Capítulo 1.
Era domingo por la noche y yo estaba arreglando las maletas porque mañana me iría a la universidad de Misisipi ya que en el colegio en el que estaba aquí en California me otorgaron una beca y no la podía rechazar ya que me quería ir de la pesadilla de casa en la que vivo hace mucho tiempo, pero no porque no los ame sino por mis hermosos y terremotos hermanos trillizos y vivir con ellos es una real pesadilla.
También tengo una hermana mayor ella es mi amiga y confidente, mi apoyo pero ella se fue a estudiar hace un año a New York y se está quedando con mis tíos Max y Sofía. Mis padres, bueno los dos trabajan en lo mismo, son arquitectos y gracias a mi abuelo mi padre heredo toda su fortuna incluyendo la empresa, gracias a él somos millonarios aunque nunca nos interesó nada de eso, de igual forma mis padres tienen que cumplir con mantener la empresa.
Tener hermanos es bueno pero que sean trillizos no lo hace muy bueno, Amanda que a pesar de ser una chica se comporta como un chico y eso que he tratado de explicarle que no debe hacer las mismas cosas asquerosas que los otros dos pero ella prefiere seguirlos. Carlos, bueno él siempre quiere estar en mi cuarto haciendo desastre, es una tortura. Alexis, este es el peor de los tres, el loco, el que inventa, el que sonsaca a los otros dos para hacer locuras, claro y una de ellas fue pintarme el cabello de verde, tuve que faltar a clases por una semana.
Con tan solo cinco años ellos tres pueden destruir una ciudad entera.
Bueno y mi hermana Alessa, controladora con la moda y el maquillaje siempre me regaña así este lejos porque no me arreglo como una chica o sea vestidos, tacones y mini faldas esas las odio no sé qué le ven.
Mis padres, Axel y Mariana, son geniales los mejores padres del mundo de ellos si no tengo quejas.
***
Ya eran las seis de la mañana, me levanté agarré una toalla y me introduje al baño, me di una ducha larga y salí enrollando mi cabello con otra toalla y empecé a buscar lo que me iba a colocar, dure cinco minutos eligiendo entre las cuatro mudas de ropas que había dejado en el armario y opte por un pantalón tiro alto de mezclilla, una blusa azul y mis zapatos deportivos negros y me solté el cabello el cual me llega un poco más abajo de los hombros.
Ya abajo me dispongo a desayunar con toda la paciencia del mundo mientras mi padre introduce todo en el auto, cuando terminé salimos todos, nos subimos al auto y mi padre comenzó a conducir. Mis insoportables hermanos iban peleándose atrás.
Amanda, mi hermana iba cantando esas canciones insoportables de esas cosas que ve en la televisión y bueno mis padres hicieron como si no existiéramos mientras yo me coloque mis audífonos morados le subí todo él volumen y comencé a tararear todas las canciones que tengo en mi celular.
Después de un eterno viaje llegamos, todo es hermoso el color verde en el césped y el marrón de los arboles, todo era tan natural, tan esplendido.
Hay mucha gente, nos bajamos todos del auto, mis hermanos como de costumbre no pudieron quedarse quietos y comenzaron a correr, mientras mi mente volaba al ver lo hermoso que es el lugar.
Vi que venía un señor alto y un poco joven, tenía buen cuerpo lo que significa que hace ejercicio, llegó a donde estábamos con una sonrisa que no se la quitaba ni la peor noticia de todas.
—Hola, buenos días. Yo soy Lionet Casa Blanca y soy el rector, bienvenida señorita Greham a la universidad de Misisipi.
Después de una larga charla que tuvieron mis padres con el rector, éste nos llevó a donde me alojaría, mi papá me trajo todo el equipaje y los acompañe al auto.
—Adiós mi niña hermosa, te voy a extrañar mucho––dijo mi bella madre—Te quiero— y me dio un beso en la frente.
—Yo te voy a extrañar más mamá, te quiero—Y para que se viera más dramático mamá me abrazo, siempre ha sido así.
Después abrace a mi papá y mis tres hermanos. Espere que se fueran y comencé a vagar por todo el campus observando todo lo que a mi alrededor está, cada persona, cada árbol, cada parte de césped y por estar perdida en mis pensamientos me tropecé con alguien.
Me había caído por el tropezón, levanté mi rostro y vi que es un chico, totalmente hermoso pero no me dio tiempo de detallarlo bien porque se paró muy aprisa y yo le imite.
—Para la próxima está más pendiente por donde vas y así no te tropiezas con todo el que te pase por el frente— ¿Cómo dijo?—Y seca el pozo que acabas de hacer— esto es demasiado, rostro bonito y poca decencia.
—Que te...—Ya le iba a dar sus buenas bofetadas pero se fue, no soporto a los chicos así, esos que se creen la gran cosa por tener un rostro hermoso y un cuerpo envidiable.
Af pero que estoy pensando.
Bufé y me fui echando humo por los oídos y otra vez por no darme cuenta tropecé con alguien.
Dios ¿ahora quién?
— ¿Qué te pasa?—solté yo irradiando furia por todos lados.
—Oh disculpa no te vi.
—Bueno tienes que fijarte mejor o ver al frente cuando camines.
Mira quien lo dice—ataca mi subconsciente