lo era, pero no estaba obligado a ser un esclavo de la estufa cada vez que nuestros progenitores se ausentaban.
—Darte cereal con leche ya es alimentarte, tigre —repliqué, encogiéndome de hombros.
—Pésimo servicio. —Se cruzó de brazos—. Además, tenemos una invitada especial, Shane, no puedes ser tan descortés. Tammie también muere de hambre, ¿no? —él puso su vista en ella y la mencionada afirmó con la cabeza.
—Ay sí, Shane, tú cocinas delicioso —secundó, entrelazando sus manos bajo el mentón y haciéndome ojitos tiernos.
Aunque mi fascinación por Tammie se había esfumado, no podía negarme a la petición. Después de todo, que ya no me gustara para ser mi pareja, no significaba que debía perder la caballerosidad.
—Bien, veré qué hay en la cocina —acepté con resignación, levantándome y arrastrando los pies perezosamente.
Tras unos minutos rebuscando en la alacena, encontré salmón, verduras y un paquete de bastones de papas. Así que haría un infalible salmón a la plancha, con ensalada y papas a la francesa.
Comencé a alistar los utensilios que necesitaba y ellos se adentraron en la cocina, esta vez con Keiry acompañándolos.
—Eh venía a preparar algo de comer —comentó la pelirroja, esquivando mi mirada.
Últimamente se la pasaba haciendo eso y la frialdad que me brindaba cada día se había convertido en un infierno para mí. Pasar de reírnos por horas, de compartir cada detalle de nuestras vidas, a parecer dos extraños obligados a vivir bajo la misma casa, fue un cambio de realidad tan abrupto que no lo toleraba.
Necesitaba rescatar lo que existía entre los dos… a pesar de que mis sentimientos ya no eran los mismos y que ya no conseguía verla sin desear abrazarla y sentir sus labios.
Recordaba constantemente la imagen de Lexter acariciándola, besándola el día de la fiesta, y la envidia me carcomía porque además de ganarme en el fútbol, también se estaba quedando con la chica que yo quería.
—Bueno, si quieres puedes ayudarme con la cena. Prepararé salmón —propuse tímidamente, lavándome las manos y secándolas con una toalla.
—Hmm bueno. —Ella se recogió el cabello en un moño y lucía tan adorable que no pude contenerme de sonreír—. ¿Qué pasa? ¿Me veo mal? —preguntó de inmediato, al notar la expresión en mi rostro.
—No, tú siempre estás hermosa —la oración se me escapó, y Tammie y Amir nos observaron confundidos—. Igual que Tammie, ustedes no tienen que esforzarse para lucir bien —finalicé y me golpeé mentalmente la frente por haber dicho semejante estupidez.
¿Por qué mencioné a Tammie?
Sí, tenía que ser más discreto con lo que empezaba a sentir, pero no tanto como para meter la pata de semejante manera.
La rubia sonrió y Keiry se mostró incomoda.
¡Mil veces idiota!
—Ah —la escuché murmurar, tomando las verduras y echándolas en un bowl.
Tomé una respiración honda, y me puse en la labor de condimentar el salmón.
—¿Viste lo de las audiciones para esa serie juvenil que va a dirigir Collin? —inquirió Amir, enseñándole a Tammie la pantalla del celular.
—¿Collin Blake? —intervino Keiry, mientras dejaba que el agua empapara las verduras.
—Sí, es un proyecto para descubrir nuevos talentos nacionales, y al parecer van a seleccionar algunos perfiles relevantes en redes para ofrecerles la oportunidad de hacer casting —continuó explicando, y las dos chicas parecieron asombradas de manera positiva.
—¡¿En serio?! ¡Sería un sueño si me elige! —comentó con ilusión Tammie, liberando un suspiro.
—Bueno, tú tienes mucho alcance en la red, así que no sería extraño que fueras una de las seleccionadas —dijo Keiry, escurriendo el agua del bowl y dejando las verduras sobre la tabla de picar.
—Ay que linda, Kei —replicó sonriente Tammie.
Yo ni siquiera tenía idea de quién era Collin Blake, ni sabía por qué les causaba tanta emoción; por lo tanto, no participé en la conversación y seguí concentrado en mi receta.
—Hola, mis Tammielovers ¿Cómo están? —habló Tammie y supuse que ya se encontraba realizando sus amadas transmisiones.
—Hola, hola —saludó Amir a su lado quien, a diferencia mía, le encantaba aparecer en cada cámara que existiera.
Me incliné hacia Keiry.
—Espero que no empiecen a grabarnos —murmuré, y apoyé mis manos en el mesón, a cada lado de su cintura.
Estaba atrás suyo, tan cerca que podía distinguir cómo se elevaba y descendía su pecho. Prácticamente la tenía atrapada entre mis brazos … y por un momento ninguno de los dos se movió.
Entonces ella giró despacio, enfrentándose a la poca distancia que nos separaba y nuestros ojos se encontraron apenas unos segundos.
Carraspeó suavemente, se deslizó hacia un lado para liberarse de mi encierro y alzó una ceja con una sonrisa nerviosa.