Capítulo 8.
No sé porque razón cada vez que estamos a tan poco de juntar nuestros labios nos interrumpen, es extraño no poder resistirme a su simple cercanía es como una fuerza de magnetismo que me lleva hacia él como si fuéramos imán y metal, la atracción es inminente y la lejanía agobiante, creer que puedo pero retroceder cuando lo intento y no está bien porque todo sube de manera veloz, sentir tanto y razonar tan poco las cosas, después de ser interrumpidos dos veces y sentirme avergonzada por eso podría decir que es estúpido pero al lado de él siento como si estuviera rompiendo todo lo que me impuse al salir de mi casa, es más primero la señora y sus consejos vergonzosos y luego mi hermana gritando que estaba compartiendo saliva con Nathan.
Ahora estoy en mi cama acostada boca arriba admirando el techo de mi habitación y sin poder dejar de pensar en Nathan y nuestros casi besos, pero lo que más me atormenta es el simple hecho de que no voy a poder aguantar un solo día más en esta casa con todos los recuerdos atormentándome, nadie lo sabe pero estoy esperando mañana el entierro para irme pero no a Misisipi si no a un hotel cerca de aquí y pasar lo que me queda de la semana tranquila sin todos los recuerdos que esta casa me produce, solo tengo que decirle a Nathan que si se quiere ir que se vaya él ya hizo mucho por mí y no le puedo exigir que se quede cuando no quiere hacerlo.
Me levanto de la cama y agarro mi teléfono de la mesita de noche, lo desbloqueo para ver la hora y son las once y cuarto de la noche, suelto un suspiro por lo cansada que estoy pero en estos momentos estoy sufriendo de insomnio, estoy sumamente cansada pero mi cerebro no tiene la mínima intención de dejarme descansar.
Salgo de la habitación y me dirijo a la de mi "amigo" para contarle mis planes, toco a la puerta y nadie responde, pego mi oído a la puerta para poder escuchar si hay alguien o lo que sea pero todo está en silencio, así que junto todo mi valor y abro asomando mi cabeza para ver si está dormido y no, la cama esta tendida pero escucho sonidos del baño así que paso y me siento en la cama para esperarlo ,después de varios minutos escucho que se abre la puerta del baño pero no le presto mucha atención y me quedo viendo la punta de mis pies.
Sé que me está viendo pero yo no puedo alzar mi vista de mis pies, su mirada está en mi nuca y sé que no entiende que hago aquí, pero es que tengo que hablar con él de esto ya. Carraspea y yo levanto mi vista, dejo el lugar en donde estaba sentada para caminar hacia él me paro en seco al verlo solo vestido con un bóxer, trato de no mirarlo para no ponerme más nerviosa, sus ojos me están estudiando me imagino que preguntándose qué hago aquí.
—Siento haber pasado— respire un poco —toque y como no respondiste decidí pasar y esperarte cuando escuche que estabas en el baño.
—Tra-tranquila n-no importa—dice tartamudeando —y...entonces ¿que querías?—pregunta y yo trato de formar un argumento razonable en mi cerebro.
—Y-yo so-solo...—cerré mis ojos respire profundamente, volví a abrir los ojos y continúe—¿podemos sentarnos?—asintió y nos sentamos en la cama—bueno lo que te quería decir es que mañana después del entierro me voy a otro lugar—se tensó y note en su rostro que no entendió nada—me voy a un hotel muy bueno que esta por aquí cerca, no aguanto más...—se me quebró la voz había tratado de no llorar, pero hablar del tema se me hace muy difícil y en este momento no puedo reprimir esas horribles ganas de desmoronarme pero no lo quiero hacer en frente de él, así que salgo corriendo.
Entro en mi habitación y me dirijo al balcón, trato de controlar la presión que siento en mi pecho y las ganas de llorar que cada vez se apoderan más de mí.
Inhala. Exhala Inhala. Exhala.
Lo repito varias veces pero no me funciona, escucho que abren la puerta y ahora un Nathan vestido aparece detrás de mí en el balcón.
—Sé que se te hace muy difícil hablar de eso pero quiero entender porque te vas alejar de tu familia ¿no crees que es mejor que te quedes aquí con ellos? ¿qué es mejor que termines de pasar tu semana aquí?—pregunta y yo solo me volteo para verlo y comienzo a llorar caigo de rodillas en el piso y hundo mi rostro en mis manos, es horrible sentirse de esta manera, solo siento que a ellos no les importa o como si les diera igual pero a mí no, sé que a ellos no les afecta como a mí porque yo compartí más con ella que cualquiera de esta familia pero es que no ven que me estoy hundiendo en mi dolor, desmoronándome cada segundo que paso aquí, sentí unos brazos a mi alrededor pegándome a su cuerpo y pasando su mano por mi espalda para tranquilizar me pero no puedo dejar de llorar es inevitable no sentirme así cuando ni mi madre ve que estoy mal necesito su apoyo más que nada—solo desahógate, pero me tienes que decir porque tomaste esa decisión Esmeralda.
Después de varios minutos me calmé, ya dejé de llorar y ahora estamos sentados uno al lado del otro en mi cama él no me ha presionado para que le diga pero creo que es el momento adecuado para hablar.
—Bueno...lo siento por eso—dije con la cabeza gacha— como te decía mañana después del entierro me voy a un hotel ya no tengo nada que hacer en esta casa y no puedo soportar la presión que siento cada vez que veo que a ellos no les importa nada de lo que pasa o de lo que me pasa a mí, sé que sueno egoísta pero me duele que no se den cuenta que me estoy hundiendo porque yo soy la culpable de que todo esto esté pasando—formo puños con mis manos y aprieto mis labios porque sé que si sigo voy a comenzar a llorar otra vez y él se da cuenta de ello.